Sánchez pierde apoyos contra Feijóo: un millón y medio de sus votantes confían en el líder del PP

Pedro Sánchez comparece este martes en el Senado con el objetivo de desnudar de argumentos de Alberto Núñez Feijóo y dar la vuelta a las encuestas, con el PP disparado y el PSOE en caída libre. El presidente del Gobierno sacará pecho de su plan de ahorro energético e intentará retratar al líder de la oposición, al que desde Ferraz sitúan como un líder sin solvencia y empaque para hacer frente a la crisis económica. La realidad, sin embargo, es que la buena imagen del político gallego se extiende incluso entre los votantes socialistas. Tanto, que más de un millón y medio de los electores de Sánchez en las últimas elecciones generales confían en Feijóo, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado mes de julio.

El espaldarazo de la Unión Europea al Gobierno en materia energética ha inflado las velas de Sánchez en el inicio del ciclo electoral. Está convencido de que el debate en la Cámara Alta, que se celebrará a partir de las 16:00, le servirá para poner en valor sus éxitos y rebajar la euforia que se ha instalado en Génova tras el cambio de tendencia en los sondeos. Los socialistas insisten en que Feijóo carece de experiencia nacional y que tiene más problemas de los que aparenta en el cuerpo a cuerpo.

Dos millones y medio de los votantes del PSOE en 2019 señalan que confían poco o nada en el presidente del Gobierno, según el CIS

Esta idea contrasta con la percepción de buena parte de los votantes socialistas sobre el presidente del PP, ganador de cuatro mayorías absolutas consecutivas en Galicia y considerado un líder político consolidado. Sánchez obtuvo en los últimos comicios cerca de 6.800.000 apoyos. De estos, más de un millón y medio (23%) declaran en este momento tener confianza en Feijóo, según el CIS. A esto hay que sumar que dos millones y medio de sufragios del PSOE (37%) señalan que confían poco o nada en el presidente del Gobierno. Es decir, que Sánchez ha perdido credibilidad para un tercio de sus electores. La percepción sobre Feijóo, además, es completamente opuesta a la que tenían de Pablo Casado antes de salir del partido. Entonces, más del 95% declaró desconfiar de él.

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La valoración de Feijóo entre los votantes del PSOE también dista de ese líder sin experiencia que dibujan en Ferraz. Uno de cada cuatro apoyos (24,8%) de Sánchez en 2019 aprueba al líder popular, mientras que un 9,8% tilda su gestión como "muy mala", según el barómetro de julio del Centro de Investigaciones Sociológicas. Y no solo a nivel nacional. El primer porcentaje está prácticamente calcado del que obtuvo en el CIS poselectoral tras las elecciones autonómicas de Galicia en 2020. Entonces, el 21% de los electores calificó con un 5 al dirigente de la Xunta. Y aún más. En el sondeo previo a los comicios gallegos de ese año, el 21,3% de los socialistas tildó su labor al frente de la región como "buena". Un 2,3% consideró su trabajo como "muy bueno" y más de un 45% lo hizo como "regular".

El cambio de tendencia desde las elecciones en Andalucía es muy evidente. Los sondeos demuestran que por primera vez desde las últimas elecciones generales se ha abierto una fuga notable entre los votantes de Pedro Sánchez. Según el acumulado de las tres últimas encuestas de IMOP-Insights para El Confidencial, posteriores a la mayoría absoluta de Juanma Moreno el 19 de junio, el agujero en los socialistas supera ya el medio millón de electores.

Según el acumulado de las tres últimas encuestas de IMOP-Insights, medio millón de votantes de Sánchez se inclinan ahora por Feijóo

El trasvase de apoyos en la frontera entre el PSOE y el PP es amplio y claramente favorable a los populares. De los casi siete millones de electores del ahora presidente del Gobierno en 2019, un total de 584.000 se inclinan ahora por Alberto Núñez Feijóo, que apuntala así su perfil centrista, ensanchando notablemente su electorado hacia la izquierda. En cambio, solo 65.600 votantes de Casado se decantan por Sánchez.

