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Los expertos pinchan el globo del voto evangélico: "Es difícil que suceda algo como en Brasil"
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"No queremos un partido que sea nuestro"

Los expertos pinchan el globo del voto evangélico: "Es difícil que suceda algo como en Brasil"

Desde la Federación de Evangélicos en España reconocen que hay partidos que les están "poniendo ojitos", pero aseguran que se mantienen neutrales en el ámbito político

Foto: Acto del PP en Madrid con los nuevos madrileños. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Acto del PP en Madrid con los nuevos madrileños. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

"Los evangélicos no tenemos un partido político ni queremos uno que sea nuestro, pero nos interesa la política porque nos interesa la vida de las polis". Fue la reflexión que expuso el pastor evangélico Emmanuel Buch al final del Desayuno Nacional de Oración celebrado en Madrid el 5 de junio, al modo del National Prayer Breakfast, cita anual que los presidentes estadounidenses tienen marcada en rojo y que, en 2010, contó con José Luis Rodríguez Zapatero como invitado principal de un acto político-religioso cuyos hilos hasta hace poco manejaba un opaco grupo evangélico, The Fellowship.

Foto: Acto del PP de Madrid con Nuevos Madrileños. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Nada que ver con el que coordina en España la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede), porque para asistir a este nadie se da aún de bofetadas por una entrada. Es más, los políticos españoles siguen poniendo excusas de última hora, aunque las cosas han cambiado desde 2012, cuando a su primera edición excusaron asistencia tanto Ana Botella como Esperanza Aguirre, alcaldesa y presidenta de la Comunidad de Madrid, respectivamente, y por supuesto Mariano Rajoy, a quien le llegó invitación a la Moncloa. Nadie les había dicho aún que buena parte de la emigración latinoamericana que estaba llegando desde comienzos de siglo venía abrazada a la fe evangélica y que, junto con los miles de creyentes procedentes de África y de Rumanía, acabaría triplicando en 20 años el número de practicantes, hasta convertirla, con su millón y medio de fieles, en la segunda confesión religiosa más numerosa de España, con 4.348 lugares de culto distribuidos en 803 municipios, 1.500 más que en 2011.

Foto: Feijóo, Ayuso y Almeida, en el acto en Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

De ahí que hace solo unos meses, José Luis Martínez-Almeida, Isabel Díaz Ayuso y el mismísimo Alberto Núñez Feijóo fuesen bendecidos a ritmo de reguetón por una pastora evangélica en un intento por captar el voto latino ante las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. Y parece que funcionó, aunque, a decir verdad, quien primero puso sus ojos en este nuevo caladero fue Vox, siguiendo el modelo de la ultraderecha latinoamericana y su referente en el Brasil de Bolsonaro, aupado en las elecciones de 2018 por los cristianos evangélicos, auténtica fábrica de votos.

De ahí que entre los políticos —de muy segunda fila— asistentes al Desayuno Nacional de Oración, destacara un Iván Espinosa de los Monteros que no pierde ocasión para ponderar las convicciones de los evangélicos —"sois más coherentes en el cumplimiento de aquello que se predica" que los católicos, señaló recientemente—, como debió comprobar en primera persona el año que convivió de estudiante en Estados Unidos con una familia evangélica, hecho que les hace saber en cuanto puede a los miembros de esta confesión. Alumna aventajada también en explorar nuevos nichos de votos es Macarena Olona, excompañera de escaño de Espinosa de los Monteros, quien lleva como número dos en su nueva formación Caminando Juntos al pastor evangélico de etnia gitana —el colectivo más numeroso entre los evangélicos en España—, José Rodríguez Heredia.

Foto: Un exlíder de los Latin King, ahora en el Centro de Ayuda Cristiano. (EFE)

¿Acabará habiendo en España, como en Brasil, una bancada evangélica de diputados? "Eso es más que improbable en el corto o medio plazo, porque en España no existe un voto evangélico", señala a El Confidencial Jorge Fernández Basso, de la Ferede. Y esta federación, además, está en contra de que exista, tal y como recalcó en un comunicado tras el acto político-religioso del PP previo a las elecciones de mayo. "Entre las iglesias evangélicas de España existe un muy amplio consenso en respetar la libertad de conciencia y las ideas políticas de todos los fieles dentro de nuestras comunidades y, por eso, nos hemos pronunciado con rotundidad por la neutralidad política de nuestras instituciones y sus representantes legales, pastores, etc., cuando esta se ha visto amenazada o puesta en entredicho". Lo que sucedió en aquella ocasión.

