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UP, ERC y Bildu asumen su derrota en la batalla por el gasto en Defensa y marcan perfil bajo
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Incremento de 2.000 millones

UP, ERC y Bildu asumen su derrota en la batalla por el gasto en Defensa y marcan perfil bajo

Mantienen su rechazo al incremento de más de 2.000 millones en estas partidas, pero no presentaron enmiendas sobre esta materia en los presupuestos. Los morados sostienen que impediría la aprobación de las cuentas

Foto: Mertxe Aizpurúa y Pablo Echenique en una imagen de archivo. (EFE/Mariscal)
Mertxe Aizpurúa y Pablo Echenique en una imagen de archivo. (EFE/Mariscal)

La batalla por el aumento del gasto en Defensa tiene al PSOE como claro ganador desde hace semanas. Pero es a 20 días de la votación definitiva de los presupuestos en el Congreso de los Diputados cuando Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, las fuerzas más críticas con este incremento, asumen la derrota. Hace exactamente un mes, los morados acusaron a los socialistas de engañarles para colar este aumento, y hasta deslizó la posibilidad de romper el Gobierno, para inmediatamente después cerrar la puerta a este escenario. Hoy, “son lentejas”, reconocen. En un momento de máxima incertidumbre económica y energética, y con la inflación disparada, todas estas fuerzas querían destinar cada céntimo de los 2.000 millones de euros de esta iniciativa extraordinaria a partidas sociales, pero ya no tienen más margen de maniobra.

No presentaron enmiendas de totalidad (ERC aprovechó el debate para criticar este incremento), no pueden forzar al PSOE a renunciar a este aumento —salvo dejando caer el proyecto de ley de Presupuestos para 2023 en su conjunto—, ni tampoco pueden seguir criticándolo sin asumir el desgaste que conlleva no haber sido capaces de evitarlo.

Foto: El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero interviene en la jornada "Liderazgo político y regionalización en America Latina, España y Europa". (EFE/David Fernández)

Por ello, superado también el plazo para registrar enmiendas parciales (el 27 de octubre), sin que ninguna de ellas reclamara modificaciones específicas sobre esta materia, Unidas Podemos y las otras dos fuerzas han orillado sus críticas. “No nos beneficia hablar de algo que no podemos cambiar”, resumían. En su lugar, concentran sus esfuerzos en el frente común con la ley trans, con la comisión de investigación sobre las muertes en la valla de Melilla, con las presiones en relación con la enquistada norma de vivienda, o a la reforma de la ley mordaza, la más avanzada a día de hoy.

Interpretan que les toca enfocarse en asuntos que pueden arrojar resultados, y no en luchas estériles. Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció su compromiso con la OTAN para incrementar el gasto en Defensa hasta llegar al 2% del PIB en 2030, Unidas Podemos, ERC y Bildu han arremetido contra el Ejecutivo y le han exigido que lo reconsiderase.

Foto: Ione Belarra y Pablo Echenique, en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)

El socio minoritario, incluso, ha reiterado durante meses que la mayoría de la investidura difícilmente podría aprobar unas cuentas que consolidaran este incremento. Lo han hecho en público y en privado, con distintas fórmulas. También presentaron como una victoria que este aumento no computara dentro del techo de gasto y, por tanto, no detrajera recursos que podrían ser empleados en partidas sociales.

Una parte de Unidas Podemos, de hecho, cuestionó esta estrategia, que por primera vez puso en práctica la vicepresidenta segunda y líder de este espacio, Yolanda Díaz. Entendían que, para el grueso de la población, es indiferente que el dinero compute o no dentro de los márgenes del techo de gasto, porque a fin de cuentas son recursos destinados a armas, y no a otros fines.

Foto: La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. EFE- Fernando Alvarado

Eran argumentos muy técnicos, difíciles de explicar grosso modo, y esto se unió a las suspicacias de Podemos con relación a la actuación de Díaz como negociadora con el socio mayoritario para acabar de enturbiar el clima posterior al acuerdo presupuestario.

De fondo, además, subyace otra realidad que reconocen desde ERC: el momento político, a nivel español y europeo, no es favorable a las posiciones contra los incrementos del gasto en Defensa o contra la OTAN. La guerra de Ucrania y el rearme de la Alianza Atlántica, articulado en parte en una cumbre de la que Sánchez era anfitrión, generan un clima que el jefe del Ejecutivo ha sabido leer y utilizar, apuntan.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (EFE/Mariscal)

En esencia, el PSOE evitó entrar en confrontación con su socio de Gobierno durante estos meses de ofensiva contra el aumento en estas partidas. Se limitó a afirmar que Sánchez cumpliría con sus compromisos, sin aportar más datos. El 4 de octubre, con la aprobación del proyecto de ley en Consejo de Ministros, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aderezó con varios detalles una presentación triunfal que escasas horas después fue contestada con virulencia por Podemos.

Negaron conocer las cifras de este incremento, se declararon engañados y hasta amagaron con romper el Gobierno. Exactamente un mes después, asumen que toca marcar un perfil bajo y tragar con un aumento que rechazan de plano, pero que no pueden evitar.

La batalla por el aumento del gasto en Defensa tiene al PSOE como claro ganador desde hace semanas. Pero es a 20 días de la votación definitiva de los presupuestos en el Congreso de los Diputados cuando Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, las fuerzas más críticas con este incremento, asumen la derrota. Hace exactamente un mes, los morados acusaron a los socialistas de engañarles para colar este aumento, y hasta deslizó la posibilidad de romper el Gobierno, para inmediatamente después cerrar la puerta a este escenario. Hoy, “son lentejas”, reconocen. En un momento de máxima incertidumbre económica y energética, y con la inflación disparada, todas estas fuerzas querían destinar cada céntimo de los 2.000 millones de euros de esta iniciativa extraordinaria a partidas sociales, pero ya no tienen más margen de maniobra.

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