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España recupera la conexión con Marruecos: 6 h de espera, vacunas exprés y vítores en la frontera
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Dos años y dos meses después

España recupera la conexión con Marruecos: 6 h de espera, vacunas exprés y vítores en la frontera

La reapertura del paso fronterizo de Beni-Enzar se transforma en un auténtico acontecimiento social, en el que por la tarde ya se concentraban cientos de personas

Foto: Se abre el paso fronterizo de Beni-Enzar, en Melilla. (J. G. A.)
Se abre el paso fronterizo de Beni-Enzar, en Melilla. (J. G. A.)

Hassan no quiere perder ni un minuto más de su vida sin ver a su familia. Hoy es el día. Hoy no se quedará sin abrazar a sus seres queridos. La pandemia y una frontera cerrada le han separado de ellos. Él está en Melilla, los suyos en Marruecos. Dos años y dos meses después, la espera llega a su fin, pero no será tarea fácil.

Son las cinco y media de la tarde. Todavía quedan seis horas y media para que el paso fronterizo de Beni-Enzar reabra, justo a las 00:00h del 17 de mayo. A Hassan le da igual, irradia felicidad por los cuatro costados y le pueden las ganas. Ya está haciendo cola con su vehículo en las inmediaciones de la frontera, en el arcén de la Carretera de Circunvalación y a escasos dos metros de la imponente valla que separa a España y Marruecos.

placeholder Hassan, espera la apertura de la frontera. (J. G. A.)
Hassan, espera la apertura de la frontera. (J. G. A.)

Hassan es el primero de la fila. “Allá vamos. Me están esperando al otro lado, justo a pie de frontera”, dice mientras esboza una sonrisa junto a sus compañeros de travesía. Tras él, también esperan media docena de personas con sus respectivas historias humanas. Ahmed dice entusiasmado: “Yo soy el quinto y voy también a ver a mi familia”. Se forma un pequeño corrillo. Hay buen ambiente. Hablan de las ganas que tienen de cruzar. Muchos han perdido a sus seres queridos sin posibilidad de darles un último adiós. Y eso pesa.

La última de la fila, una mujer que prefiere no desvelar su nombre, tiene hoy una misión, quizás la más importante de su vida. Tampoco quiere perder ni un minuto. “Estoy aquí de las primeras porque tengo que ir a recoger a una niña que he adoptado. Está acogida en un centro, pero quiero ir ya”, revela.

Foto: Frontera de Ceuta. (J. S.)

Mientras Hassan, Ahmed y el resto de la fila espera pacientemente, el Ministerio del Interior ultima los detalles para esta reapertura de la frontera de Beni-Enzar con un refuerzo de 53 agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Se trata de 45 miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y 8 de la Brigada Especial de Fronteras. El Ejecutivo central considera que son suficientes para controlar la reapertura del paso fronterizo en esta primera fase, donde solo podrán entrar a Melilla personas con un perfil muy específico: aquellos que reúnan los requisitos exigibles para trasladarse al resto del espacio Schengen, es decir, con su visado, y los trabajadores transfronterizos.

"Estoy aquí de las primeras porque tengo que ir a recoger a una niña que he adoptado. Está acogida en un centro, pero quiero ir ya"

De forma paralela, junto a una treintena de efectivos, la Guardia Civil pone en funcionamiento un servicio de drones para vigilar el perímetro, el paso de Beni-Enzar y las aguas de Melilla. Los Equipos Halcón de la Benemérita pilotan estos vehículos aéreos no tripulados. Su misión es la de complementar la vigilancia, seguridad y protección de la frontera, tanto en el ámbito terrestre como en el marítimo. Los dos drones adquiridos, modelo MATRICE 300 RTK, vuelan ya por el espacio aéreo de Beni-Enzar. Serán especialmente valiosos para localizar a migrantes que traten de acceder de forma irregular por el ámbito marítimo, ya sea a nado, en embarcaciones o agazapados entre las escolleras del puerto.

Todo el operativo desplegado se ha recibido con cierto recelo por parte de los representantes sindicales de la Policía. Jesús Ruiz Barranco, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Melilla, señala que el número de efectivos será suficiente siempre que se mantengan los actuales requisitos para entrar a Melilla. “Si se abre el resto de los pasos fronterizos tendremos los mismos problemas de falta de personal que antes. Dentro de lo que cabe, se puede hacer el trabajo con seguridad con los efectivos actuales, pero solo en Beni-Enzar”. Y es que en Melilla, al margen del puesto fronterizo principal, están los pasos de Farhana, Barrio Chino y Mariguari que, de momento, no se van a abrir.

