El caso Tezanos

El Gobierno y, más concretamente, el PSOE de Pedro Sánchez, confían en la labor performativa de las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que dirige José Félix Tezanos, ante las dos confrontaciones electorales de este año: las autonómicas del 28-M y las generales cuando sean convocadas, probablemente en el mes de diciembre. La capacidad performativa de las encuestas —crear con los datos realidades virtuales— es un asunto de Ciencia Política y Sociología ampliamente estudiado. Los sondeos preelectorales crean expectativas en las diversas fuerzas políticas que impactan en las bolsas de los votantes menos definidos, los más dubitativos y en aquellos otros que suelen refugiarse en la abstención.

Según los sociólogos y psicólogos consultados, las encuestas crean "un efecto ganador" estimulante para aquellos ciudadanos que desean formar parte de "la comunidad política que impone sus criterios aplicando la mayoría, lo que les hace sentirse más integrados en el sistema, un fenómeno que es más acusado en las sociedades con fuertes corrientes nacionalistas, como en el País Vasco, Cataluña y Galicia", subraya un experto que describe también "el efecto perdedor" que los sondeos producen porque, al ser contrarios al éxito de su inclinación ideológica, los votantes de esa opción caen en la frustración y "frecuentemente llegan a la abstención". En todo caso, las encuestas tienen un impacto que genera un horizonte de expectativas en función de las cuales se calcula a posteriori el éxito o el fracaso de los partidos en liza.

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Tezanos y su sesgo izquierdista

José Félix Tezanos, catedrático de Sociología y responsable del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dispone de amplia experiencia en la capacidad performativa de las encuestas, con la particularidad —no observada en sus predecesores— de que es consciente de que sus barómetros carecen ya de reputación en los círculos profesionales y periodísticos, pero que siguen disponiendo de un eco mediático que absorbe un público no siempre bien preparado para discernir sus errores con el cruce de otros sondeos.

Kiko Llaneras, un analista de datos muy riguroso y reconocido, escribía en El País el 20 de enero de 2020 que "desde su llegada [la de Tezanos], el CIS ha publicado 17 estimaciones de voto antes de unos comicios (entre elecciones generales, europeas y autonómicas) y en todas, sin excepción, anticipó mejores resultados para la izquierda de los que luego se produjeron. En cinco casos, su estimación fue bastante precisa, como en las generales de abril (cuando sus defensores se hicieron hasta camisetas con la frase, "Tezanos was right", "Tezanos tiene razón"). Pero no hay motivos para presumir en general: de media se ha desviado 4 puntos en favor de la suma de izquierdas y 3,5 puntos contra la de derechas. Que las encuestas cometan errores es normal. Lo cuestionable es que esos errores se produzcan siempre en el mismo sentido: el CIS parece tener un sesgo sistemático —seguramente por su metodología— que beneficia a los partidos de un lado del arco ideológico".

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El mismo analista —otros sociólogos demoscópicos han preferido evitar su opinión o mantenerse en el anonimato— llegaba a la conclusión el 17 de marzo del pasado año de que "El CIS no tiene salvación (también en el diario El País) y añadía que "el problema es más general. El CIS también ha subestimado a menudo al PP, que lo hizo mejor de lo que decían sus estimaciones en 14 de 22 elecciones desde 2018. En Castilla y León, los populares batieron al CIS por 1,7 puntos; y en las autonómicas de Madrid de 2021, lo batieron por 8 puntos. Entonces, el CIS hizo un sondeo flash, apenas una semana antes de la votación, que estimó un 37% de votos para los populares, pero luego Isabel Díaz Ayuso logró el 45%".

El día 31 de marzo, los dirigentes de Podemos —con Belarra a la cabeza— se quejaron ruidosamente de lo que consideran una manipulación de Tezanos en el barómetro del mes pasado porque, en plena crisis de la aplicación de la ley del solo sí es sí, el CIS registraba un aumento electoral del PSOE y mermaba las posibilidades de los morados hasta el 10%. Pablo Iglesias se ha distinguido desde su abandono de la política activa —el 5 de mayo de 2021— por su crítica al presidente del CIS después de una relación estrecha en la que Tezanos le filtraba los datos a Podemos (Iglesias y los errores de Tezanos dan la puntilla al CIS: es un clavo más en su ataúd, crónica del 27 de enero de 2022 en El Confidencial de Ignacio S. Calleja). Consultados dirigentes del partido morado temen que, en la actual situación, "Tezanos se descare más a favor de Díaz y en nuestra contra".

