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España se asoma de nuevo al bloqueo y queda en manos de Puigdemont
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España se asoma de nuevo al bloqueo y queda en manos de Puigdemont

Feijóo gana las elecciones a Sánchez por solo 14 escaños y no suma con Vox. El PSOE intentará reeditar el Frankenstein con la abstención de Junts, que puede forzar la repetición electoral

Foto: Pedro Sánchez celebra el resultado electoral. (Reuters/Nacho Doce)
Pedro Sánchez celebra el resultado electoral. (Reuters/Nacho Doce)
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"Cataluña o Vox, este es el dilema". La declaración del cabeza de lista por ERC, Gabriel Rufián, tras conocerse los resultados electorales engloba dos de las claves que han hecho errar a la mayoría de las encuestas. La primera, Cataluña, explica que Pedro Sánchez, contra todo pronóstico, sea el único candidato con opciones de sacar adelante una investidura pese a que Alberto Núñez Feijóo haya ganado con 136 escaños. Nunca una derrota fue tan dulce y una victoria tan amarga. Los 122 diputados del PSOE, dos más que hace cuatro años, le permiten optar a la reedición del Frankenstein, esta vez incluyendo al partido de Puigdemont en la ecuación. Los independentistas catalanes serán determinantes, como el PSC de Salvador Illa lo ha sido para que el bloque de izquierdas y sus socios hayan logrado sumar 172 escaños frente a los 170 de PP, Vox y UPN. Feijóo ha sido derrotado por las expectativas, pese a mejorar en 47 escaños los números de los populares. No ha habido mayoría suficiente y su liderazgo empieza a cuestionarse internamente.

Los socialistas se han erigido en la fuerza más votada en Cataluña. El PSC ha aportado 19 escaños cruciales para la remontada de Sánchez. Los catalanes han votado en clave nacional para frenar a la ultraderecha. En Ferraz, han pasado de la depresión a la euforia. El presidente sale reforzado porque ha jugado con un partido en contra y desmovilizado. Los territorios no han hecho campaña y el protagonismo de Sánchez, que hasta hace unas horas era "un error", hoy se leerá como un acierto. El sector crítico guardaba silencio anoche y lo hará "hasta que él hable". Hay poco margen para los disidentes. Si hasta ahora el argumento era que los pactos con los independentistas y Bildu habían penalizado, la resistencia del sanchismo lo ha desbaratado. El otro PSOE insiste en poner el acento en que se han perdido las elecciones y marca la línea roja del referéndum a Sánchez.

La aritmética que le espera al socialista para intentar repetir en el cargo es endiablada. Sus aliados son los mismos, pero las circunstancias de cada uno, diferentes a las de 2019. En el ala catalana, ERC ha sufrido un duro castigo, al pasar de 13 a siete escaños. La política pactista con Madrid le ha hecho perder el liderazgo tanto en las municipales como en las parlamentarias. Oriol Junqueras tendrá que elevar mucho el precio de sus votos ante la amenaza que suponen tanto el PSC como Junts de cara a las elecciones catalanas, que podrían adelantarse al próximo año. Carles Puigdemont ha sacado rédito a su no a Sánchez y ahora marcará las negociaciones. Junqueras pasa a ser un actor secundario ante la fuerza de la abstención necesaria de los siete diputados del prófugo para que el presidente en funciones sea reelegido en segunda vuelta con más síes que noes.

El referéndum y la amnistía volverán a la agenda política y pueden ser lo que haga naufragar la investidura de Sánchez. La Constitución es el límite. En ese caso, se iría a una repetición electoral a finales de año y no habría Gobierno hasta marzo o abril de 2024. El otro punto débil de la mayoría que necesita ahormar el socialista es el PNV. Los nacionalistas vascos han sido superados por un escaño por Bildu, con seis representantes. Arnaldo Otegi ha rentabilizado ser un actor principal en la Cámara Baja. Los de Iñigo Urkullu, por el contrario, encadenan dos avisos con unas autonómicas en puertas. El miedo a que Bildu pueda ganar las vascas del próximo año abrirá un debate interno sobre cómo jugar en el nuevo tablero nacional. El PP presionará para contar con los cinco diputados del PNV. La hipótesis, poco plausible, pasaría por que Vox diera su apoyo sin contraprestaciones a los populares para echar a Sánchez y Feijóo negociase con los vascos. Junto a UPN, se lograrían los 176 escaños necesarios para la mayoría absoluta.

