El PSOE andaluz respira aliviado por el ascenso de María Jesús Montero en Ferraz

"Un pelotazo". Así de expresivo se muestra un miembro de la ejecutiva del PSOE andaluz cuando se le pregunta por el nombramiento de María Jesús Montero como vicesecretaria general del partido en Ferraz. El ascenso de la ministra de Hacienda no responde a un reparto de cuotas territoriales dentro del PSOE, sino a su papel en el círculo de confianza de Pedro Sánchez. Pero supone un balón de oxígeno para la mayor federación del partido, que todavía se está recuperando del golpe del 19 de junio, cuando lograron el peor resultado de su historia.

El papel de Montero es el más relevante que ocupará un andaluz dentro del PSOE desde que Felipe González dejó la secretaría general, si se obvia el interregno de Sánchez y el papel que jugó ahí Susana Díaz. El número dos de González, el también sevillano Alfonso Guerra, inauguró el cargo que la ministra ocupará desde este sábado. Entre ambos, han pasado José Blanco, Elena Valenciano y Adriana Lastra. De esta manera, los socialistas andaluces ganan peso en el círculo más cercano al presidente del Gobierno, ya que Montero también estará en el órgano de nueva creación que Sánchez ha puesto en marcha para preparar al partido para los próximos procesos electorales.

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Iván Gil

Los socialistas andaluces se enteraron del nombramiento cuando se hizo público, en pleno debate de investidura de Juanma Moreno. La dirección del PSOE andaluz, que encabeza Juan Espadas, tiene buena relación con la ministra de Hacienda, que fue consejera andaluza durante 14 años. En parte de esa etapa coincidió con Espadas, que también estuvo en los gobiernos de Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Comparten también ciudad y año de nacimiento (Sevilla, 1966); militan en la misma agrupación, Sevilla centro, y tardaron años en afiliarse tras comenzar a colaborar como independientes con el PSOE.

"Maria Jesús se lleva bien con todo el mundo", cuenta otra fuente socialista, que recuerda cómo compartieron bando en las primarias en las que Espadas resultó ganador para acabar con la etapa de Susana Díaz. La paradoja es que, en las elecciones internas de 2017, Espadas y Montero estaban con la expresidenta de la Junta contra Pedro Sánchez, que acabó por incorporarla a ella a su Gobierno en 2018 y, después, por señalarlo a él para disputar el liderazgo del PSOE andaluz a Díaz.

María Jesús Montero fue uno de los nombres que se barajó para dar la batalla a Susana Díaz por el liderazgo del PSOE andaluz

Montero fue uno de los nombres que se barajó para este proceso y para la candidatura del PSOE a la presidencia de la Junta. La titular de Hacienda no estaba por la labor y su papel crucial en el círculo del secretario general del partido acabó por girar la veleta hacia Espadas, que sí mostró disposición. El resultado del 19-J no ha generado especulaciones sobre el futuro del exalcalde de Sevilla, pero en San Vicente admiten que el nombramiento de Montero y el resto de cambios en el partido desvían el foco de su derrota y les da "un poco de aire".

La lectura que hacen desde Andalucía es positiva, no solo por el refuerzo de su federación, sino también por el perfil de Montero. "Ella abre puertas y es muy querida entre la militancia de aquí", explica una fuente de la ejecutiva andaluza. "Con el PSOE de toda la vida nos ha ido siempre bien", añade, al tiempo que recuerda el perfil negociador de la ministra de Hacienda. A pesar de que Montero siempre ha huido del navajeo orgánico, una fuente cercana cree que "ocupará su espacio como vicesecretaria".

La lectura andaluza del resto de cambios

No está previsto que el resto de cambios que pueda activar Pedro Sánchez en el comité federal de este sábado vayan a retocar la presencia andaluza en la cúpula de Ferraz. Se da por hecho que María Márquez, del círculo cercano a Espadas, seguirá en la ejecutiva, al igual que Ana María Romero o Beatriz Carrillo. Lo mismo ocurre con el secretario de Política Municipal, el también sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Sí es cierto que Felipe Sicilia, hombre de confianza de Adriana Lastra, dejará de ser portavoz del partido para cederle el paso a Pilar Alegría. Pero otro jiennense, Juan Francisco Serrano, pasa a ser adjunto al secretario de Organización, Santos Cerdán.

Serrano estaba ya en la ejecutiva y es cercano a Francisco Reyes, secretario general del poderoso PSOE de Jaén. Pero su ascenso tiene que ver con la buena relación y el trabajo codo con codo que ha desarrollado con Cerdán, otro de los ganadores de esta reorganización en Ferraz. El navarro es casi el único superviviente de los primeros fieles a Sánchez y mantiene una interlocución muy fluida con la dirección socialista de Juan Espadas. En el lado anecdótico, Cerdán está casado con una sevillana y es habitual de la Feria de Abril.

En San Vicente se congratulan por esta "línea directa" no solo con Cerdán, sino también con Montero, que ya era vocal en la ejecutiva, pero pasa a tener un protagonismo mayor para preparar un ciclo electoral que es crucial para el PSOE andaluz. Las municipales de mayo de 2023 servirán de termómetro para saber si la marca del puño y la rosa sigue en caída libre en el que fue su granero de votos. Lo que ya parece descartable, sobre todo tras su nombramiento en Ferraz, es que Montero vaya a aspirar a la alcaldía de Sevilla, el puesto que dejó Espadas en enero y que su sucesor, Antonio Muñoz, ha asumido con éxito, por lo que se da por hecho que será candidato.

Dos andaluces al poder

El ascenso de Montero se produce pocos meses después del de Elías Bendodo. La sevillana pasará a ser número dos del PSOE federal y Bendodo es ya el número tres del PP nacional, pero no desarrollará su labor al 100% hasta septiembre. Ambos tendrán que bregarse en negociaciones clave para los dos partidos y de ambos se ensalza su perfil negociador. La política sevillana, médico de profesión, es una de las piezas más importantes del engranaje de la coalición de PSOE y UP en Madrid.

Las imágenes de la aprobación de la reforma laboral, con Montero agrupando a Yolanda Díaz y Nadia Calviño para un abrazo, dan buena cuenta del papel que juega la ministra de Hacienda. Su buena sintonía con las fuerzas de izquierda es más que conocida —procede de movimientos cristianos de base y de las juventudes comunistas—, pero también tiene experiencia negociando con fuerzas a la derecha del PSOE. Como consejera de Hacienda, negoció tres presupuestos con Ciudadanos en la X legislatura andaluza, justo antes de que Pedro Sánchez la requiriese en el ministerio.

Entonces, su fichaje tampoco se leyó como una cuota andaluza ni como un gesto de reconciliación de Sánchez con Díaz. Su papel como ministra —y portavoz durante un tiempo— la han convertido en pieza clave del equipo del presidente del Gobierno. Por méritos propios, la subdirectora de hospital que entró en política como independiente devuelve el acento andaluz —del que presume— al puente de mando del PSOE en un momento complejo.