Ditirambos a Sánchez

Con la crítica general de sus colegas, José Félix Tezanos, lejos de rectificar, se crece. Para demostrar que su parcialidad le importa poco, escribió el año pasado un libro ditirámbico para el presidente del Gobierno titulado Pedro Sánchez. Había partido: de las primarias a la Moncloa (Editorial Catarata). Los elogios hacia el secretario general del PSOE resultaban impropios de un alto cargo de la administración central del Estado y también las descalificaciones de sus adversarios. De Isabel Díaz Ayuso llegó a afirmar su "escasa entidad intelectual y política" días antes del 4 de mayo de 2021, jornada en la que la presidenta madrileña obtuvo un gran éxito electoral ("tabernario" según Tezanos) dejando en ridículo las estimaciones del CIS. En otra ocasión, el 26 de julio de 2018, recién nombrado, llegó al sarcasmo al sostener en una entrevista que "no hay que creerse las encuestas".

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Y cuando se pone en duda —como ahora ocurre— el efecto disuasorio para el votante socialista de la figura de Pedro Sánchez, mantiene que el presidente "hoy aporta seis puntos más que el PSOE" (La Vanguardia de 6 de febrero de este año), aunque reconoce que "ese plus que aporta Sánchez respecto del PSOE en este momento, no sé si todos los candidatos [socialistas] lo van a aprovechar bien. Por pereza, por celos personales". Tezanos es consciente de que varios barones socialistas se distancian de Sánchez para salvaguardar sus posibilidades el 28-M.

Más dinero para el CIS

El Gobierno ha nutrido al alza el presupuesto del CIS desde 2018. Desde entonces hasta 2023, la partida para el Centro se ha incrementado un 57%, pasando de ocho millones a 12,6. Del ejercicio de 2022 al actual, el incremento ha sido del 14% con un suplemento para proyectos de tres millones de euros adicionales. Cantidades que no van a ir al gasto corriente —como el pago de las nóminas del centenar de empleados del organismo autónomo— sino a financiar más barómetros y encuestas que se mantendrán con el mismo sesgo: siempre prima a la izquierda (y dentro de ella al PSOE) sobre la derecha, generando expectativas que no se han cumplido en ninguno de los comicios celebrados en esta esta legislatura: País Vasco y Galicia en 2020; Madrid en 2021 y Castilla y León y Andalucía en 2022. Se espera que, en próximos barómetros, Tezanos incluya la valoración de Sumar que, advierten desde Podemos, le será muy favorable en detrimento de "nuestras expectativas". O, en otras palabras: "Pronto veremos el efecto Magariños".

De "guerrista" a "sanchista"

José Félix Tezanos (Santander 1946), además de catedrático de Sociología, ha sido de siempre miembro del PSOE, llegando a formar parte de su Comité Federal y de su Ejecutiva, puesto al que renunció al ser nombrado presidente del CIS. Tenido por "guerrista" —ahora ya Alfonso Guerra no le dirige la palabra— fue el alma mater de la revista Temas para el debate, una publicación que en su momento fue de referencia y que ahora ha caído en la irrelevancia. El sector histórico del PSOE dice "no reconocer al actual Tezanos" y uno de sus representantes asegura no comprender "su cercanía a Sánchez".

El sector histórico del PSOE dice "no reconocer al actual Tezanos" y uno de sus representantes asegura no comprender "su cercanía a Sánchez"

Como admitió Belén Barreiro —la única que lo ha hecho— presidenta del Centro entre 2008 y 2010, "el CIS tiene claramente en este momento un problema de reputación. Me preocupa mucho desde hace tiempo. Se puede decir que siempre los ha tenido, pero no es verdad. Sí había polémicas, pero no lo de ahora. La institución sigue siendo enormemente útil y cuenta con buenos profesionales, tiene que ver con prácticas cuestionables. Y es muy preocupante. Yo cuando fui presidenta tenía claro que es una institución del Estado, con recursos públicos, que tiene que mirar por todos y para todos, y tan interiorizado lo tenía que acabé como acabé". Y añadió: "No es que sea como a mí, que me decían tienes que ir por aquí, yo creo que a Tezanos no hace falta que nadie le diga nada, va solo. Aquí ya hay un problema que nos afecta a todos. El CIS es un tesoro que debemos mimar y preservar, y hay que resolver esta situación para proteger su reputación" (El País del 9 de mayo de 2021).

