Sánchez acusa al PP de "trumpismo" y descarta facilitarle un gobierno sin Vox

Pedro Sánchez aleja la errática estrategia del miedo a Vox para centrarla directamente en un PP que "asume y asimila sus tesis". El presidente del Gobierno y líder de los socialistas ha vuelto a acusar a los populares de "trumpismo", durante una entrevista esta mañana con Carlos Alsina en Onda Cero, elevando varios decibelios su juicio por "fata de cumplimiento a la legalidad", "poner en cuestión los resultados electorales" y "deshumanizar" a los rivales políticos. Es por ello que ha rehuido el debate sobre la lista más votada, acogiéndose también a que los populares han sumado con Vox para desbancar a candidatos socialistas que el pasado el 28-M fueron primera fuerza. No habrá, por tanto, abstención del PSOE tras el 23-J para impedir un gobierno de coalición con Vox.

Este es precisamente el escenario que señala la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial publicada este lunes. El PP obtendría el 33,3% del voto y 136-138 diputados en el Congreso, unos 40 escaños por encima del PSOE, que sigue por debajo de la barrera psicológica de los 100. Un triunfo incontestable, pero insuficiente para su objetivo de intentar gobernar en solitario. "El PSOE es una organización que merece respeto", exigió Sánchez tras indicársele que en su mano podría estar la posibilidad de evitar la entrada de los de Santiago Abascal en una coalición.

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"El discurso del PP y de Vox es el mismo, que es derogar" el denominado sanchismo, contrargumentó el jefe del Ejecutivo para insistir en que el 23-J solo hay dos opciones: "O Sánchez o Feijóo", con sus respectivas muletas a izquierda y derecha. Asimismo, se sirvió de los acuerdos alcanzados entre PP y Vox en ayuntamientos y las negociaciones en alguna comunidad autónoma para incidir en que la estrategia de Feijóo pasa por replicar este modelo a escala estatal.

Al igual que ha rehuido de su alianza parlamentaria con EH Bildu, minimizándola a acuerdos puntuales, Sánchez ha marcado distancias con sus socios de coalición. Más concretamente con la ministra de Igualdad, Irene Montero, por un feminismo que tildó de haber caído en la "confrontación". "Hay hombres de 40 o 50 años que han visto algunos discursos, no tanto las políticas, que han sido incómodos hacia ellos. Creo que eso es un error", asumía para alinearse con las tesis de la vicepresidenta Nadia Calviño, reclamando un feminismo "integrador". La tarea pendiente del feminismo, respondió respecto a sus desavenencias con la dirigente morada, es que debe ser integrador para concluir que "tengo amigos que se han sentido incómodos con discursos que se han planteado más de confrontación que de integración".

La insistencia en que no solo no ha tenido pactos de gobierno ni de legislatura con EH Bildu, sino que tampoco ha sido un aliado permanente este legislatura, la argumentó asegurando que pactó más convalidaciones de decretos con el PP que con la formación abertzale radical. Concretamente, 51 con el PP frente a 48 con EH Bildu. Una revisión a la "dinámica parlamentaria" de un Ejecutivo en minoría que se complementa con la autoenmienda de los pactos postelectorales tras el 28-M en el que los socialistas han vetado a EH Bildu en Euskadi y Navarra.

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Tanto es así que en Pamplona, como hace cuatro años, han facilitado la alcaldía a UPN, mientras que en Euskadi ha accedido a gobiernos municipales, como el de Vitoria, pactando con PNV y PP. "No estamos en el con quién, sino en el para qué", aseguró para poner en cuestión el perfil de "estadista" de Feijóo por facilitar también en Barcelona la alcaldía al socialista Jaume Collboni, lo cual evitó que el candidato de Junts, Xavier Trias, se erigiese con el bastón de mando de la capital catalana.

"He tenido cambios de posición"

Ante la insistencia del entrevistador por incumplir algunas de sus promesas, sobre todo respecto a las alianzas y Cataluña, el jefe del Ejecutivo se ha sincerado con que "he tenido cambios de posición política en asuntos de Estado". Acto seguido se ha referido a Cataluña para calificar decisiones como los indultos a los presos del procés de "arriesgadas y muy complejas".

Aun reconociendo que "muchos oyentes que me votaron en 2019" y ahora no lo harán por este tipo de decisiones, las justificó porque "la política está para resolver problemas, aportar soluciones y no dar rienda suelta a la venganza de nuestras propias pasiones". Una resolución de problemas que argumentó por el hecho de que "la situación en Cataluña nada tiene que ver con cómo estaba ni en 2015, ni en 2017 ni en 2019, con contenedores incendiados", además de que "hoy es primera fuerza en Cataluña una fuerza política constitucional".

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Ferraz intensificará esta semana el guion de una campaña con menos mítines y más platós, principalmente en forma de entrevistas ante la negativa de los populares de acceder a su petición de un debate cara a cara con Feijóo por semana. No habrá actos políticos a diario con la pretensión de priorizar solo concentraciones masivas, como la de este domingo en Dos Hermanas (Sevilla), donde asistieron según la organización 4.000 militantes y simpatizantes. Lo que sí habrá, por tanto, es una omnipresencia en los medios. Y es que la fatiga en las federaciones socialistas tras la debacle de las municipales y autonómicas, junto al desinterés de algunos barones críticos o derrotados en las urnas a la hora de volcarse en la campaña, ya dibujaba serias dificultades para lograr la intensa movilización que requerían los actos durante al menos seis semanas.

Esta falta de implicación ya se dejó sentir en el último Comité Federal del partido, del que se ausentaron los barones críticos Javier Lambán y Emiliano García-Page. Como viene haciendo desde que se anunció el adelanto electoral, Sánchez apeló al voto útil de la izquierda. Tras reconocer el "significativo avance institucional de fuerzas conservadoras" el 28-M, trató de enchufar al partido con mensajes motivacionales. A los alcaldes y barones que ha sido desplazados de sus cargos, les valoró su gestión y los puso como ejemplo para "darle continuidad". Al igual que al realizado por el Ejecutivo: "No hemos hecho todo este camino para quedarnos aquí. No vamos a desistir. Vamos a hacer que el viaje continúe".