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Feijóo se moviliza en pequeñas provincias en busca del golpe definitivo a Sánchez
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Feijóo se moviliza en pequeñas provincias en busca del golpe definitivo a Sánchez

El PP se la juega en las 28 plazas que reparten menos escaños y que representan el 30% del total. El candidato popular busca superar los 150 diputados y sumar más que la izquierda para no gobernar con Abascal

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el arranque de campaña en Os Peares (Ourense). (EFE/Lavandeira)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el arranque de campaña en Os Peares (Ourense). (EFE/Lavandeira)
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Alberto Núñez Feijóo ha convertido su compromiso con la España rural en uno de los pilares que sostendrá su campaña electoral. El líder popular prefiere no dejar al azar el reparto de diputados en los enclaves más despoblados de la geografía nacional, plazas en las que arrebatar el último escaño al PSOE puede allanar el camino hacia la Moncloa a Feijóo. El PP ha situado en 150 escaños el mínimo necesario como para intentar negociar con Abascal sin ofrecerle carteras ministeriales. Y las circunscripciones más pequeñas, granero de votos del bipartidismo, pueden convertirse en la clave de la noche electoral para un PP que lidera las encuestas, pero que aún está lejos de la mayoría absoluta.

El discurso del voto útil de Feijóo adquiere un cariz especial en 18 circunscripciones, las que cuentan con cuatro escaños o menos al Congreso de los Diputados —además de Soria, que reparte dos, y Ceuta y Melilla, con uno—. En Génova, dan por imposible que Sumar pueda escalar al tercer puesto en las provincias de la España rural, y se preparan para una batalla para arrebatar al PSOE los últimos escaños provinciales. No es un desafío menor si se tiene en cuenta que una diferencia de 10 o 15 diputados puede significar gobernar con o sin Vox para Alberto Núñez Feijóo, siempre y cuando, claro, gane las elecciones del 23-J. Las mencionadas provincias reparten nada menos que 68.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Reuters/ Albert Gea) Opinión
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El candidato popular trabajará desde el terreno este desafío y ha confeccionado una campaña para exprimir todo el rédito electoral posible de la España vacía de habitantes, pero repleta de escaños. En las provincias que reparten tres diputados, como Huesca, Ávila, Palencia, Segovia, Guadalajara, Teruel, Zamora o Cuenca, Feijóo tiene dos objetivos. El primero y fundamental es hacerse con el primer puesto frente al PSOE. Se trata de plazas donde el reparto es tan limitado que los escaños valen doble: no solo es el que se gana, sino también el que pierde el rival. En las últimas generales, el bloque de derecha acudió a las urnas fragmentado en tres fuerzas, lo que permitió al PSOE lograr la primera posición con porcentajes bastante modestos en circunscripciones históricamente conservadoras.

En las pequeñas provincias, los escaños valen doble: no solo es el que se gana, sino también el que pierde el rival

El segundo gran reto de los dos grandes partidos es mirar al que ocupa la tercera plaza. Y, en este caso, es el PP quien debe prestar mayor atención. En Génova, dan por hecho que, en estas provincias, la capacidad que tiene Sumar de competir con Vox es más limitada que en las grandes urbes, que guardan una proporción mayor con el número de votos. Y ello se traduce en que, en igualdad de papeletas, los de Abascal están en condiciones de reunir más escaños que Yolanda Díaz por su entrada en circunscripciones pequeñas, pero sobrerrepresentadas. Ciudadanos ha desaparecido del mapa, pero Vox sigue siendo un problema para el PP en estos territorios. En 2019, los ultraconservadores lograron nueve de los 68 escaños en las provincias más pequeñas, y arrebató el último a los populares en Ávila, Guadalajara, Segovia y Zamora. También se hizo con el único escaño de Ceuta.

