Ayuso acusa a Sánchez de "intento de pucherazo" por la compra de votos: "Se irá como llegó"

Isabel Díaz Ayuso ha protagonizado, ante Feijóo, su intervención más dura de toda la campaña. El mitin de cierre ha sido el momento que ha utilizado la presidenta de la Comunidad de Madrid para agitar la tesis de la ilegitimidad del Gobierno y cruzar una línea muy delicada. "Sánchez se va a ir como llegó: con un intento de pucherazo". El mensaje caía como un cohete a dos días de las elecciones. Tras un largo capítulo de agradecimientos, Ayuso ha entrado de lleno en la arena nacional, situando a Sánchez como único rival a abatir. "La campaña con la que Sánchez ha intentado comprar a la gente se ha convertido en su campaña más larga. Una semana más y no hay delito del Código Penal que no protagonice", incidía la dirigente, que llegó a acusar al PSOE de "cambiar papeletas por papelinas" ya que "han comprado el voto hasta a traficantes y toxicómanos". A Sánchez, remataba, "ya no le vota ni Txapote".

Con estas palabras, Ayuso ha vuelto a ponerse unos cuantos decibelios por encima de Feijóo que, en los últimos días, ha apelado de forma reiterada a la confianza en el sistema electoral pese a la proliferación de casos de compra de votos que afectan casi exclusivamente al PSOE. De hecho, el líder popular se ha referido también en su intervención a esta cuestión, pero en un tono más comedido que el de la mandataria madrileña. Feijóo ha ironizado con la relación entre el "abaratamiento del Código Penal para delitos de corrupción" por las múltiples causas penales que afectan a cargos de los socialistas. "Que el sanchismo se entere: la democracia no está en juego. Vamos a votar masivamente, en contra de los que hacen trampas".

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No es la primera diferencia dialéctica que ha quedado en evidencia esta campaña entre Feijóo y Ayuso. Pero el líder popular ha intentado quitar hierro a esas desavenencias internas, defendiendo incluso el verso libre de la dirigente porque "el PP no es una secta". "No sé en qué partido piensan así, pero en el PP se opina, se habla, se debate, porque somos un equipo, y por eso se habla claramente. No sé en qué siglo piensan que estamos, porque en este siglo una mujer puede hablar y pensar por sí misma", pronunciaba Feijóo. "Isabel ha hecho la campaña que ha considerado oportuna, con los mensajes que ha estimado oportunos", defendía, partiendo una lanza a favor del "perfil propio" de la mandataria… pero sin unirse a sus mensajes.

Ayuso también ha intentado exhibir unidad pese a contradecir al líder del PP en varios asuntos durante la campaña. A Feijóo ha prometido "lealtad". "Hemos vivido la etapa más difícil de la historia del PP. Gracias porque confiaste en mí en los peores momentos, me diste apoyo sin contemplamientos, y todos los días me has demostrado una gran humildad". Y remataba: "Estaré a tu lado, siempre a tu disposición".

Feijóo ha utilizado su último discurso de campaña para insistir en el mensaje, ya convertido en lema electoral, de "derogar el sanchismo". Y para ello, ha añadido, es necesario "votar con claridad" el próximo domingo, porque "el sanchismo está lleno de franquicias". "Sánchez no tiene límites, y su partido ha sido incapaz de ponerle freno", insistía Feijóo, que volvía a apelar al discurso del voto útil que ha marcado la recta final de la campaña del PP. Ayuso se ha pronunciado también en el mismo sentido, instando al electorado de derechas a no ir "dividido" a las urnas porque eso "es lo que quieren los enemigos de España y de los españoles".

Por su parte, José Luis Martínez-Almeida, que ha sido el primero en intervenir en el acto, ha agitado el mensaje sobre el que ha girado todo el mitin de cierre de los populares. "Solo desde la unidad conseguiremos grandes mayorías", exclamaba el regidor, que pedía "a todos los que están a la derecha, a la izquierda, a los que nos votáis, a los que no, ¡votadnos el 28-M!", reiteraba, apelando de nuevo a la concentración de papeletas. El alcalde de Madrid, que se juega depender de Vox o Cs —si logran entrar en el consistorio— o gobernar con manos libres, ha insistido en que "lo único que puede salir mal" el domingo es "que no vayamos a votar". "Cada voto cuenta. No demos nada por sentado, no demos a la izquierda por derrotada. Lo único que no puede fallar el 28-M es la movilización", advertía.

