Feijóo actualizará los estatutos del PP para reflejar el respaldo a la ley de plazos del aborto

Alberto Núñez Feijóo reafirmó este miércoles su respaldo al derecho al aborto regulado dentro de la ley de plazos. Una posición firme que ratifica el giro del PP en esta cuestión, que, en realidad, comenzó cuando Mariano Rajoy renunció a derogar la ley aprobada por José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, pese haberla recurrido en el Tribunal Constitucional. "El aborto es exclusivamente el derecho que tiene una mujer dentro de la ley", zanjó el líder del PP, que trazó una distinción entre esta acepción y la consideración de la interrupción voluntaria del embarazo como un "derecho fundamental". El marco que, a su juicio, sí defiende la izquierda.

La actualización de la postura del PP entra en colisión con la literalidad de los estatutos, en particular con la ponencia social aprobada en el último congreso ordinario del partido, celebrado en febrero de 2017. "Consideramos que el aborto no debe entenderse como un derecho, sino como un fracaso de la sociedad", recoge el punto 54 del documento. Es la acepción que en el entorno de Feijóo ven viable modificar para adecuarse al nuevo posicionamiento, que entiende el aborto no como una prerrogativa intrínseca de la mujer, pero sí como un derecho acotado a las condiciones establecidas por la ley de plazos que, a su juicio, cuenta con el "consenso" mayoritario de la sociedad española. La legislación vigente permite a las mujeres españolas interrumpir de forma voluntaria su embarazo hasta las 14 semanas de gestación.

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El PP no ha tocado sus estatutos ni ponencias programáticas desde hace seis años. Entonces, Mariano Rajoy seguía al frente del partido y los populares aprobaron un dictamen social coordinado por Javier Maroto y que contó con dirigentes como Juanma Moreno o José Antonio Monago como ponentes. Feijóo se compromete ahora a actualizar, previo debate y votación, la postura interna sobre el aborto, cuyo cambio sustancial se ha materializado tras la sentencia del Tribunal Constitucional, que lleva nada menos que 13 años esperando. Ese cónclave, sin embargo, no se prevé en el corto plazo y no llegaría al menos hasta después de las generales. En los últimos años, el PP ha celebrado otros dos congresos nacionales, pero de carácter extraordinario, en los que los debates programáticos no son obligatorios. El primero se celebró en 2018, cuando se eligió a Pablo Casado como líder nacional, y el segundo tuvo lugar en abril de 2022, cuando Feijóo le desbancó como máxima autoridad del PP.

Como publicó El Confidencial, los populares descartaron incluir ponencias ideológicas en el cónclave de entronización del líder gallego, negándose en este caso a reabrir heridas internas en un congreso que debía servir de pegamento tras haber atravesado la peor crisis de su historia. Génova reitera que, pese a la aceptación y normalización de la ley que regula el aborto en España —en línea con la mayoría de países de la Unión Europea—, el partido mantendrá su compromiso con el "derecho a la vida", comprendido en el artículo 2 de sus estatutos. "Debe haber una regulación del aborto, y deben promoverse medidas a favor de la vida. Ambas cosas son necesarias y compatibles", reflejan los argumentarios internos de la formación.

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Feijóo abre así una vía intermedia entre el posicionamiento del PSOE, que concibe el aborto como un derecho "fundamental" y renuncia, a juicio de los populares, a poner la maternidad y la vida en el centro del debate, y el de Vox, que apuesta por la derogación total de la legislación vigente, si bien no termina de aclarar su alternativa para las mujeres que no desean continuar con su embarazo. De hecho, la formación de Santiago Abascal ha registrado recientemente una proposición no de ley en el Congreso —sin carácter vinculante— para solicitar la derogación de la ley de 2010 que el PP dice asumir, y en la que insta a implantar medidas para que las mujeres que deseen abortar se replanteen su decisión, como la escucha del latido fetal o la visualización de ecografías en 4D.

En el fondo, Vox trata de morder a su adversario político en un terreno incómodo, y quiso aprovechar para forzar al PP a posicionarse en el Congreso tras el nuevo embrollo en que se metieron los populares en los últimos días. La semana pasada, tras conocerse la sentencia del TC, el líder popular defendió la ley de plazos como una norma "correcta", y en los días siguientes la pregunta que persiguió a diferentes portavoces de la dirección nacional fue la de si el PP consideraba o no el aborto como un derecho. El revuelo interno creció a cuenta de las presiones procedentes del ala dura del partido, con exministros como Fernández Díaz o Mayor Oreja exhibiendo su malestar por el respaldo de Feijóo a la norma de Zapatero. Este miércoles, el líder popular pasó por encima de las críticas y mantuvo su postura. "No voy a cambiar de opinión", sentenció.

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Así las cosas, y como tampoco hizo Rajoy en su día, Feijóo no derogará la ley del aborto que este jueves ratificará definitivamente el Congreso de los Diputados, aunque sí plantea cambios sustanciales, como la introducción de la obligación de contar con el consentimiento paterno para las menores de 16 y 17 años que deseen abortar, la inclusión del periodo de reflexión o la regulación de la objeción de conciencia de los profesionales en este tipo de intervenciones.

Este miércoles, el líder popular exigió alcanzar un "consenso político" para armar una regulación con tantas aristas "éticas, morales, filosóficas o religiosas", y acusó tanto a PSOE como a Vox de "politizar" el asunto y lanzarlo contra el PP. "Cualquier mujer que opte por la interrupción voluntaria del embarazo dentro de las posibilidades legales vigentes tiene derecho a que se le practique con la atención médica y psicológica que es debida. De la misma forma, cualquier mujer que quiera ser madre y tenga miedo o dificultades, tiene derecho a que la sociedad le dé todo el apoyo para seguir adelante", fijan. El PP considera que es un debate ya "superado" por la sociedad, y del que espera pasar página también dentro del partido.