Esa continua apelación de Feijóo al voto útil afecta también de forma especial a las áreas que envían cuatro diputados a la Cámara Baja. Es el caso de Burgos, Lleida, Lugo, Ourense, Álava, La Rioja, Albacete, Cáceres, León y Salamanca. En las cuatro últimas, Vox consiguió entrar como tercera fuerza. En las restantes, salvo Álava y Lleida, PSOE y PP se repartieron el pastel con empate a 2-2. Con una inercia demoscópica favorable para los populares, Feijóo aspira a frenar a Abascal en estas provincias y convertir un reparto de 2-1-1 en un 3-1 a favor del PP.

Foto: Santiago Abascal, durante un mitin. (EFE/Fernando Villar)

También será relevante para Génova lo que suceda en las provincias de cinco escaños: Cantabria, Navarra, Valladolid, Castellón, Jaén, Ciudad Real, Badajoz y Huelva. En 2019, Vox logró un representante en todas ellas. La decisión del PRC de no concurrir a las generales puede regalar un diputado extra a Feijóo, mientras que, en Navarra, la ruptura con UPN puede pasarle factura. En el resto, el objetivo es valerse del empuje de las autonómicas y municipales y arrebatar uno más al PSOE para hacerse con un mínimo de tres. Especial atención merece Huelva, provincia en la que Vox se impuso al PP en número de votos en las últimas generales.

El PP ha colocado el voto útil en el centro de su estrategia electoral. Y el botín no es menor: en conjunto, las 28 provincias menos pobladas, junto a las dos ciudades autónomas, reparten 108 escaños al Congreso, más del 30% del total. En conjunto, representan alrededor del 20% de la población. Feijóo arrancó la campaña en su aldea natal, Os Peares, en la provincia de Ourense, donde reivindicó sus orígenes rurales y situó como una prioridad durante su eventual legislatura la política de proximidad y revertir el olvido y la desigualdad de la España vaciada respecto a las grandes ciudades.

El líder popular ya hizo una ruta por algunos de estos enclaves en precampaña. Consciente de lo que está en juego, no dejará de lado esa agenda con el arranque oficial de la carrera hacia la Moncloa. Tras abrir campaña el viernes en Badajoz, este sábado visita Zamora; el domingo, Pontevedra —donde se prevé el acto más multitudinario de la campaña del PP ante 12.000 militantes—, y el martes, Ciudad Real. Los viajes de Feijóo a estas provincias serán una constante en las próximas semanas, aunque su agenda se irá ajustando en los próximos días en función de la evolución de los trackings, que revelarán en qué ciudades se debe apretar para afianzar una mayoría "suficiente" el 23-J.

Otra de las claves para el PP pasa por lograr mantener la inercia de la victoria en Andalucía. Aunque entraron en juego otros factores, los populares lograron elevar a la máxima potencia la estrategia del voto útil en este territorio, y dio sus resultados. Primero, hace un año con la histórica mayoría absoluta de Juanma Moreno. Y, después, el 28-M, cuando los populares lograron teñir de azul todas las provincias.

El próximo 23 de julio, Moreno se enfrentará a un escenario más difícil todavía y buscará aportar uno de cada cinco diputados del PP en el Congreso. En las generales de 2019, los populares solo lograron 15 de los 61 escaños que Andalucía guarda en el zurrón. El objetivo es elevar esa cifra a la que logró Mariano Rajoy en la absolutísima de 2011. Entonces, 33 de los 186 diputados populares eran andaluces.

Alberto Núñez Feijóo ha convertido su compromiso con la España rural en uno de los pilares que sostendrá su campaña electoral. El líder popular prefiere no dejar al azar el reparto de diputados en los enclaves más despoblados de la geografía nacional, plazas en las que arrebatar el último escaño al PSOE puede allanar el camino hacia la Moncloa a Feijóo. El PP ha situado en 150 escaños el mínimo necesario como para intentar negociar con Abascal sin ofrecerle carteras ministeriales. Y las circunscripciones más pequeñas, granero de votos del bipartidismo, pueden convertirse en la clave de la noche electoral para un PP que lidera las encuestas, pero que aún está lejos de la mayoría absoluta.

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