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Feijóo se erige como nexo entre las dos almas del PP: "Ha reconciliado lo irreconciliable"
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CONGRESO INTERMUNICIPAL

Feijóo se erige como nexo entre las dos almas del PP: "Ha reconciliado lo irreconciliable"

El abrazo de Rajoy y Aznar en Valencia, juntos por primera vez en ocho años, permite a los populares enterrar las rencillas del pasado. Los dos líderes sellaron definitivamente la paz con una cena junto a Feijóo y el resto de la cúpula del PP

Foto: El expresidente José María Aznar saluda a Mariano Rajoy durante la reunión intermunicipal del PP en Valencia. (EFE/Kai Forsterling)
El expresidente José María Aznar saluda a Mariano Rajoy durante la reunión intermunicipal del PP en Valencia. (EFE/Kai Forsterling)

El abrazo que este sábado se dieron Mariano Rajoy y José María Aznar simboliza mucho más que el alto el fuego definitivo entre dos dirigentes que, dentro del manto del PP, siempre han estado en extremos opuestos. "Lo que antes estaba fragmentado, ha encontrado ahora un punto común", sintetizan en Génova. Y ese nexo, ese lazo de unión entre dos corrientes históricamente enfrentadas —conocidas como las dos almas del PP— ha sido Alberto Núñez Feijóo. O, al menos, esa es la lectura que hacen en la dirección popular del acto que este sábado clausuró la reunión intermunicipal del partido en Valencia. Rajoy y Aznar no han estado juntos en un escenario desde hace ocho años, pero aceptaron la propuesta de Feijóo y acudieron juntos a Valencia. El líder gallego cogió el "relevo" de los dos expresidentes y se comprometió a llevar su "legado" a la Moncloa. Un hito que, como enunció Aznar, el partido se compromete a apoyar "sin reservas y sin fisuras".

Feijóo quiso cerrar todas las heridas del pasado, servir de pegamento al partido y lanzarse a victorias electorales como las que en su día levantaron Aznar y Rajoy. "En la unidad está nuestra fuerza. Y hoy, el PP se presenta como un partido unido", resumió el expresidente gallego. "Cuando un partido olvida de lo que fue, no va a encontrar su sitio ni en el presente ni en el futuro", remachó el actual líder popular. Una de las claves de la jornada fue, sin embargo, la sonora ausencia de Pablo Casado, al que el partido excluyó del primer acto de relumbrón de la precampaña. Tampoco hubo referencia alguna al anterior inquilino de Génova en toda la jornada. Casi como si su paso por el PP nunca se hubiese producido.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), y su predecesor, Pablo Casado (i). (EFE/Julio Muñoz)

El PP sí se volcó en Valencia en situar a Rajoy y Aznar como las dos figuras clave del partido, cuyo apretón de manos demuestra, a ojos del entorno de Feijóo, que ya no hay una línea dura o blanda en el PP, que solo hay "formas distintas de decir las cosas", y que todas las corrientes convergen en torno al nuevo líder popular, tras años de bandazos y de distanciamiento. Los dos líderes cenaron incluso junto a Feijóo, el resto de la cúpula del PP y los barones regionales tras el cierre del cónclave. "Ha conseguido reconciliar lo irreconciliable", se congratulan en Génova, donde creen incluso que "muchos votantes de Vox" podrían cambiar de bando en los próximos meses, movilizados por José María Aznar y su apoyo cerrado al nuevo jefe de los populares.

"Para Vox siempre hemos sido una derecha cobarde", continúan, pero el PP quiso demostrar este sábado que los "pata negra", lo que denominan "derecha dura", también están con Feijóo. "Ya no hay derecha cobarde, ni débil", ironizan en el equipo del gallego. Con Ciudadanos prácticamente fuera de juego, solo los de Santiago Abascal cuentan con la fortaleza demoscópica suficiente como para enturbiar esa ansiada "mayoría suficiente" a la que aspiran los populares. Y a todos ellos se dirigió Aznar en su enérgico discurso ante el auditorio de la Ciudad de las Artes de Valencia. "Debemos dejar que sean otros los que intenten ganar algo desde el enfado o desde la ira", y zanjó: "Solo el PP y solo Feijóo son garantía de cambio".

