Yolanda Díaz lo juega todo a la carta Ada Colau: asumirá como propios sus resultados el 28-M

Yolanda Díaz ha dejado claro que su química con la alcaldesa de Barcelona trasciende de lo estratégico. Y por eso ha decidido apostarlo todo a la carta Ada Colau de cara a la campaña del 28-M. La líder de Sumar, que pasó de un perfil bajo a proyectar una campaña con 18 actos, a varias bandas, ha concedido un puesto de honor a Cataluña en esa gira, con un acto de precampaña, otro en Montcada y hasta tres citas con Colau en Barcelona, la última este sábado.

Desde su entorno reconocen que sí se siente responsable del resultado de la líder de Los Comunes, por su especial "compromiso" por la gente con quien comparte "proyectos políticos". Es el caso de Colau y de Mónica García, candidata de Más Madrid a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Pero, a diferencia del avispero madrileño, en el ecosistema catalán la aspirante a revalidar la alcaldía de Barcelona es la referencia indiscutible del espacio político, y engloba en sus filas a Podem. En la Comunidad de Madrid, Díaz ha tratado de medir sus pasos, cumpliendo con Podemos y visibilizando abiertamente su cercanía con Más Madrid. El partido al que, según deslizó semanas antes, votaría en Madrid. No habrá camiseta en favor de una de las candidatas madrileñas, como sí ha lucido la prenda que pregona, con ironía: "La culpa de todo la tiene Ada Colau".

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En Madrid, la candidatura de coalición entre Podemos, IU y Alianza Verde, pelea por superar el 5% necesario para obtener representación, si bien Podemos se desmarca, subiendo el tono o arrastrando al hermano de Isabel Díaz Ayuso hasta el centro de la campaña. Esa decisión estratégica, inmortalizada en una lona con el rostro de Tomás Díaz Ayuso en el corazón de Madrid, fue adoptada de forma unilateral por los morados, pero ninguno de sus compañeros de candidatura quisieron desmarcarse.

La izquierda a la izquierda del PSOE ha pasado de la guerra fría a una suerte de tregua: ni los morados han dejado de tomar nota de las acciones de Díaz, ni la vicepresidenta se ha salido en su discurso de los márgenes que decidió respetar. Díaz reparte elogios a Colau en Barcelona, pero en Madrid, en lo que toca a la coalición en la que participa Podemos, solo ha aludido directamente a la candidatura de Ganar Alcorcón, que lidera el líder autonómico morado, Jesús Santos. Sin citar a Alejandra Jacinto y Roberto Sotomayor, que se unirían poco después a la foto con la candidata a la Moncloa.

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En Madrid o en Valencia, donde la impulsora de Sumar repetirá su esquema a dos bandas, en este caso con Podemos-IU y Compromís-Más País, es más complicado atribuir la responsabilidad sobre los resultados a la vicepresidenta segunda. En Cataluña, sin embargo, solo había una opción. Pero, además, la que encarna Colau es la que, hoy por hoy, más se acerca a lo que quiere hacer Díaz.

Podemos, mientras tanto, se centra en defender los fuertes madrileño y valenciano, pero también los otros cinco gobiernos autonómicos de los que forma parte. Con Ione Belarra e Irene Montero centradas en Valencia durante la semana, y con el plato fuerte de la campaña en Madrid, el sábado, los morados desplegaron a Pablo Iglesias en Baleares, donde también gobiernan en coalición con el PSOE y Més. Ha sido la segunda ocasión en la que recurren al exvicepresidente segundo, e Iglesias la ha usado para criticar la "madrileñización de la derecha", y para advertir de que, desde Madrid, "se está preparando un golpe de Estado".

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Díaz, por su parte, volvió a Barcelona el sábado para defender los dos mandatos de Colau, que ha situado a la capital catalana como "la ciudad con mayor inversión social por habitante". "No voy a hacer comparaciones, aunque podría hacerlas", advirtió, añadiendo que la redistribución de la riqueza "tiene mucho que ver con estas inversiones sociales en las que se ha empeñado Ada". Hasta abogó por la "política que está a favor del amor".

Casi a la misma hora, García se reivindicaba como la "casa común" de la izquierda en la Comunidad. En Cataluña, la vicepresidenta puede vender lo propio, en Madrid, aunque la sintonía, las similitudes y hasta las propuestas sean diferentes, que haya dos candidaturas restringe su capacidad de movimiento. En ambas regiones, sin embargo, las encuestas dan buenas perspectivas —Colau está al filo de ser la más votada, García lidera la oposición—, y ambas lideresas comparten mucho, en fondo y forma, con la vicepresidenta. Pero es en Cataluña donde se ha mojado y se mojará sin ambages, y donde está dispuesta a asumir como propios los resultados.