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Lesmes se fija el Día de la Hispanidad como fecha tope para dimitir
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Crisis del poder judicial

Lesmes se fija el Día de la Hispanidad como fecha tope para dimitir

Fuentes jurídicas explican que su sentido institucional le impediría asistir a esta celebración, a la que acude Felipe VI junto al resto de los principales altos cargos del Estado

Foto: Lesmes, junto al Rey, en la apertura del año judicial. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Lesmes, junto al Rey, en la apertura del año judicial. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, advirtió hace unos días de que dimitiría en cuestión "de semanas" si Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo no alcanzan un acuerdo para renovar el órgano de gobierno de los jueces. Y está dispuesto a ejecutar su amenaza. Fuentes jurídicas informan a El Confidencial de que su fecha límite para abandonar el puesto es el próximo 12 de octubre, Día de la Hispanidad, momento en que se celebra la fiesta nacional con distintos actos solemnes como el desfile de las Fuerzas Armadas, al que debería asistir como autoridad de la nación.

Como ya explicó hace unos días en un corrillo con la prensa presente en el Tribunal Supremo, no desea abandonar de este modo su cargo. Las fuentes consultadas aseguran que, de momento, se encuentra "a la espera de acontecimientos". Sin embargo, en ningún caso permanecería en su puesto más allá de ese día. Los más cercanos al aún presidente del TS explican que su sentido institucional le impediría asistir a esta celebración, a la que acude Felipe VI junto al resto de los principales altos cargos del Estado, en las actuales circunstancias.

Foto: Pleno extraordinario del CGPJ. (EFE)

A pesar de su aviso y la contundencia de su discurso en el acto de apertura del año judicial, no ha habido de momento avances ni contactos entre el PSOE y el PP. El pasado viernes, el popular Esteban González Pons remitió una carta al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en la que le emplazaba a sentarse a negociar, eso sí, manteniendo sus requisitos. Exigía priorizar medidas que garanticen la despolitización e insistía en la necesidad de impulsar una proposición de ley por vía urgente para reformar la Justicia. La misiva no gustó en Moncloa. Bolaños contestó despreciando el paso dado, que tachó de simple "intento de aparentar de cara a la galería", e indicando que el documento estaba lleno de excusas, de líneas rojas y de condiciones. "Si quisieran renovar de verdad el CGPJ, me pueden llamar por teléfono y en una tarde lo hacemos", agregó.

La desconfianza entre ambas formaciones se encuentra en el punto más álgido y muchos consideran que no hay posibilidades de superar la completa incomunicación de la que llevan haciendo gala durante casi cuatro años. La salida de Lesmes supondría tocar fondo, la ejecución de un ultimátum que no podrán obviar los dos partidos y que les obligaría a reaccionar para evitar el desgobierno de la judicatura. El presidente no se irá solo y mantener la apariencia de funcionamiento de la institución sin él es prácticamente una quimera.

Lesmes lanzó su reclamación el pasado miércoles ante el Rey. "Solicito pública y solemnemente al presidente del Gobierno de España y al jefe de la oposición, máximos responsables de los partidos políticos con mayor representación parlamentaria, que se reúnan con urgencia y lleguen a un acuerdo", dijo. En caso contrario, advirtió de que "será preciso reflexionar sobre la adopción de otro tipo de decisiones que ni queremos ni nos gustan". El presidente del CGPJ terminó por aclarar a qué se refería al finalizar el acto: su dimisión. Si renuncia, la presidencia del Supremo y la gestión del CGPJ recaerían sobre el presidente de la Sala Primera, Francisco Marín.

Foto: El presidente del TS, Carlos Lesmes (i), ante el rey Felipe VI. (EFE/J.J. Guillén)

No obstante, aunque descartó la salida en bloque del Consejo, no hizo lo mismo con las renuncias individuales, que pueden darse, sumadas y en cadena. Según argumentó, "este emplazamiento urgente se lo debemos a los jueces españoles que legítimamente esperan que quien les representa no permanezca impasible ante el deterioro de sus principales instituciones y, por extensión, de la Justicia entera". En otras palabras: una dimisión "por respeto a la dignidad de las instituciones que presido" y porque "resultaría inadmisible mantenerse impávido en esta responsabilidad, ante esta situación insostenible e inaceptable".

El discurso fue el más duro de su mandato, que se prolonga ya casi nueve años y no lo hará más. Interpeló de forma directa al PP y al PSOE, y cuajó una sucesión de reproches a los partidos, incidiendo para ello en el bloqueo del CGPJ y los "demoledores" efectos que está provocando en la Justicia la limitación de sus funciones provocada por la reforma que lanzó el Gobierno. Para el 12 de octubre, quedan poco más de cuatro semanas.

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, advirtió hace unos días de que dimitiría en cuestión "de semanas" si Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo no alcanzan un acuerdo para renovar el órgano de gobierno de los jueces. Y está dispuesto a ejecutar su amenaza. Fuentes jurídicas informan a El Confidencial de que su fecha límite para abandonar el puesto es el próximo 12 de octubre, Día de la Hispanidad, momento en que se celebra la fiesta nacional con distintos actos solemnes como el desfile de las Fuerzas Armadas, al que debería asistir como autoridad de la nación.

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