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El cierre de campaña no ha sido un mitin como tal para el PP, sino más bien una "fiesta" anticipada. Los populares miran al domingo en una nube de euforia que les hace presagiar un "grandísimo resultado". Las últimas noticias de fraude electoral que afectan a los socialistas han inflado los ánimos en el cuartel general de los populares durante los últimos compases de una carrera electoral que comenzó oficialmente hace 15 días, pero que en realidad cuenta con un recorrido de varios meses. "Lo que le está pasando al PSOE en las últimas horas es una mascletá perfecta", sintetizaba el líder popular en Albacete, horas antes del cierre oficial de campaña en el recinto de Ifema, en Madrid.

El espacio, con capacidad para casi 2.000 personas, retrotrae al congreso del PP de Madrid que se celebró hace justo un año, y que también tuvo como protagonistas a Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso. El líder popular tenía claro desde el principio que cerraría la campaña junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, que este domingo se juega firmar o no una mayoría absoluta que la reposicionaría a nivel orgánico y la situaría al nivel de Juanma Moreno ante una hipotética batalla por la sucesión cuyo fantasma sigue en el aire.

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El Palacio de Congresos de Ifema era una fiesta dos horas antes del arranque del mitin. Barriles de cerveza, comida, DJ y hasta un concierto en directo para animar a los miles de cargos y afiliados, que bailaban al ritmo del ¡Ganas! que Isabel Díaz Ayuso ha convertido en la banda sonora de su campaña. Un auténtico despliegue que demuestra que el PP mira a la cita con las urnas de este domingo con la confianza de iniciar el ansiado "cambio de ciclo" y dar un vuelco electoral en feudos clave de la izquierda, con el foco puesto especialmente en la Comunidad Valenciana.

ETA, voto útil... y el choque con Ayuso

Feijóo ha sido un líder omnipresente en la campaña electoral del PP, con lo que ha primado la agenda nacional a la local en unas elecciones que nunca han sido vistas en clave territorial, sino más bien como una primera vuelta para las generales. La gira del líder popular arrancó marcada por la noticia de que Bildu había incluido a decenas de condenados por terrorismo en sus listas electorales, lo que llevó a clavar un único mensaje: el objetivo era Sánchez y los "candidatos socialistas", a los que acusaba de ser "cómplices" de que el Gobierno evitase la ruptura con los de Otegi. Pero hubo un factor que desvió la meta que se había marcado el PP. Y las balas venían de dentro.

Opinión

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Isabel Díaz Ayuso se llevó la campaña a su terreno con un discurso mucho más duro que el de Génova, hasta el punto de desautorizar a Feijóo a la hora de exigir que se promueva la ilegalización de EH Bildu, en contra del criterio de la dirección nacional. La presidenta madrileña agitó el fantasma de ETA, a la que vincula como parte del "presente" y del "futuro" de España por la permanencia de los abertzales en las instituciones. En Génova no comparten el mensaje de su mandataria, y cambió completamente de tercio en el ecuador de la campaña para evitar, en parte, un nuevo choque de trenes interno. El objetivo este viernes era también el de exhibir unidad entre Feijóo y Ayuso, con el objetivo de trasladar el mensaje de que el hecho de que existan dos discursos en el partido, dos almas en el PP, puede servir para ensanchar el partido y "reunificar" a la derecha.

En los últimos días de campaña, Feijóo ha olvidado a Bildu y ha apretado con la estrategia del voto útil para pedir a los electores huidos a Vox y Cs "una oportunidad" que le permita consolidar mayorías amplias el 28-M, precisamente con el objetivo de esquivar a los de Abascal. El goteo de detenciones por fraude electoral que se ha extendido por varios territorios y que afecta mayoritariamente al PSOE ha llevado al PP a apretar con la idea de que el domingo se debe acudir a las urnas "de forma masiva" para enjuagar "las trampas" de la izquierda.