La noche electoral de los partidos en tiempos de covid: así siguen el recuento del 14-F

Las fórmulas para evitar la propagación del virus hacen que, como se esperaba, la noche electoral sea igual de atípica que el resto de la jornada electoral. La necesidad de evitar las aglomeraciones, de aumentar la ventilación de los espacios cerrados y de guardar la máxima distancia entre personas hacen que los partidos se vean obligados a vivir los comicios de una forma distinta a como se acostumbra en las grandes citas con las urnas.

Lo que no faltará seguro serán las alegrías en las filas de quienes consigan un resultado igual o mejor al esperado ni tampoco las caras largas y las lágrimas entre quienes se vean superado por sus rivales y no cumplan con las expectativas. A la espera de saber quién se arroga cada papel, lo que está claro es que no se verán las escenas de las sedes de los partidos llenas hasta arriba de afiliados.

Aunque los comicios en Cataluña no son los primeros que se celebran en España en contexto pandémico, el foco mediático que la política de la región genera ha hecho que los partidos se vuelquen sobremanera en las últimas semanas.

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La campaña en sí ya ha sido muy distinta a aquellas previas a 2020. La ausencia de actos masivos y el mandato de reducir los contactos entre los políticos y sus bases han modificado las técnicas de las formaciones, optando por una gran cantidad de pequeños mítines retransmitidos por en vídeo o marcados por el simbolismo. No ha sido extraño ver imágenes que en otro momento se buscarían evitar como la de candidatos prácticamente solos bajo una ínfima carpa y hablando a un público que no está frente a ellos.

Del lado de los socialistas, ya avanzaron que las comparecencias que suelen producirse durante jornadas de este tipo tendrán lugar por vía telemática. Hoy solo pueden acceder a la sede de calle Ferraz en Madrid las televisiones. Según explican en un comunicado para los profesionales de la información, el partido centra sus esfuerzos en mantener el acceso al edificio ventilado y también la distancia de seguridad que marcan los protocolos para los reporteros y cámaras que se encuentren en el interior. Mientras que la ejecutiva nacional se queda en la capital, Salvador Illa y el resto de su equipo hacen lo propio en Cataluña.

Los socialistas afrontaban el 14-F con las miras puestas en disputar el liderazgo en las urnas frente a ERC y JxCAT en una tendencia ascendente. Descendente sería, según las encuestas, el resultado para Ciudadanos, que venía de ser la lista más votada en 2017. Tanto la cúpula nacional como regional del partido pasan el recuento de la noche electoral en su sede de Barcelona evitando esa presencia destacada de afiliados de otros años. Según aseguran desde Cs, no habrá movimiento en su sede en la madrileña calle Alcalá.

PP, Comuns, Junts...

Sí que se reparten entre Madrid y Barcelona los líderes del PP. Mientras que el candidato, Alejandro Fernández, y otros cargos del PP catalán terminan el día en el cuartel general de los populares en la Ciudad Condal, Pablo Casado y el resto de la plana mayor de la organización siguen el recuento en la capital. También sin afiliados, se espera una noche larga en Génova 13.

Quienes se desplazarán hasta un hotel serán los de Junts. Un grupo reducido de candidatos con Laura Borràs al frente pasa la velada en el Hotel Barceló de Sants, en el que han habilitado un espacio para los medios de comunicación. Según indican desde la formación de Carles Puigdemont, las medidas de seguridad sanitaria les han llevado a reducir al mínimo posible el aforo, impidiendo la entrada a simpatizantes. Solo están unos cuentos dirigentes y los propios periodistas que informan de la noche.

También los comunes de Jéssica Albiach viven hoy una noche atípica. Desde la formación señalan que la cita se sigue desde su sede central en Barcelona y que allí se encuentran tanto la candidata a la Generalitat como parte de la candidatura, además de la alcaldesa, Ada Colau, y los equipos de comunicación y asesores, pero tampoco hay hueco para simpatizantes en una jornada que debe estar marcada por la escasez de contactos.

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Las escenas de este domingo serán recordadas por todos como las de una cita con las urnas poco común. Este viernes, sin embargo, se pudo ver una imagen poco corriente en los días de preparación que hemos vivido. Fue en el cierre de campaña de Vox, donde solo las mascarillas denotaban que se trataba de un contexto de epidemia. Decenas de dirigentes y simpatizantes acudieron al acto presidido por Santiago Abascal, provocando aglomeraciones al aire libre y con varias carpas. Un mitin al estilo tradicional a pesar de la expansión del virus.

El partido sigue el conteo de votos este domingo en el Hotel Avenida Palace, en Barcelona, donde estarán presentes el candidato, Ignacio Garriga, el propio Abascal y otros dirigentes. Junto a estos esperan contar con una veintena de afiliados, además de la prensa.

Esquerra vive la noche en su cuartel general con ausencia total de militantes y con varias salas habilitadas para la prensa para que sea posible mantener la distancia. En la entrada, toma temperatura, gel hidroalcólico, mascarilla... En la sede central solo estará la dirección, los periodistas y algunos trabajadores de ERC.

A pesar de que previsiblemente se escape algún abrazo de consuelo o alegría entre los dirigentes de las formaciones, y de la excepción de Vox el viernes, el 14-F no se recordará por la efusividad ni por un respaldo social masivo y cercano de simpatizantes y militantes.