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Sánchez silencia las consecuencias con Argelia por el bandazo sobre el Sáhara
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COMPARECENCIA EN EL CONGRESO

Sánchez silencia las consecuencias con Argelia por el bandazo sobre el Sáhara

El jefe del Ejecutivo tampoco ha puesto fecha a la reapertura de la aduana de Melilla y la creación de una nueva en Ceuta. La oposición subraya las fallas del Gobierno en el giro con Rabat y reitera la soledad del presidente en política exterior

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece este miércoles ante el pleno del Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece este miércoles ante el pleno del Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)

Ni una mención a la crisis diplomática con Argelia. Pedro Sánchez ha comparecido esta mañana en el Congreso para dar cuenta del último Consejo Europeo, a petición propia, y de las consecuencias en las relaciones con Argelia derivadas del cambio de posición sobre el Sáhara, a solicitud del PP. Sin embargo, ha silenciado esta segunda cuestión y se ha limitado a defender el giro histórico al asumir la posición de Marruecos sobre la autonomía del Sáhara como la más seria y realista. El presidente del Gobierno no ha entrado así, como se le requería, en las amenazas de Argel a subir el precio del gas o, más recientemente, al intento de boicot a los mercados españoles. Solo durante el turno de réplica, Sánchez contestó al diputado del PDeCAT, Ferran Bel, sobre esta cuestión para negar cualquier problema de suministro derivado de esta crisis diplomática.

Horas después de su intervención, Argelia ha suspendido de "inmediato" el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España, firmado el 8 de octubre de 2002, alegando que la posición española sobre el Sáhara Occidental es "injustificable". "Las autoridades españolas han emprendido una campaña para justificar la posición que han adoptado sobre el Sáhara Occidental, una violación de sus obligaciones legales, morales y políticas como poder administrador del territorio que pesan sobre el Reino de España", ha afirmado la Presidencia de la República.

Foto: El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. (Reuters/Ministerio de Exteriores ruso)

El Ministerio de Energía argelino también ha advertido que se considerará un incumplimiento de los compromisos contractuales con España, y su potencial rescisión, que el destino de su gas sea el mercado marroquí. Su embajador en España todavía no ha vuelto desde que Argel lo llamó a consultas el pasado mes de marzo como protesta al cambio anunciado por Sánchez.

El jefe del Ejecutivo, que ha centrado la mayor parte de su intervención en el Consejo Europeo, tampoco ha puesto fecha a la reapertura de la aduana de Melilla y la creación de una nueva en Ceuta. Una de las consecuencias más esperadas por el nuevo marco de las relaciones con Marruecos, que siguen sin producirse cuando se cumplen casi tres meses de la difusión del comunicado por parte de Marruecos sobre la aceptación de España de su plan de autonomía para el Sáhara como el plan más serio, creíble y realista. Unos términos que Sánchez ha vuelto a repetir, aun enmarcando la solución al conflicto en el seno de la ONU.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Alvarado)

La reunión entre representantes de los Ministerios de Asuntos Exteriores, Interior y Hacienda y sus homólogos marroquíes celebrada este martes acabó sin acuerdo para la reapertura de las fronteras. Un compromiso recogido en una declaración conjunta del pasado mes de abril sellada tras el encuentro entre el presidente del Gobierno y el rey Mohamed VI. Sin profundizar ni en fechas ni en el alcance, Sánchez ha asegurado a la Cámara que se "normalizará" el paso de personas y mercancías en estos territorios, sobre los que defendió que su soberanía "está fuera de toda duda". La apertura de las fronteras, en todo caso, será "gradual".

Pese a las inconcreciones y los escasos avances producidos desde el giro de España sobre el Sáhara, Sánchez ha realizado un balance positivo. "El impulso a un nuevo tiempo de las relaciones con Marruecos es una realidad que va abriéndose paso", defendió sobre la tribuna para reconocer que "queda mucho por hacer". La aceptación del plan de autonomía para el Sáhara del Gobierno marroquí se ha encontrado con el rechazo del Congreso en pleno, incluido el de sus socios de Unidas Podemos, que siguen defendiendo el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

El PP pide arreglar el "estropicio" con Argelia

Las explicaciones de Sánchez no han satisfecho las aclaraciones que exigían desde el primer partido de la oposición respecto al bandazo "unilateral" de Sánchez con el Sáhara. En primer lugar, y durante su turno de intervención, Cuca Gamarra ha instado al presidente del Gobierno a arreglar el "estropicio de las relaciones con Argelia" que "está afectando a nuestras relaciones comerciales", y ha exigido que aporte luz sobre cuestiones que han quedado en el tintero, como si el giro con Rabat "tiene que ver con el espionaje político que sufrió" el jefe del Ejecutivo y quién escribió la polémica carta que envió Pedro Sánchez a Mohamed VI a mediados de marzo. La secretaria general del PP ha exigido, además, que promueva la inclusión de Ceuta y Melilla en el espacio Schengen, una iniciativa que ha defendido también el líder de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención.

