Feijóo agita el temor a otra recesión para pinchar el "triunfalismo" de Sánchez

Tras unos meses delicados, Pedro Sánchez se lanza a recuperar el aliento aupado por el espaldarazo de Bruselas a su plan energético. Y no ha comenzado mal. Este martes, el jefe del Ejecutivo puso a disposición de Alemania las infraestructuras de España para llevar gas al corazón de Europa y materializó su alianza con Olaf Scholz para presionar a Francia con el gasoducto Midcat. Solo unas horas antes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se mostró dispuesta a intervenir el mercado eléctrico y limitar el precio del gas, una excepción que actualmente opera en España y Portugal. Pero Alberto Núñez Feijóo no se plantea ponerle las cosas fáciles. El líder de la oposición quiere ampliar la "delimitada" temática del debate que mantendrá con el presidente del Gobierno en el Senado y redirigirlo a problemas de índole económica y social, en el marco del riesgo de una "profundísima crisis económica" de la que los populares alertan desde hace meses.

Con esta red de seguridad, la Moncloa se lanzó a anunciar una comparecencia monográfica sobre energía en la Cámara Alta, el único foro parlamentario donde Sánchez puede medirse a Feijóo. El Ejecutivo esboza un debate "sereno" y "propositivo" en el que dejar en evidencia la oposición "obstruccionista" del líder del PP frente a un presidente henchido por su reforzada posición internacional.

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Pese a insistir desde hace días en la necesidad de celebrar un "debate sosegado" más allá de los "siete minutos" que dura un asalto en las sesiones de control ordinarias, el anuncio de una comparecencia monográfica protagonizada por Sánchez para informar sobre su modelo energético cayó como un jarro de agua fría en la sede de Génova. La impresión de los populares es que el Gobierno busca sacar pecho de su gestión energética para obtener un rédito político mientras oculta otros indicadores económicos que anticipan un invierno "preocupante" para miles de hogares.

En Génova no creen que sea casualidad que la Moncloa registrase la solicitud de comparecencia de Sánchez en la Cámara Alta justo el día en que se atendía a una leve caída de la tasa de inflación, que pasó del 10,8% al 10,4% interanual. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, celebró que las medidas emprendidas por el Gobierno ya habían comenzado a contener los precios, y avanzó que, "en principio", la tasa del IPC seguiría por una senda de "descenso".

El próximo 6 de septiembre, Feijóo se lanzará a pinchar el "triunfalismo" de Sánchez y recordará que, pese a que la tasa anual baje respecto al mes de julio, los precios siguen disparados a un nivel récord en comparación a la situación que se registraba hace un año. Por si fuera poco, la tasa de inflación subyacente, que incluye la evolución de todos los productos, a excepción de los bienes energéticos y de los alimentos frescos, subió tres décimas, hasta situarse al 6,4%, su nivel más alto desde enero de 1993.

El aumento de este indicador, que excluye los elementos más volátiles del mercado, apunta a la persistencia de la espiral inflacionista en el resto de la cesta de la compra, incluso aunque el Ejecutivo logre poner coto a los precios de los productos energéticos. El PP no se moverá del discurso que alerta de un contexto económico sombrío frente a este "optimismo". De hecho, varios portavoces del partido abonaron el terreno a un Feijóo que ya se prepara para su primer cara a cara con Sánchez del curso. "Por muchas campañas de lavado de imagen que hagan, siguen siendo el Gobierno más alejado de la gente", reiteran en las filas populares.

En su primera rueda de prensa en la sede nacional de Génova desde que fue elegido líder del PP, Alberto Núñez Feijóo protagonizó una larga intervención en la que ya dibujó un panorama negro desde el punto de vista económico en los próximos meses. "Nuestro deber es decir a los españoles que están preocupados que hacen bien. Que tienen motivos", abonó el líder de la oposición, que volvió a situar a Pedro Sánchez en el espejo de José Luis Rodríguez Zapatero por "negar primero" la crisis y "edulcorarla" después.

Feijóo abrió de nuevo la puerta de Génova a Sánchez porque "de esta no vamos a salir sin unidad", y tiñó su discurso de cierto catastrofismo al señalar indicadores que anticipan una "crisis" en los próximos meses, como el crecimiento de la deuda pública, el incremento de los "precios industriales" o el encarecimiento de las hipotecas, una 'tormenta perfecta' que, a juicio de los populares, lastrará el ya delicado tejido económico español, pese al intento del Gobierno de "enmascarar la realidad". "No deja de sorprender que [Feijóo] no tenga nada más que decir que desear intranquilidad a los españoles", contraatacó la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.

Un debate de "política general"

La condición de Feijóo como senador y no como diputado le impide participar en los debates que se celebren en el Congreso de aquí a las próximas elecciones generales. El PP planteó la solicitud de comparecencia de Sánchez en la Cámara Alta para inaugurar el curso como una oportunidad de medirse al líder de la oposición sin que este asista como convidado de piedra y debatir de forma directa asuntos de "política general", como si se tratase de una segunda parte del debate sobre el estado de la nación que se celebró en la Cámara Baja el pasado mes de julio.

Génova critica, en este punto, que Sánchez "hable de lo que él quiere" y "no de lo que a la ciudadanía le preocupa". No rehúyen la temática energética y, de hecho, el partido trabaja en un documento alternativo con las propuestas a las que fía un acuerdo con el Gobierno que, a su vez, trabaja ya en un plan de contingencia que deberá remitir a Bruselas en septiembre. Pero insisten en no quitar el foco de las "incertidumbres económicas y sociales que afectan al país".

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"El modelo que plantean es un debate parcial, y en él dejan fuera problemas que atenazan el presente y el futuro de los españoles", insisten los populares, que reiteran que Feijóo aprovechará su intervención para ampliar una temática que "no debería estar delimitada" a un decreto energético que ya recibió el visto bueno del Congreso hace una semana. Recuerdan en Génova que, en septiembre de 2020, Sánchez ya compareció en la Cámara Alta a petición propia para informar sobre "las líneas generales de la actuación del Gobierno".

"¿Por qué, sin un presidente del PP en el Senado, [Sánchez] hizo un debate de política general, pero ahora prefiere acotar el tema?", insisten. El Gobierno, por su parte, se sacude la presión del PP y se compromete a protagonizar un debate en positivo y "constructivo", con una lista de iniciativas en materia de ahorro energético alejadas de las propuestas "del pasado" promovidas por el equipo de Feijóo, como la moratoria del cierre de las centrales nucleares.