No obstante, Fernández reconoce que algunos partidos les empiezan a poner ojitos. "El acercamiento de los políticos a la minoría evangélica responde a los mismos intereses que su acercamiento a la población católica, a la minoría LGTBIQ+, y a cualquier otro colectivo con importante presencia e influencia social: básicamente, su capacidad de condicionar o determinar un resultado electoral", señala el consejero de Medios de Ferede. "Los fieles y las iglesias evangélicas en América Latina hemos sido ignorados hasta tiempos muy recientes, hasta el momento en que el crecimiento y la visibilidad de su influencia social se hizo evidente. Hoy, el 15% de los argentinos, el 26% de los brasileños, el 43% de los guatemaltecos, por citar unos ejemplos, se declaran creyentes evangélicos. Esto es lo que nos ha puesto en el foco de los políticos, tanto de derechas, como de centro o de izquierdas".

Foto: Charla de policías nacionales sobre bandas en un instituto. (EFE/Chema Moya)

En España, su historia ha estado marcada por la persecución y el estigma, aplastados bajo el peso de un catolicismo convertido en religión de Estado hasta hace nada, a pesar de lo cual han conseguido labrar "una aportación muy enriquecedora y positiva" al país. Y ahora miran con un cierto temor el hecho de que, con el incremento del número de fieles evangélicos, aumente también en el número de sectas ligadas a ellos, sobre todo las pentecostales. "En las últimas décadas, el crecimiento masivo de las iglesias evangélicas en distintas partes del mundo ha dado lugar a un fenómeno nuevo: el de las megaiglesias, con formas de gobierno muy jerárquicas y contrarias en ese sentido a la tradición histórica de las iglesias herederas de la Reforma, mucho más descentralizadas y democráticas en sus diversas formas de gobierno. Y en relación con esto, aparece la llamada Teología de la prosperidad, que en sus principales extremos contradice principios fundamentales del cristianismo evangélico".

Es el modelo que ha prendido con fuerza en América Latina y ha desembarcado sin complejos también en España, siguiendo la estela de los inmigrantes que vienen a buscarse la vida y a quienes les convencen de que el Dios que predican no te ofrece el paraíso en la otra vida, sino la prosperidad económica y material en esta, aquí y ahora. "Ante este fenómeno —subraya el portavoz de Ferede—, las más alertas y preocupadas son las iglesias e instituciones pentecostales históricas. Nuestra Federación tiene ámbito en España, pero forma parte de la Alianza Evangélica Latina y desde ese lugar compartimos la preocupación de nuestras iglesias e instituciones hermanas ante esas teologías y prácticas contrarias al espíritu del Evangelio, que tanto daño hacen al testimonio común de las iglesias evangélicas en la región". Y tampoco descarta que el contagio con las que ya han llegado desde Latinoamérica pueda acabar contagiando a las asentadas en España desde hace siglos. "Es una posibilidad", señala.

Foto: Yadira Maestre, durante su intervención en el acto del PP. (Cedida)

Quien ya las tiene identificadas y sigue muy de cerca es Luis Santamaría del Río, uno de los fundadores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas. "El grupo más significativo de los que se ha implantado en nuestro país en las últimas décadas es la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), de origen brasileño", señala. Llegada a España en la década de los 90, su fundador es Edir Macedo, un multimillonario amigo de Bolsonaro a quien, gracias a su emporio mediático, el segundo más importante del país, llevó en volandas a la presidencia de Brasil en 2018, y, hasta el último instante, estuvo jaleando a los seguidores del exmilitar para asaltar a principios de enero la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia, tras el triunfo de Lula da Silva en las elecciones generales del pasado año.