La portavoz popular ha recogido en el Congreso el testigo que dejó este martes Alberto Núñez Feijóo en el Senado y ha incidido en la soledad del presidente del Gobierno no solo en la cuestión del Sáhara, sino también en iniciativas como el incremento del gasto en Defensa o la celebración de la Cumbre de la OTAN, donde Sánchez se ha encontrado con el rechazo frontal de Unidas Podemos. “Lo suyo no es un Gobierno de coalición, es una emboscada permanente a costa del crédito de España”, ha manifestado Gamarra, que ha censurado que el jefe del Ejecutivo se obceque en pedir “política de Estado” cuando tiene a “todos los enemigos de la nación en el puente de mando”.

Gamarra, a Sánchez: "Lo suyo no es un Gobierno de coalición, es una emboscada permanente a costa del crédito de España"

La portavoz del PP en la Cámara Baja ha insistido en que la mano del PP sigue tendida para diferentes cuestiones relativas a la política exterior, y ha comprometido su apoyo, por ejemplo, a garantizar la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN o a incrementar la inversión en Defensa ante el previsible rechazo de los socios habituales del Ejecutivo. Asimismo, ha insistido al presidente del Gobierno que se abra a debatir las medidas anticrisis propuestas por Alberto Núñez Feijóo como única vía para valorar un voto favorable o una abstención a la segunda parte del escudo económico del Gobierno. “Deje de recaudar y comience a bajar los impuestos. Ahí tiene nuestro plan, con el que solo beneficiaría a 47 millones de españoles”, insistía.

En un tono más duro que su homóloga popular, Santiago Abascal ha denunciado que Sánchez aún no haya exigido a Marruecos que reconozca la "soberanía española" en Ceuta y Melilla ni haya autorizado la repatriación de inmigrantes ilegales residentes en España. "Es normal que allí le reciban con honores, después del asalto de nuestras fronteras, de Pegasus, de su fracasada relación con Argelia y del regalo del Sáhara, que solo le compromete a usted", ha incidido el líder de Vox.

Abascal: "Al PSOE no le queda ni la 'O' ni la 'E', ni obrero ni español"

El dirigente ha dirigido también su intervención a denunciar la "dictadura climática" implantada a su juicio por el Gobierno de Sánchez, al que ha acusado de imponer una "ideología" y un "clasismo sin igual" que afecta especialmente a las clases menos pudientes, como las restricciones a la movilidad en grandes ciudades o la subvención de "bienes inaccesibles" como los coches eléctricos. "Al PSOE no le queda ni la 'O' ni la 'E', ni obrero ni español", denunciaba. Abascal se guardaba también un órdago dirigido al PP, al que ha afeado que "implore" acuerdos con un Gobierno que les llama "estorbo" —en alusión al ataque que pronunció este martes Sánchez contra Feijóo en su primer cara a cara en la Cámara Baja— y llame "estériles" a todos los debates que no sean sobre economía.

Ni una mención a la crisis diplomática con Argelia. Pedro Sánchez ha comparecido esta mañana en el Congreso para dar cuenta del último Consejo Europeo, a petición propia, y de las consecuencias en las relaciones con Argelia derivadas del cambio de posición sobre el Sáhara, a solicitud del PP. Sin embargo, ha silenciado esta segunda cuestión y se ha limitado a defender el giro histórico al asumir la posición de Marruecos sobre la autonomía del Sáhara como la más seria y realista. El presidente del Gobierno no ha entrado así, como se le requería, en las amenazas de Argel a subir el precio del gas o, más recientemente, al intento de boicot a los mercados españoles. Solo durante el turno de réplica, Sánchez contestó al diputado del PDeCAT, Ferran Bel, sobre esta cuestión para negar cualquier problema de suministro derivado de esta crisis diplomática.

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