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (c); junto a los dos expresidentes del Gobierno, José María Aznar y Mariano Rajoy (EFE/Kai Forsterling)

Aznar y Rajoy son el paradigma de las dos corrientes que han convivido en el PP desde hace décadas. El primero representa el ala más dura del partido, que no duda en emplear el látigo ideológico frente a la esencia tecnócrata que siempre caracterizó el legado de Rajoy. Ninguno de los dos se esforzó en disimular sus desencuentros durante años. En la cabeza de algunos dirigentes resuena aún el duro discurso que Aznar en la convención nacional del partido en 2015. "¿Dónde está el PP?", pronunció. "¿Aspira realmente a ganar las elecciones?", prosiguió. Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno, estaba en primera fila.

La ruptura total entre ambos mandatarios se materializó solo un año después, en 2016, cuando Aznar comunicó a Rajoy su renuncia a la presidencia honorífica del PP. Lo hizo después de meses lanzando dardos a la gestión del líder gallego desde la Fundación FAES. Durante años, aunque siempre de forma velada, Aznar culpó a Rajoy de la fragmentación del centroderecha, al entender que fue él quien empujó a muchos a marcharse si no se sentían representados en el proyecto del Partido Popular. "Si alguien se quiere ir al partido liberal o al conservador, que se vaya", pronunció Rajoy en 2008.

Años después, Ciudadanos estuvo a punto de arrebatarle el liderazgo de la oposición a Pablo Casado, y Vox es hoy una fuerza consolidada, capaz de tensar la cuerda al PP en gobiernos autonómicos y municipales, como sucede en Castilla y León. "En los últimos tiempos hemos visto muchas ocurrencias jaleadas, fuerzas políticas que hemos visto llegar y pasar… o que están camino de ello", instaba Rajoy. "Pero nosotros seguimos aquí desde hace 40 años", reiteró, haciendo también un llamamiento a la reunificación del voto en las siglas populares, un experimento que a Casado no le dio tiempo a completar, y que Feijóo se compromete a terminar.

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El PP aspira a una movilización masiva el próximo 28-M en torno a sus siglas, unas elecciones a las que Feijóo ha dado un tinte nacional. Y el acto de este sábado se entiende como un "revulsivo", no solo para los ejecutivos autonómicos y municipales que se enfrentan a las urnas el próximo 28 de mayo, sino también para la cita que enfrentará a Feijóo con Sánchez con la Moncloa, prevista para final de año. Este sábado, pasado, presente y "futuro", dicen en el PP, se han dado por fin la mano.

El abrazo que este sábado se dieron Mariano Rajoy y José María Aznar simboliza mucho más que el alto el fuego definitivo entre dos dirigentes que, dentro del manto del PP, siempre han estado en extremos opuestos. "Lo que antes estaba fragmentado, ha encontrado ahora un punto común", sintetizan en Génova. Y ese nexo, ese lazo de unión entre dos corrientes históricamente enfrentadas —conocidas como las dos almas del PP— ha sido Alberto Núñez Feijóo. O, al menos, esa es la lectura que hacen en la dirección popular del acto que este sábado clausuró la reunión intermunicipal del partido en Valencia. Rajoy y Aznar no han estado juntos en un escenario desde hace ocho años, pero aceptaron la propuesta de Feijóo y acudieron juntos a Valencia. El líder gallego cogió el "relevo" de los dos expresidentes y se comprometió a llevar su "legado" a la Moncloa. Un hito que, como enunció Aznar, el partido se compromete a apoyar "sin reservas y sin fisuras".

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