Adriana Lastra: expansiva, dinamitera y DJ

Adriana Lastra (Ribadesella, 1979) ha dimitido como vicesecretaria general del PSOE. “¿Qué mejor manera de empezar la semana?”, escribieron en el perfil de Twitter de Nuevas Generaciones del PP. Lástima que lo borraran enseguida, les había quedado precioso.

La ya ex número dos del partido argumentó que lo hace por razones personales que conllevan descanso y reposo en un comunicado con las frases perfectamente medidas y pensadas. Porque, como dijo hace meses en una entrevista en la Cadena SER: “Las palabras pesan, y yo intento utilizarlas bien, correctamente, precisamente porque tienen mucho peso y mucho valor”. Algo de lo que, por cierto, olvidó la noche de la debacle de las elecciones andaluzas, con ese discurso también llamado sucesión de catastróficos errores.

Lastra ha dicho adiós por prescripción médica con un embarazo de riesgo y desde ese momento las redes sociales y las tertulias se han llenado de conjeturas, críticas, suposiciones. Un poco lo de siempre. ¿Dimitir por un embarazo le hace un favor a la igualdad o más bien lo contrario? ¿Acaso no podría haberse pedido la baja? ¿No será que las ve venir en su partido y ha dicho que de ese barco mejor se baja?

Como a estas horas no tengo ni información ni opinión al respecto, hablemos de certezas. O una aproximación a la portavoz más joven en la historia del PSOE a través de los que la conocen. De lo mucho que le gustan las cazadoras, sean vaqueras o de cuero. De la línea tan fina que va de ser directa y manejarse sin filtros a la bordería.

Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias, es íntimo amigo suyo y la conoce desde los 17 años. Ambos son cosecha del 79 y se consideran casi hermanos. O sin el casi. “Personifica muy bien lo que significa ser socialista. Tiene una lealtad al partido inquebrantable, es muy querida y muy respetada, y siempre tuvo claro que el papel clave en un partido lo tienen los militantes”, afirma.

"Tiene una lealtad al partido inquebrantable, es muy querida, y siempre tuvo claro que el papel clave en un partido lo tienen los militantes"

Un vínculo con los militantes que confirma la diputada socialista en las Cortes de Castilla y León Noelia Frutos: “Es un referente para todos nosotros”. Lastra tiene como foto en el perfil de WhatsApp una imagen de un acto de la última campaña electoral en esa comunidad.

Barbón dice de ella que es abierta y “expansiva”. “Dinamitera”, la llaman. Algo que no parece molestarle. “Lo que me quieran llamar si eso significa lucha, movimiento obrero, no rendirse y no dar la batalla por perdida”, dijo en una entrevista hace tres años en 'El País'.

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Y porque parece que los insultos no le afectan demasiado. “Me conocen muy poquito si creen que me van a amedrentar con gritos”, dijo hace tiempo a la bancada del PP en el Congreso de los Diputados. Sus miradas en el hemiciclo han oscilado en dos direcciones: del arrobo dirigido al presidente en el Gobierno a la dureza al dirigirse a los adversarios. “Mirada de acero viejo”, como escribió la periodista Luz Sánchez-Mellado después de entrevistarla.

Tampoco pareció afectarle la mofa de Inés Arrimadas desde su asiento reduciendo su currículo a su estancia en el PSOE y recordando que no es licenciada universitaria. “Lo que sé es que, después de mucho tiempo, nos seguiremos acordando de ella y de su paso por la política. No creo que eso pase con Arrimadas”, dice otro de los amigos de Lastra que prefiere no decir su nombre.

Porque Lastra, dicen, tiene muchos amigos. Sobre todo en la política. Barbón, la exministra María Luisa Carcedo, Felipe Sicilia, María Jesús Montero. También los amigos de siempre de Asturias. Y se lleva muy bien con Gabriel Rufián. Justo lo contrario que con Iván Redondo.

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Ella, lo ha dicho más de una vez, habla directamente con el presidente. Guardiana de los secretos de Sánchez, que la nombró negociadora favorita, no soporta las filtraciones y se jacta de no haber hecho nunca ninguna a la prensa. Es abrupta y con tendencia a venirse arriba cuando se habla del partido. “Con Pedro Sánchez a la Moncloa y con el PSOE siempre”, declaró una vez. Claro que de ahí a decir que la Transición la hizo prácticamente a solas su partido con el rechazo del resto va un abismo. Una se puede entusiasmar con las cosas, pero sin perder el oremus.

Milita en el PSOE desde los 18 años —se afilió tras la victoria de José María Aznar en 1996— y fue nombrada secretaria general de las Juventudes Socialistas solo un año después. Hija de peluquera y taxista, se ha mostrado siempre muy hermética con su vida privada.

"Es la que elige las canciones que se han puesto en los dos últimos congresos del PSOE"

Le gustan mucho los libros de historia y disfrutó mucho también con la trilogía del Baztán de Dolores Redondo, recomendada por Patxi López. Pero lo que le puede es la música. “Es muy musiquera, 'heavy', 'rock', 'indie', de todo”, dice un periodista que la ha entrevistado varias veces y la ha tratado de cerca otras tantas. “Es la que elige las canciones que se han puesto en los dos últimos congresos del PSOE”, asegura. Su grupo favorito es ACDC, aunque más de un cumpleaños haya tenido al flamenco como banda sonora. Es la DJ que le faltaba al bipartidismo, con Soraya Sáenz de Santamaría siempre en nuestros corazones.

En el último congreso del PSOE andaluz sonó el ‘We are the champions’. El nacional celebrado en Valencia tuvo 'foodtrucks' y acabó con ‘Paquito el chocolatero’. No sé ni qué decir.