Mes y medio después de aquella réplica trumpista en la capital brasileña, Edir Macedo viajó a España por primera vez, a un acto en Madrid que reunió a devotos de esa iglesia pentecostalista llegados de las 45 sedes que tiene repartidas por el país, "lo que nos da una idea de su importancia", asegura Santamaría, y de la que habla largo y tendido en su libro A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España (BAC), donde asegura que hay unos 480.000 españoles captados por las sectas, 99 de ellas de origen cristiano.

Foto: Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, días antes de la segunda vuelta de las elecciones brasileñas. (EFE/Sebastiao Moreira)

La de Macedo se inscribió legalmente como Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, aunque hoy se hace llamar Centro de Ayuda Cristiano. "Un dato muy significativo es que la Ferede, la entidad que engloba a los evangélicos para la interlocución con el Estado y otras labores de coordinación, ha denegado repetidas veces la entrada a este grupo, la última en 2021. Y si se asiste a cualquiera de sus cultos, se puede ver que acude una cantidad significativa de personas, la mayoría inmigrantes, a las que se induce a una entrega permanente de dinero a través de muy calculados procedimientos de manipulación emocional sostenidos teóricamente por la Teología de la prosperidad, que consiste en que cuando más se le dé a Dios (es decir, al grupo), más bendecido se verá el donante, también en lo material. Una máquina de hacer dinero", concluye el experto.

Santamaría alerta de que sectas como esta —y otras evangélicas— "suponen un serio problema para las personas en exclusión social, ya que las hacen dependientes de la dinámica grupal, de un discurso paternalista y providencialista que les hace resignarse totalmente ante su situación, poniendo su esperanza solamente en lo sobrenatural, que pasa necesariamente por la mediación del grupo y de sus pastores". "Se está formando —añade— un público cautivo y obediente, y con un pensamiento mágico, no religioso realmente… lo que puede tener un efecto contagio sobre el resto de la población inmigrante y empobrecida". Dueños del alma, el voto sale barato. "Siempre cabe el riesgo de una influencia mayor de grupos como este, ya que cuentan con medios de comunicación propios, y a veces hasta han alquilado espacios en emisoras de radio y televisión locales. Su mensaje puede llegar a mucha más gente. Y también está la posibilidad de que actúen como lobby, haciendo uso de sus influencias económicas y hasta políticas".

Foto: Una joven, rezando en una de las capillas de la sede de Hakuna, en Las Rozas. (A. F.)

De momento, el Centro de Ayuda Cristiano ha conseguido una cierta respetabilidad por su conocimiento y actuación en el preocupante fenómeno de las bandas latinas. Para Santamaría se trata de una estrategia más para conseguir sus objetivos. "Por un lado, legitimarse socialmente como si fuera una benemérita ONG que trabaja con personas que tienen una real necesidad; por otro lado, acercarse a personas especialmente vulnerables (los adolescentes y jóvenes inmigrantes, con sus propios problemas familiares, afectivos, emocionales, educativos, de integración…) y lograr captarlos a ellos y a sus familias con el señuelo de la ayuda y la rehabilitación".

Con todo, y sin quitarles ojo, Santamaría también deshincha el globo del voto evangélico. "En España es más difícil que suceda algo como en Brasil. Sin embargo, algunas acciones recientes en la política nacional parecen mostrar que por parte de los partidos hay una tendencia a acercarse al mundo evangélico por tratarse de un nicho de votantes nada despreciable, y querrían ganarse su confianza y su apoyo. Es una amistad interesada, pero por parte de los líderes de los grupos evangélicos la respuesta también será interesada, en el caso de que la haya. De todas maneras, no creo que la relación entre evangélicos y política, al menos en este momento, deba preocuparnos".

"Los evangélicos no tenemos un partido político ni queremos uno que sea nuestro, pero nos interesa la política porque nos interesa la vida de las polis". Fue la reflexión que expuso el pastor evangélico Emmanuel Buch al final del Desayuno Nacional de Oración celebrado en Madrid el 5 de junio, al modo del National Prayer Breakfast, cita anual que los presidentes estadounidenses tienen marcada en rojo y que, en 2010, contó con José Luis Rodríguez Zapatero como invitado principal de un acto político-religioso cuyos hilos hasta hace poco manejaba un opaco grupo evangélico, The Fellowship.

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