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Lastra rompió el plan de Sánchez de reformar PSOE y Gobierno a la vez en septiembre
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Reestructurar Ferraz

Lastra rompió el plan de Sánchez de reformar PSOE y Gobierno a la vez en septiembre

La catarsis en el PSOE se había dejado para la primera semana de septiembre, coincidiendo con la crisis de Gobierno que está preparando el presidente del Ejecutivo

Foto: Comité federal del PSOE. (EFE/Mariscal)
Comité federal del PSOE. (EFE/Mariscal)
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La semana arrancaba convulsa en Ferraz. Adriana Lastra anunciaba que dejaba de ser la número dos del PSOE por "motivos personales". Lo hacía de manera unilateral, sin pactarlo con Pedro Sánchez. La renuncia hizo saltar las alarmas. Lastra era hasta ese momento del núcleo duro del presidente, aunque, como ha venido contando este diario, la relación se fue deteriorando ante la incapacidad de la vicesecretaria general de unir al partido y frenar la sangría de votos. Sabedora de que el presidente la había desterrado de los elegidos, se adelantó a la jugada y precipitó una crisis más profunda de lo previsto, según fuentes gubernamentales.

Sánchez abrió su cuaderno azul tras la debacle en las elecciones andaluzas, en las que dio su última oportunidad a Lastra y su equipo electoral, que contaba con el ministro Félix Bolaños y el jefe de Gabinete, Óscar López, como gurús. En esos días, expresó a los más cercanos que estaba "decepcionado". Desde entonces, lleva haciendo cábalas sobre cómo reestructurar Ferraz. Lo más urgente era mejorar la comunicación. Fue cuando se habló de sustituir a los portavoces, pero finalmente optó por esperar al debate de la nación. La cita en el Congreso resultó mejor de lo previsto. El presidente se envolvió en la bandera de la izquierda y ahormó nuevamente la mayoría de la investidura. En la Moncloa, la sensación era de éxito. Un broche perfecto para cerrar el curso.

Foto: Juanma Moreno, junto al expresidente Mariano Rajoy y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Julio Muñoz)

La catarsis en el PSOE se había dejado para la primera semana de septiembre, coincidiendo con la crisis de Gobierno que está preparando Sánchez, según confirman desde el partido. La idea era que fuese un arranque potente del curso político y evitar, como ocurrió con la remodelación de julio del año pasado, que el verano diluyese el efecto. Las piezas del puzle estaban perfectamente encajadas. Algunos ministros saldrían del gabinete para ser candidatos en las municipales y autonómicas de mayo de 2023. La excusa para dar un nuevo aire a la bancada azul era perfecta. Desde el punto de vista del partido, los ministros desembarcaban en Ferraz para poner en marcha el proceso de primarias. Nombres potentes para un calendario electoral que para Sánchez será una primera vuelta. El "vamos a por todas" con el que ayer jaleaba el líder a los suyos es una evidencia de que los tiempos eran otros.

Aquí encajan perfiles como la ministra de Educación, Pilar Alegría, o el veterano Miquel Iceta, que suena como cabeza de lista para la alcaldía de Barcelona. Al titular de Cultura no le entusiasma la idea, pero, pese a sus reticencias, hará lo que Sánchez le pida. Según el último sondeo publicado por El Confidencial, ERC está creciendo a costa de los socialistas en la provincia de Barcelona, una de las pocas donde el rojo sigue como color hegemónico. Además, es imprescindible para unas generales empezar a movilizar al PSC, históricamente clave para aspirar a ganar. También lo es Andalucía y esa es una de las lecturas internas que se hace del ascenso de María Jesús Montero. "Es una pata negra del partido que, además, se lleva bien con todo el mundo", señala un dirigente socialista que califica como un "acierto" esta decisión del presidente.

La ministra de Hacienda es desde el comité federal de ayer la mujer fuerte del partido. Su nombramiento supone una vuelta al modelo que existía con el defenestrado José Luis Ábalos: vuelve al Consejo de Ministros una figura con peso del PSOE. En estos momentos, solo estaba en esa posición el propio Sánchez. Ni la vicesecretaria ni el secretario de Organización formaban parte del Gobierno. Se pretende que haya una mayor coordinación entre la Moncloa y Ferraz. El objetivo de cara a la campaña que viene es que se "vendan" todas las medidas que el Ejecutivo ha ido aprobando. Entre los diputados socialistas hay una queja unánime. Consideran que su actividad parlamentaria es "frenética", pero que lo que hasta este momento llega a los ciudadanos es que este Ejecutivo es "incapaz de sacar adelante sus proyectos", verbaliza un diputado que lleva años en la Cámara Baja.

Foto: Ejecutiva Federal del PSOE celebrada en febrero. (EFE/Rodrigo Jiménez) Opinión
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En su discurso de ayer, el presidente pasó de puntillas por los cambios, pero el significado de estos se reflejaba en algunos de los rostros de los asistentes. Los adrianistas estaban de capa caída. Los rostros serios del presidente de Asturias, Adrián Barbón, de Felix Bolaños o de la eurodiputada Iratxe García evidenciaban el fin de una etapa. Por el contrario, al tres del PSOE, Santos Cerdán, le ha ganado el pulso a Lastra. "El presidente se ha dado cuenta de quiénes le miraban ya como un pato cojo", reflexionaba uno de los asistentes al comité, que recordaba que uno de los errores de la ya ex vicesecretaria general fue postularse como sucesora.

El sanchismo se ha quedado sin representantes con el último giro. Solo aguantan junto al presidente Cerdán y la ministra de Defensa, Margarita Robles. La purga ha llegado a todos los niveles. El miércoles se le trasladó a la responsable de comunicación del PSOE, Maritcha Ruiz, que no seguiría en su cargo. Es la segunda vez que la cesan. En la primera ocasión, salió de Ferraz junto con Sánchez. Le acompañó en su destierro y volvió con él. Ahora es fuego amigo, aunque, como señala un veterano socialista, "Sánchez no hace amistades en política". Los hechos corroboran su afirmación. El presidente ha demostrado que es capaz de reinventarse en función de sus intereses y ahora ha interpretado que necesita un acicate para reeditar su victoria, aunque eso suponga rescatar como portavoz en el Congreso a su adversario en las primarias, Patxi López.

En el caso del núcleo de poder de la Moncloa, el tándem Óscar López y Antonio Hernando siguen en sus puestos. En estos días, se había publicado que aspiraban, especialmente el primero, a presidir el núcleo de duro de los "nueve" llamados a materializar la remontada de las siglas. López estará en este equipo que capitanea la propia Montero y que cuenta con la portavoz Isabel Rodríguez, Bolaños, Alegría, Iceta, Cerdán, Patxi López y su homóloga en el Senado, Eva Granados. En la cima se ha colocado el propio Sánchez, que es "el único que manda", apostillan desde el partido donde hay coincidencia en que "se le ve muy seguro de sí mismo". Sánchez ya solo confía en Pedro.

La semana arrancaba convulsa en Ferraz. Adriana Lastra anunciaba que dejaba de ser la número dos del PSOE por "motivos personales". Lo hacía de manera unilateral, sin pactarlo con Pedro Sánchez. La renuncia hizo saltar las alarmas. Lastra era hasta ese momento del núcleo duro del presidente, aunque, como ha venido contando este diario, la relación se fue deteriorando ante la incapacidad de la vicesecretaria general de unir al partido y frenar la sangría de votos. Sabedora de que el presidente la había desterrado de los elegidos, se adelantó a la jugada y precipitó una crisis más profunda de lo previsto, según fuentes gubernamentales.

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