Los policías, los que están a pie de paso fronterizo, también muestran sus quejas por tener que trabajar en mitad de unas obras de mejora de las instalaciones, algo que podría haberse planificado con anterioridad. “Han tenido dos largos años para mejorar todo esto. Hasta hace dos semanas los ordenadores de aquí estaban cubiertos de polvo completamente”, cuenta un agente destinado en la frontera. Y es que sigue aún sin materializarse la llamada “frontera inteligente" prometida por el Gobierno de Pedro Sánchez y antes, incluso, por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Una frontera equipada con cámaras de reconocimiento facial y lectores de huellas dactilares para identificar a las personas y ayudar a los agentes en su tarea. Debería estar terminada a finales de año, según anunció recientemente el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska. De momento, los policías tienen que trabajar a la vieja usanza: mirando la documentación de miles de personas durante las siete horas de cada uno de sus turnos.

Las 00:00h del 17 de mayo

Son las 23:30h. A la entrada del paso fronterizo de Beni-Enzar se concentran más de doscientas personas. La mayoría de ellas no tiene intención de cruzar a Marruecos. Están ahí para ver el espectáculo. La reapertura de la frontera se ha convertido en un auténtico acontecimiento social. El 'Kiosko La Frontera' vende refrescos y pipas como si no hubiera un mañana.

La Policía Nacional invita a la prensa a avanzar unos 100 metros para entrar al recinto, al corazón del paso fronterizo, donde tener una visión privilegiada de la apertura de las grandes puertas metálicas azules del lado español de la frontera.

Finaliza la cuenta atrás. Tres…dos…uno… y el reloj marca las 00:00h. Suenan gritos de fondo. En la calle, la multitud celebra como si el año 2023 se hubiera adelantado. Agentes de la Policía Nacional abren, en presencia de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, las puertas. Al otro lado, representantes del Reino de Marruecos saludan a la mandataria española. El presidente de la ciudad, Eduardo De Castro, y varios miembros del Ejecutivo local acuden a la cita y disfrutan de este momento histórico. Se hacen algún que otro selfie.

Foto: Eduardo de Castro, presidente de Melilla. (Ciudad Autónoma de Melilla)

De fondo, cantan, silban y arman el jaleo propio de una celebración. Y es que hay mucho que celebrar tras dos años de incertidumbre. Los primeros en cruzar a Marruecos están al caer, entre ellos, Hassan.

La mayoría sabe ya perfectamente qué requisitos va a pedir Marruecos para dejarles cruzar. Antes del cierre de la frontera, los residentes en Melilla y los marroquíes de la provincia de Nador podían pasar sin necesidad de sellar el pasaporte, únicamente enseñando sus documentos identificativos nacionales. A partir de ahora, sí es necesario sellar.

Además, el país vecino exige el certificado de vacunación con, al menos, 2 dosis o una prueba PCR con una antelación máxima de 72 horas. Precisamente, este requisito ha provocado una demanda extraordinaria de atención en los centros de vacunación. La Consejería de Salud Pública, en coordinación con el INGESA, ha tenido que ampliar los horarios para vacunar a los rezagados. Un total de 475 personas se vacunaron ayer contra el coronavirus.

El país vecino exige el certificado de vacunación con, al menos, 2 dosis o una prueba PCR con una antelación máxima de 72 horas

En el caso de España, personal de Cruz Roja se está haciendo cargo del control sanitario de entrada a Melilla bajo la supervisión de Sanidad Exterior. Los marroquíes mayores de 12 años deben disponer de un certificado de vacunación a partir de los 14 días posteriores a la fecha de administración de la última dosis de la pauta vacunal completa. Otra opción válida es un certificado que confirme que el titular se ha realizado una prueba diagnóstica y que el resultado ha sido negativo, dentro de las 72 horas anteriores. También pueden optar por un certificado de recuperación que confirme que, tras un resultado positivo de la prueba diagnóstica, ya está en plena forma.

El aumento de decibelios que genera la multitud presagia la llegada de los primeros en cruzar a Marruecos. Vemos por fin a Hassan. Se le han colado un par de jóvenes en una moto y dos señores en bicicleta. No pasa nada. Hay buen rollo, nada que ver con los gritos, insultos, peleas y pitidos que siempre han caracterizado las colas de Beni-Enzar.

placeholder Personas cruzando la frontera a Marruecos tras la reapertura esta madrugada. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)
Personas cruzando la frontera a Marruecos tras la reapertura esta madrugada. (EFE/EPA/Jalal Morchidi)

De forma simultánea al paso de vehículos, empiezan a cruzar las primeras personas a pie. Una vez pasado el control documental de la Policía Nacional, levantan los brazos en señal de victoria. Familias enteras cruzan ante la atenta mirada de los agentes. Destaca el desparpajo y la locuacidad de dos pequeñas que hablan ante los medios de comunicación. Ahí están, dispuestas a transmitir su felicidad al mundo entero. La inmensa mayoría han hecho los deberes y lo tiene todo en regla. Cruzan.

En el sentido contrario, el de Marruecos a Melilla, el flujo de personas y vehículos es mucho menor, pero también pasan los que cumplen los requisitos. Cada viajero que llega a Melilla recibe la calurosa bienvenida del gentío. Son personas anónimas que consiguen a su paso la misma ovación que Cristiano Ronaldo cuando marca un gol de chilena.