Debate en el Senado

Sánchez será quien tenga la sartén por el mango. El presidente del Gobierno puede intervenir durante el tiempo que estime oportuno, mientras que los grupos y el propio Feijóo solo tienen 15 minutos de réplica y cinco de contrarréplica. Desde su equipo, no aclaran si saldará su respuesta a los distintos partidos agrupándolos en un único turno. En el PSOE, tampoco descartan que el jefe del Ejecutivo, que puede intervenir cuando guste, decida responder por separado a Feijóo, otorgándole más visibilidad y reconociéndole en su papel de líder de la oposición, pero también jugando la carta del cuerpo a cuerpo para contraponer modelos. El Ejecutivo lleva tiempo ignorando a Vox, que en su día fue muy utilizado para tratar de movilizar a la izquierda, y hoy lo juega todo a derribar al líder del Partido Popular.

Y aunque el PP reniega de un cara a cara centrado únicamente en la crisis energética, en la Moncloa recuerdan que el debate sobre el estado de la nación, al que Feijóo acudió como convidado de piedra —al no tener escaño en el Congreso de los Diputados—, ya tuvo lugar en julio. Sánchez se centrará en los éxitos logrados en la UE, desde la excepción ibérica a la opción de reformar el mercado energético que hoy sí contempla Bruselas, y que el Gobierno lleva tiempo reivindicando, pasando por los fondos europeos contra los que los populares hicieron campaña en Europa. Y hasta con el bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que atribuye en exclusiva a los conservadores (mientras les carga la factura económica de esta parálisis). La idea de los socialistas es retratar a una fuerza política que ha cambiado de líder tras la marcha de Casado, pero que no se ha movido un milímetro de sus posiciones en los grandes temas, que no son propias de un partido de Estado.

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Fuentes de la Moncloa destacan que uno de los grandes lastres de Feijóo es que se opone, de forma sistemática, a todas las medidas planteadas por el Ejecutivo. En ocasiones, "sin leérselas", apuntan, en referencia al real decreto-ley de medidas de ahorro energético, aprobado antes del verano. Incluso combate iniciativas que en su día pudo considerar positivas. El presidente del Gobierno intentará aprovechar estas aparentes contradicciones para dejarlo en evidencia.

Sánchez quiere "hacer pedagogía", poner en valor las medidas que impulsa el Gobierno y contrastarlas con el "obstruccionismo de los conservadores", para así "poner al PP en una posición incómoda". En la Moncloa, sostienen que el Ejecutivo sí tiene un proyecto de país, coherente y en marcha, frente a un partido que no hace más que buscar problemas en el discurso de Sánchez, pero que no tiene "un proyecto claro" en materias clave como la energía". "Solo tienen propuestas sueltas, poco hilvanadas", no ofrecen "una alternativa", abundan.

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La portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, aseguró este lunes que al PP "se le van a hacer eternos" los meses que quedan hasta las elecciones. Alegría reconoce los resultados de las encuestas, pero afirma que hoy no les preocupa tanto la "rentabilidad electoral". "Llegará cuando corresponda", señaló.

El presidente del Gobierno ha ordenado a los ministros que redoblen esfuerzos para explicar la labor del Ejecutivo y buena parte de ese trabajo va dirigido a erosionar la imagen de moderación de Feijóo. Con una mano, desde el Ejecutivo y desde Ferraz, pregonan que el ambiente en las calles ha cambiado; que sienten el apoyo de la ciudadanía en sus actos. Y con la otra combaten con todo al líder del PP. Reconocen que venir de una comunidad autónoma en la que ha sabido lograr cuatro mayorías absolutas le otorga un cierto halo de prestigio, pero sostienen que el partido venía de una muy mala situación con Pablo Casado y que la clave no es solo llegar, sino mantenerse, porque el suflé "se desinfla". "El efecto Feijóo está ya naufragando", apostillaba Alegría.