Feijóo necesita fórmulas imaginativas, porque su futuro es incierto. El gallego no esperaba un resultado tan ajustado. De las expectativas de 150 escaños y subiendo se ha pasado a un margen de diferencia de 14 escaños con el PSOE. Ya ha anunciado que irá a la investidura e intentará formar Gobierno, al ser la lista más votada. Su reivindicación es estéril, dado que en las autonomías él mismo ha bendecido pactos para desbancar al PSOE cuando era primera fuerza. Aquí está el pecado original de Feijóo, según reconocen en el PP, donde hay consenso en que los pactos con Vox han penalizado. "El miedo a Vox nos ha noqueado", resumía un barón que reconocía que había una movilización "invisible" de la izquierda que se ha acentuado después de cerrar coaliciones con los de Abascal.

Foto: Ilustración: Laura Martín. Opinión
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El desánimo se ha apoderado del PP, que ya se veía en la Moncloa. El liderazgo de Feijóo se pone en entredicho y deberá despejar en los próximos días si está dispuesto a quedarse en la oposición. En el partido ya miran a Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno. Precisamente el hecho de que el PP no haya arrasado en Andalucía o Madrid como estaba previsto ha sido decisivo para que la suma con Vox no sea suficiente. Anoche algunos recordaban que José María Aznar llevaba meses alertando de que no se sumaba. Hay expectación por cuál será el veredicto del expresidente que, hasta el momento, pese a sus diferencias, ha sido "generoso" con Feijóo.

Los populares pueden entrar en una crisis que acabe beneficiando a Vox a futuro. Abascal, pese a retroceder en 19 escaños, se ha autoerigido en el único partido capaz de derrotar al sanchismo. Ayer acusó directamente a Feijóo de "blanquear" a Sánchez por su llamamiento a los pactos de Estado durante la campaña. Pese a que no habrá autocrítica, su pérdida de apoyos les deja en una posición de irrelevancia. Sí han ganado su particular pugna por la tercera plaza con Sumar. Sus 33 parlamentarios se imponen a los 31 de Yolanda Díaz.

La vicepresidenta salva los muebles, pese a quedar siete escaños por debajo de la suma de Podemos y Más País, en la fuerza que le da poder reeditar la coalición con Sánchez. Si la derecha hubiese sumado con el mismo resultado, Yolanda Díaz hubiera visto fuertemente cuestionado su liderazgo. El peso que tendrán los independentistas catalanes da oxígeno a la parte de Podemos dentro de Sumar, dado que Pablo Iglesias tiene una mejor relación con ellos que Díaz.

Pese a que a priori Sánchez tiene una investidura viable, el futuro es incierto. Si logra gobernar, la aprobación de leyes será mucho más complicada de lo que lo ha sido esta legislatura. Los socios exigirán más y sus intereses son encontrados. Bildu y el PNV tienen su particular pugna, como ERC y Junts. Contentar a todos más allá de la investidura parece una quimera. Además, el PP cuenta con una holgada mayoría en el Senado y la capacidad de veto. La legislatura será inestable y algunos ya auguran que corta. La otra opción es que Sánchez no pueda pagar el precio de Puigdemont y haya que volver a las urnas. Feijóo ya trabaja en este escenario.

"Cataluña o Vox, este es el dilema". La declaración del cabeza de lista por ERC, Gabriel Rufián, tras conocerse los resultados electorales engloba dos de las claves que han hecho errar a la mayoría de las encuestas. La primera, Cataluña, explica que Pedro Sánchez, contra todo pronóstico, sea el único candidato con opciones de sacar adelante una investidura pese a que Alberto Núñez Feijóo haya ganado con 136 escaños. Nunca una derrota fue tan dulce y una victoria tan amarga. Los 122 diputados del PSOE, dos más que hace cuatro años, le permiten optar a la reedición del Frankenstein, esta vez incluyendo al partido de Puigdemont en la ecuación. Los independentistas catalanes serán determinantes, como el PSC de Salvador Illa lo ha sido para que el bloque de izquierdas y sus socios hayan logrado sumar 172 escaños frente a los 170 de PP, Vox y UPN. Feijóo ha sido derrotado por las expectativas, pese a mejorar en 47 escaños los números de los populares. No ha habido mayoría suficiente y su liderazgo empieza a cuestionarse internamente.

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