Aznar y Rajoy cierran las heridas del PP y piden apoyar a Feijóo "sin fisuras"

Feijóo no solo ha dado este sábado el pistoletazo de salida hacia los comicios de mayo, sino para todo el año electoral. El líder del PP ha logrado una imagen inédita, que Pablo Casado intentó, pero que no logró, y que permite al partido cerrar las heridas del pasado para dar un mayúsculo empujón al dirigente gallego en su camino hacia la Moncloa. Aznar y Rajoy han enterrado las rencillas del pasado y han hecho un llamamiento a apoyar "sin reservas ni fisuras" a Feijóo para enfrentar a "la extrema izquierda, secesionistas y antiguos terroristas", en boca del primero; y a los "enemigos de España", en opinión del segundo.

El actual líder del PP llegó al auditorio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias al ocaso. Lo hizo flanqueado por los dos expresidentes del Gobierno, a paso lento y con decenas de cámaras disparando en busca de "la foto" de la jornada. Los tres se subieron minutos después al escenario, arropados por una melé de cámaras y aplausos. Primero intervino Feijóo, que se prodigó en agradecimientos a sus antecesores y se declaró "emocionado" por el "momento" que tenía lugar. "Hoy estamos todos unidos, y ahora toca el siguiente paso: volver a unir a nuestro país", avanzó el dirigente popular.

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Aznar tomó el relevo a continuación. Y dejó su habitual impronta con un discurso duro y marcadamente ideológico, en el que definió a Sánchez como el "cabeza de un frente radical", e instó al PP a ser el "instrumento" capaz de frenar "el rumbo equivocado" en el que, a su juicio, se encuentra España. "Sólo el PP y sólo Feijóo es garantía de cambio (...). La nación española, su soberanía, su integridad, ni se ha roto ni nadie la va a romper. Y el que lo intente, que se atenga a las consecuencias", exclamó el también presidente de FAES. "Aquí tenemos a la persona que nos dirige y que nos va a liderar. Y aquí estamos para lo que haga falta, para lo que el PP necesite", remataba.

Tanto Rajoy como Aznar trataron de minimizar en sus discursos la distancia sideral que les ha separado durante años. El segundo se refirió al primero como su "amigo", su "colega"; mientras que el último presidente del Gobierno del PP quiso destacar la "labor transformadora" de Aznar en su etapa en el Ejecutivo. "Estoy honrado de que me haya nombrado cinco veces ministro y una vicepresidente", recordaba. En un discurso mucho más político que el de su antecesor, Rajoy quiso destacar cómo Feijóo "no ha confundido el concepto de renovación política con juventud, ni cambio político con inexperiencia", un dardo velado a una de las características que definió a la anterior dirección de Pablo Casado, apadrinado en primera instancia por Aznar frente a su rival en primarias, Soraya Sáenz de Santamaría.

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Feijóo gestionó personalmente la asistencia de Mariano Rajoy y José María Aznar al cónclave valenciano. El objetivo, según fuentes de Génova, era dar una imagen de unidad de las que hace tiempo que no se veían en el PP, que los dos últimos expresidentes populares del Gobierno dejaran atrás las guerras del pasado y entregaran a Feijóo el testigo para llegar a la Moncloa. No en vano, hace nada menos que ocho años que los dos mandatarios no coincidían en un mismo escenario. Estuvieron a punto de hacerlo en el congreso nacional de Sevilla que entronizó a Núñez Feijóo como nuevo líder popular, pero Aznar intervino finalmente de forma telemática por haberse contagiado de covid en los días previos.

Aznar y Rajoy son el paradigma de las dos corrientes que han convivido en el PP desde hace décadas. El primero representa el ala más dura del partido, que no duda en emplear el látigo ideológico frente a la esencia tecnócrata que siempre ha caracterizado a Rajoy y su equipo. Ninguno de los dos se esforzó en disimular sus desencuentros durante años. En la cabeza de algunos dirigentes resuena aún el duro discurso que Aznar en la convención nacional del partido en 2015. "¿Dónde está el PP?", pronunció. "¿Aspira realmente a ganar las elecciones?", prosiguió. Mariano Rajoy, entonces presidente del Gobierno, estaba en primera fila.

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La ruptura total entre ambos mandatarios se materializó solo un año después, cuando Aznar comunicó a Rajoy su renuncia a la presidencia honorífica del PP. Lo hizo después de meses lanzando dardos a la gestión del líder gallego desde su think tank, la Fundación FAES, desde cuya presidencia llegó a exigir al partido "nuevos liderazgos a la altura"; o criticar el modo en que la dirección de su predecesor trató a Rita Barberá, a la que diferentes cargos de la corriente de Rajoy levantaron un cordón sanitario por su presunta implicación en casos de corrupción. "Lamento que Rita Barberá haya muerto habiendo sido excluida del partido al que dedicó su vida", expresó Aznar en un comunicado.

Este sábado, pasado, presente y futuro se han dado la mano. Y el PP ha querido cerrar también las cuentas pendientes con la exalcaldesa de Valencia, a la que se le ha rendido homenaje en presencia de la nueva dirección del partido, y a la que se ha reivindicado como "la mejor alcaldesa del mundo". Aznar recordó su legado durante su intervención, pero fue Rajoy el que se explayó más en ese homenaje. "Echamos de menos su energía y su vitalidad (...). A ella la calumniaron, la acosaron, y le amargaron la vida injustamente, porque no consiguieron ganarle en las urnas. Aquí en Valencia estará para siempre la herencia de RIta Barberá", subrayó.

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Otra de las claves de la jornada ha sido la ausencia de Pablo Casado. El partido le excluyó del primer acto de relumbrón de la precampaña del PP, al que estaban invitados miles de cargos populares, además de los dos expresidentes del Gobierno. "Queremos hablar de gestión y de gobiernos, de los presidentes que fueron, y del presidente que será", concluyen en Génova. Pero tampoco hubo referencia alguna al exlíder popular en toda la jornada. Como si su paso por el PP nunca se hubiese producido.

Aunque se trataba de una reunión intermunicipal, que ha servido para poner alfombra roja a todos los alcaldables populares que se enfrentan a las urnas el próximo mes de mayo, todos los barones del PP, sin excepción, se dieron cita en la Ciudad de las Artes de Valencia. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hizo su entrada en el auditorio solo unos minutos antes de que lo hiciesen Aznar, Rajoy y Feijóo. Preguntada por la reunión de los expresidentes, la dirigente madrileña se declaró "orgullosa" de "todas las etapas" del PP, pero destacó que, para ella, el expresidente Aznar "siempre ha sido un referente".

El acto se alargó unos minutos más de lo previsto, porque Feijóo quiso dar cumplimiento a una orden, vestida de sugerencia, de José María Aznar. "Recuerdo que cuando veníamos aquí, hacíamos actos muy bonitos. Y yo siempre pedía una cosa. Que el acto terminase cantando el himno de la Comunidad Valenciana y el himno de España. Lo que pedía normalmente se hacía. Ahora no pido nada, sólo digo que me gustaría". Y así ha sido. Broche final a un acto al que el PP fía una conquista en las urnas.