Yolanda Díaz se da hasta julio para cerrar las negociaciones por Sumar

La izquierda a la izquierda del PSOE no tendrá un respiro tras las elecciones autonómicas y municipales del 28-M. Yolanda Díaz aspira a cerrar entre junio y julio las negociaciones con los partidos para armar su proyecto político para las generales, Sumar. Distintas fuentes entre los aliados de la vicepresidenta segunda aseguran a El Confidencial que, durante las conversaciones mantenidas en los últimos meses, el entorno de la ministra de Trabajo ha trasladado su intención de retomar cuanto antes, en una nueva fase, el diálogo para buscar un acuerdo político, pero también para aterrizar los detalles de esa candidatura a las próximas elecciones generales, ya una vez pasada la resaca del 28-M.

Díaz no quiere marcar el paso a los partidos, evita hablar de plazos concretos, pero los propios aliados de Sumar reconocen que deben volver a la mesa de negociación inmediatamente después de que se asiente el nuevo tablero político. Mientras Podemos aún manifiesta incertidumbre ante los planes de la vicepresidenta segunda, durante la campaña ha renunciado a las hostilidades abiertas. Tras las elecciones, se abre el periodo para abordar todos los temas pospuestos a causa de la competición en las urnas entre partidos de este espacio, que fueron, según el equipo de Díaz, quienes reclamaron esta pausa, toda vez que Sumar no concurre a estos comicios. En lo que respecta a la fórmula concreta de las primarias, no hay tanta prisa, pero la intención es acordarla cuanto antes. Y, en lo que toca a la celebración de este proceso, también hay varias posiciones, pero creen contar con algo más de margen.

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Por una parte, sus aliados sostienen que, "si el proceso quiere salir bien", debe cerrarse "antes de que la gente se vaya" de vacaciones de verano. "A la vuelta, todo tiene que estar listo", explica un dirigente de uno de los partidos alineados con Sumar. Distintas fuerzas reconocen que éste es el calendario que ya se abordó con las distintas formaciones en las reuniones de enero y febrero, antes de la presentación oficial de Díaz como candidata a la Moncloa, el 2 de abril.

Por otro lado, reconocen que los resultados del 28-M pueden influir en el calendario, pero insisten: los meses de julio y agosto son mucho más complicados. Interpretan que toca sentar las bases antes, para cerrar filas desde el arranque del curso político, en septiembre. Aunque la votación sobre las primarias no se haya celebrado antes de las vacaciones.

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Una frase atribuida por distintos aliados al equipo de la líder de Sumar es muy representativa: "En junio, tiene que estar todo cerrado". Esto afecta a cómo a articular la docena de partidos que aspiran a integrarse, independientemente de la actuación de Podemos, y teniendo claro que lo más complicado, como en cualquier negociación para sellar una coalición, son los puestos en las listas.

Públicamente, no han querido confirmarlo, pero según distintas fuentes de la negoicación, tanto Podemos como Sumar se intercambiaron antes de la presentación de Díaz sendas propuestas para repartirse puestos en las listas, con porcentajes concretos, sin lograr un pacto. Los morados justificaron su ausencia en el acto en el polideportivo de Magariños afirmando que Sumar no quería comprometerse a celebrar primarias abiertas; desde el entorno de la vicepresidenta trasladaron que siempre habían dejado claro que habría primarias.

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Un dirigente de una de las formaciones aliadas asegura que el reparto de posiciones en las listas se articulará por tramos, siendo el más complicado de acordar el que va de los 25 a los 30 escaños; un resultado que, incluso en un escenario pesimista, dan por hecho que pueden lograr. Tras cerrar la negociación con los partidos, tocará celebrar primarias. Integrar a una docena de formaciones, cada uno con su respectivo peso electoral y político, conjugados con el respeto a su presencia territorial, es un desafío, y así lo reconocen distintas partes. Por eso el equipo de la vicepresidenta no quiere hablar de plazos, e insiste en que antes deben retomar las conversaciones con cada una de estas fuerzas.

Su relación con Podemos, que se reivindica como "nave nodriza" de la izquierda, y que hasta la fecha ha reclamado una relación de tú a tú con Sumar, fuera del cauce de conversaciones con el resto de partidos, es el elefante en la habitación. El cese de las hostilidades hacia Díaz —no hacia aliados como Más País, Compromís o Proyecto Drago— ha venido acompañado por varios gestos de apoyo a la vicepresidenta por parte de dirigentes y candidatos de Podemos para el 28-M. La más clara ha sido la líder de Podemos en Euskadi, Pilar Garrido, pero ha habido varios guiños a la aspirante a la Moncloa durante su despliegue para respaldar a Unidas Podemos en otros territorios, con encaje de bolillos en Madrid y en la Comunidad Valenciana incluidos.

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La líder de Sumar ya retrasó la presentación oficial de su candidatura, y es consciente de que lo ocurra el domingo influirá en los plazos, pero desde su equipo han trasladado a sus aliados que quieren cerrar estas negociaciones cuanto antes. De su éxito depende reeditar el Gobierno de coalición.