Desde la aprobación de la Constitución en 1978, el CIS ha estado dirigido por trece presidentes, todos ellos catedráticos de Sociología o de Ciencia Política, o doctorados en estas materias, y ninguno de ellos alcanzó la notoriedad —negativa, claro está— de Tezanos. Por el contrario, con todos ellos, desde Juan Díaz Nicolás, pasando por Pilar del Castillo, Fernando Vallespín, la misma Belén Barreiro, y hasta el anterior al actual responsable del organismo, Cristóbal Torres (2016-2018), el Centro sostuvo su buena reputación y su carácter transversal y referente.

Debate sobre la necesidad de un CIS

Precisamente, la actitud de José Félix Tezanos y los fallos garrafales de sus pronósticos demoscópicos han abierto el debate sobre la necesidad de que el Gobierno disponga de un organismo autónomo que depende del Ministerio de la Presidencia sin apenas control parlamentario. "Tendría más sentido una configuración jurídica del CIS con un estatuto de autonomía y no como un organismo autónomo, sino como una agencia independiente", mantiene un catedrático de Derecho Administrativo que, además, alerta del efecto réplica en las autonomías: "En el País Vasco (Sociómetro Vasco, dependiente de la Presidencia del Gobierno Vasco), en Andalucía (Centro de Estudios Andaluces) y en Cataluña (Centro de Estudios de Opinión, que presentó el miércoles pasado su primer barómetro del año) existen ya CIS propios que a veces se comportan como el de Tezanos, aunque de forma menos descarada".

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Como organismo autónomo, el CIS tiene personalidad jurídica y goza de autonomía, se rige por el Derecho Administrativo, pero se adscribe a un ministerio (el de Presidencia) que se encarga de su "dirección estratégica" y de la evaluación y control de los resultados de su actividad.

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El regreso de las vacaciones de Semana Santa marcará la fecha para la publicación frecuentísima de encuestas y sondeos en los medios de comunicación privados, pero existe la decisión política en la Moncloa de que el CIS, dotado con mayor presupuesto, compita con sus barómetros manteniendo la metodología de Tezanos con el sesgo habitual de favorecer a la izquierda en su conjunto y al PSOE en particular. Para esta misión, antes que un escrupuloso académico, Sánchez cuenta con su hagiógrafo político, con el descaro de Tezanos y con su verbosidad mediática.

Se trata, según uno de los científicos sociales con mayor audiencia en España, que como la inmensa mayoría prefiere el anonimato para evitar la colisión pública con el presidente del CIS, "de crear el marco mental en el que Sánchez en particular, y el PSOE en general, van de ganadores. No es así, pero se mantendrá en sus trece". Es una forma más de "privatización" de un organismo financiado por los presupuestos generales del Estado. El objetivo es proyectar en el inconsciente colectivo la impresión de que el PSOE y Sánchez, sumando a Yolanda Díaz, están electoralmente mejor de lo que, con práctica unanimidad, detectan todas las demás encuestas.

Esta peculiar metodología demoscópica del CIS, sin embargo, no alcanzó (evidentemente) reproche penal: Vox se querelló contra Tezanos por malversación, pero, aunque se admitió la acción penal, terminó archivada. Pese a que, según juristas consultados, el presidente del CIS es coloquialmente hablando un "prevaricador demoscópico" y hasta un "potencial falsificador de documento público". Especulaciones jurídicas, sin embargo, a las que no atribuyen viabilidad ante los tribunales. Esperemos a ver si, como pretende Podemos al pedir el martes pasado su comparecencia, el responsable del CIS se pase por el Congreso y explique cómo es posible que sus barómetros yerren tanto y siempre en la misma dirección. Hasta el punto de que el organismo que preside haya tocado fondo reputacional: es el caso Tezanos.