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Condenado a 8 años en Argel el militar disidente argelino que Marlaska expulsó en marzo
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Mohamed Benhlima

Condenado a 8 años en Argel el militar disidente argelino que Marlaska expulsó en marzo

El ministro del Interior envió al militar, convertido en 'youtouber', rápidamente a su país para tratar de mitigar el enfado de Argelia con el Gobierno español por su alineamiento con Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental

Foto: Mohamed Benhlima. (Archivo/Amnistía Internacional)
Mohamed Benhlima. (Archivo/Amnistía Internacional)
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Mohamed Benhlima, el militar disidente argelino que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, expulsó a su país en marzo mediante un procedimiento ultrarrápido, ha sido condenado en Argel a ocho años de cárcel. Tiene otros causas abiertas que se desarrollarán en los próximos meses. Tras aplazar varias veces la promulgación de la sentencia —el juicio se celebró de principios de mayo—, el tribunal civil de Bir Mourad Rais condenó esta semana a Benhlima, de 32 años, por difundir información falsa, desmoralizar al Ejército y atentar contra la seguridad nacional. El fiscal pidió 10 años, pero los jueces rebajaron la condena en dos.

En realidad, Benhlima ya había sido juzgado 'in absentia' cuando estaba exiliado en España y entonces fue condenado a 10 años por ese mismo tribunal. Al regresar a la fuerza a su país, pidió repetir el juicio con la esperanza de que la sentencia le fuese rebajada, algo que ha conseguido en parte.

Foto: El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune. (EFE/EPA/Ettore Ferrari)

También fue juzgado en rebeldía por otro tribunal, el militar de Blida, que lo condenó a muerte, según reveló el propio Benhlima durante su juicio en Argel y confirmó Amnistía Internacional en mayo mediante un comunicado. Es probable que también se celebre un nuevo juicio en esta ciudad situada a 45 kilómetros al suroeste de Argel y donde está la más moderna de las prisiones militares argelinas.

Aunque el tribunal castrense de Blida ratifique la condena a muerte, Benhlima no será ejecutado. Argelia no ha abrogado la pena de muerte, pero desde 1993 practica una moratoria. Los condenados a la pena capital suelen cumplir en muchos casos una cadena perpetua.

Albert Botran, diputado de la CUP, preguntó el miércoles en el Congreso al presidente Pedro Sánchez por la expulsión de Benhlima y su condena a muerte, pero no obtuvo respuesta alguna. El jefe del Gobierno no contestó a ninguna de las preguntas relacionadas con las relaciones con Argelia, con quien España atraviesa una crisis desde marzo pasado, cuando renunció a su neutralidad en el conflicto del Sáhara Occidental para alinearse con Marruecos.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece este miércoles ante el pleno del Congreso. (EFE/Emilio Naranjo)

Bajo todos esos supuestos delitos por los que Benhlima ha sido condenado se esconde, en realidad, su relación con el grupo islamista no violento Rachad, que Argel considera como una organización terrorista. No figura en la lista de grupos terroristas de la UE y sus responsables residen legalmente en países europeos sin que penda sobre ellos una amenaza de extradición. Sus dos principales líderes, Mohamed Larbi Zitout y Mourad Dhina, viven en Londres.

Quizá con el propósito de salvarse, Benhlima arremetió contra ambos durante el juicio —les describió como ansiosos por monetizar los vídeos que suben a YouTube— al tiempo que mostró su arrepentimiento, pidió perdón al presidente de la República argelina, Abdelmajid Tebboune, así como a todas las personas a las que “calumnió” desde que salió de Argelia en septiembre de 2019.

Convertido en 'youtuber'

Llegó a España con visado y, al poco de caducar, pidió asilo, algo que le fue denegado dos veces pese a ser apoyado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y Amnistía Internacional. Se convirtió en 'youtuber', con más de 150.000 seguidores. A través de su canal denunciaba la corrupción en las fuerzas armadas argelinas, así como entre las elites dirigentes de su país. Nunca propugnó la violencia. La Justicia argelina solicitó su extradición.

Las autoridades argelinas no tuvieron que esperar los engorrosos trámites de una hipotética extradición. El Ministerio del Interior español le expulsó el 24 de marzo pasado. El ministro Fernando Grande-Marlaska lo hizo en un plazo de tiempo extraordinariamente corto y fletando un avión de Iberia para trasladarle del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores (Valencia), donde estaba ingresado, al pequeño aeropuerto de Chlef. Hasta entonces, los inmigrantes irregulares argelinos eran siempre repatriados en barco desde Alicante y Almería, pero con Benhlima se hicieron varias excepciones, una de ellas, recurrir al avión.

La celeridad de Grande-Marlaska —tomó él mismo la decisión de fletar el avión— fue un intento de mitigar el enfado de Argelia con el Gobierno español, que cambió su posición para respaldar la solución que propugna Rabat para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. Las prisas del ministro no sirvieron de nada. La crisis con Argelia persiste e incluso ha ido a peor.

Benhlima es el segundo militar argelino expulsado a su país. El exgendarme Mohamed Abdallah fue el primero, el 21 de agosto pasado, a bordo de un ferri. Había llegado en patera en septiembre de 2018 junto con su mujer y su hijo, a los que el Ministerio del Interior permitió permanecer en España. Él también se convirtió en 'youtuber' y en su canal, con 265.000 seguidores, formulaba denuncias similares sobre la corrupción que aseguraba haber visto de cerca cuando estuvo destinado en la frontera con Túnez. Abdellah fue condenado, en marzo, por el tribunal de Bir Mourad Raïs a seis años de cárcel por pertenencia a una organización terrorista; es decir, a Rachad. La Fiscalía había pedido 20 años.

Grande-Marlaska también atendió una petición de entrega de Rabat, la del activista saharaui Hussein Bachir Brahim. Desembarcó de una patera, en enero de 2019, en Lanzarote, pero no pudo ni solicitar asilo. A la semana ya estaba de vuelta en Marruecos. El Tribunal de Apelación de esa ciudad le condenó, en noviembre de ese año, a 12 años por el asesinato de un joven durante una pelea entre estudiantes marroquíes y saharauis en el campus de la universidad. El activista siempre negó los hechos que se le imputaban y sus letrados alegaron durante el juicio que no existía ninguna prueba que avalase la acusación.

Mohamed Benhlima, el militar disidente argelino que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, expulsó a su país en marzo mediante un procedimiento ultrarrápido, ha sido condenado en Argel a ocho años de cárcel. Tiene otros causas abiertas que se desarrollarán en los próximos meses. Tras aplazar varias veces la promulgación de la sentencia —el juicio se celebró de principios de mayo—, el tribunal civil de Bir Mourad Rais condenó esta semana a Benhlima, de 32 años, por difundir información falsa, desmoralizar al Ejército y atentar contra la seguridad nacional. El fiscal pidió 10 años, pero los jueces rebajaron la condena en dos.

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