Argelia deja vacante su embajada en Madrid y confirma que la crisis con España se alargará
Argel no está dispuesto a reconciliarse con España mientras esté el presidente Sánchez al frente del Gobierno y José Manuel Albares sea el jefe de la diplomacia
El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, se dispone a nombrar a su actual embajador en España, Said Moussi, al frente de la embajada en Francia, según indican fuentes diplomáticas. La decisión presidencial, que deja vacante el puesto de embajador, es un síntoma más de que la crisis hispano-argelina es de larga duración y probablemente no acabará hasta que concluya la legislatura.
Said Moussi llevaba menos de cuatro meses en Madrid cuando fue llamado a consultas, el 19 de marzo pasado, justo 24 horas después de que Mohamed VI de Marruecos desvelase en un comunicado extractos de la carta que le había remitido el presidente Pedro Sánchez. En ella, respaldaba la solución propuesta por Rabat para resolver el conflicto del Sáhara Occidental, consistente en conceder una autonomía al territorio, pero bajo soberanía marroquí.
Aunque estaba ausente desde hace casi cuatro meses de España, Moussi seguía siendo embajador y sus subordinados despachaban con él vía telemática los asuntos corrientes desde Madrid. Ahora ya deja de serlo y regresa a París de embajador, una ciudad donde ya ejerció como cónsul general años atrás.
El presidente Tebboune muestra con este nombramiento, según interpretan fuentes diplomáticas en Argel, que no está dispuesto a reconciliarse con España mientras esté Sánchez al frente del Gobierno y José Manuel Albares sea el jefe de la diplomacia española. Está por ver si la crisis no se alargará aún más si el próximo Ejecutivo español mantiene la misma postura promarroquí sobre el Sáhara que el actual. Las autoridades argelinas se consideran tanto más legitimadas para actuar cuanto que todos los partidos políticos españoles, excepto el PSOE, reprueban el bandazo en política exterior dado por Sánchez.
Desde que el tándem Sánchez-Albares cerró la crisis con Marruecos, pero abrió otra con Argelia, esta última se ha ido agravando. La peor parte se la están llevando las empresas españolas exportadoras a Argelia, cuyos pedidos y contratos están siendo cancelados, cuando su mercancía no se queda bloqueada por la aduana en los puertos de Argel y Orán.
Aunque el presidente Tebboune garantizó en abril el mantenimiento del suministro de gas a España a través, sobre todo, del gasoducto Medgaz, hay una clara voluntad española de reducir la dependencia energética de Argelia. Prueba de ello es que en el primer semestre de este año la importación de gas argelino cayó un 41,11%. El gas procedente de ese país solo supuso el 24,7% del consumo en España, mientras que durante el mismo periodo del año pasado había alcanzado el 47,7%.
EEUU se ha consolidado en el primer semestre como el principal proveedor de gas de España, con más de un tercio del mercado (34,4%) en el primer semestre. El gas natural licuado (GNL) estadounidense llega a los puertos españoles en metaneros y debe ser regasificado antes de ser introducido en el sistema nacional de gasoductos. Suele ser más caro que el argelino, cuyo precio están negociando ahora al alza Sonatrach, la compañía argelina, y sus clientes españoles, empezando por Naturgy, el más importante de todos.
En Ministerio de Transportes argelino no ha cortado los enlaces marítimos para pasajeros, como sí hizo Marruecos en 2021, pero los ha reducido al mínimo. Solo un ferry a la semana de la compañía Algérie-Ferries conecta ahora Alicante con Orán, cuando antes de la pandemia, en temporada alta, había prácticamente uno al día. A los inmigrantes argelinos en Europa les resulta difícil regresar en barco a su país desde los puertos españoles. El 7 de julio sus protestas en el puerto de Alicante provocaron una contundente intervención de los antidisturbios. Un exdiputado argelino, que estaba en Alicante, escribió en las redes sociales que “la diáspora argelina estaba viviendo un infierno”.
El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, se dispone a nombrar a su actual embajador en España, Said Moussi, al frente de la embajada en Francia, según indican fuentes diplomáticas. La decisión presidencial, que deja vacante el puesto de embajador, es un síntoma más de que la crisis hispano-argelina es de larga duración y probablemente no acabará hasta que concluya la legislatura.
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