Cierre de la aduana comercial

La reapertura de la frontera ha llegado tras dos años de cierre por la pandemia, pero los ciudadanos, a un lado y al otro, están sufriendo las malas relaciones entre España y Marruecos desde 2018. En agosto de ese año, el reino alauita decidió de forma unilateral cerrar la aduana comercial. En Melilla, la Confederación de Empresarios y el Gobierno local entendieron la medida como una forma de asfixia económica contra la ciudad autónoma con unas consecuencias “catastróficas”, decían. Ahora, en esta nueva etapa de relaciones hispano-marroquíes, volverá la aduana comercial e incluso se incorporará una nueva en Ceuta. Así lo anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita a Melilla el pasado 23 de marzo. Sin embargo, las fechas y las condiciones de las aduanas comerciales están aún por definirse en las negociaciones que ambos países mantienen.

placeholder La delegada del Gobierno y el presidente de Melilla, en la apertura de la frontera. (J. G. A.)
La delegada del Gobierno y el presidente de Melilla, en la apertura de la frontera. (J. G. A.)

Lo que sí es totalmente historia es el conocido coloquialmente como “comercio atípico”, el contrabando de mercancías de toda la vida. “Es cosa del pasado”, ha dicho la delegada del Gobierno, Sabrina Moh. Por el paso fronterizo de Barrio Chino cruzaban cientos de personas a diario, en su mayoría mujeres, cargadas con imponentes y pesados bultos de mercancías. Productos que llegaban de forma legal a Melilla, a través del puerto pagando su impuesto de importación (IPSI), para luego pasar la frontera de manera irregular en mulas humanas. Suponía un importante motor económico para Melilla. Movía unos 450 millones de euros al año.

Trabajadores transfronterizos

Los marroquíes que diariamente entraban a Melilla para trabajar han resultado muy perjudicados. La mayoría de estos trabajadores transfronterizos perdió su empleo al cerrar la frontera. Unos 80 se quedaron atrapados en Melilla. Llevan estos dos años trabajando de forma alegal sin poder volver a Marruecos a pernoctar, tal y como marca la norma, quedándose a dormir en la ciudad en casas de amigos y familiares.

Sin embargo, algunos de ellos deben volver ahora a Marruecos porque su documentación ha caducado sin saber si podrán retornar a sus puestos. También tienen unas ganas inmensas de volver a ver a sus familiares. Es el caso de Haddu. Lleva trabajando en la ciudad como empleada del hogar desde hace 15 años. Desde el cierre ha aguantado en Melilla para no perder su empleo. Ahora debe volver a Marruecos a renovar su documentación y esperar a que su empleador haga los trámites pertinentes para que pueda cruzar legalmente por Beni-Enzar. En cualquier caso, si se va, no podrá volver a entrar hasta el próximo 31 de mayo, tal y como marca la última orden del Ministerio del Interior.

Los transfronterizos a los que les pilló el cierre en Marruecos solo podrán cruzar si están legalmente reconocidos como tal, o si han obtenido un visado específico para Melilla. Algunos de ellos, desde que se enteraron de la reapertura, no han parado de llamar a sus antiguos empleadores para conseguir un contrato de trabajo que les permita volver. Ghizlane trabajaba como limpiadora en varias viviendas de Melilla. De momento, a través de mensajes de audio de WhatsApp, solo escucha la misma respuesta: “Ahora mismo no podemos permitirnos contratarte y pagar la Seguridad Social”.

Colapso sanitario

Uno de los mayores temores de la ciudadanía y de los colectivos que trabajan al servicio de la sanidad pública es el colapso del Hospital Comarcal ante la apertura de la frontera. Desde la Delegación del Gobierno aseguran que no ocurrirá: “El grueso de las personas que van a transitar son personas melillenses que han salido y van a retornar, ya que las personas de terceros países no pueden entrar si no tienen una documentación tipo visado Schengen”, ha dicho la delegada Sabrina Moh.

Desde el Colegio de Médicos de Melilla tienen claro que no se puede volver a la situación anterior. Les preocupa, además, cómo están los contagios en Marruecos. “Estamos muy preocupados por la situación sanitaria. La pandemia no ha terminado y Marruecos sigue en estado de alerta sanitaria”, detalla su presidente Justo Sancho Miñano, al tiempo que recuerda que solo el 17% de la población marroquí tiene la pauta completa de vacunación.

"Estamos muy preocupados por la situación sanitaria. La pandemia no ha terminado y Marruecos sigue en estado de alerta sanitaria"

En la Unidad de Tocoginecología del Hospital Comarcal de Melilla saben exactamente lo que supondría volver a la situación previa a la pandemia. “Estamos temblando”, cuenta una enfermera. “Ojalá sea como dice el Gobierno porque si no volveremos a estar sin camas, con la UCI llena y pagando los traslados de pacientes a la Península porque aquí no tenemos sitio”, remata.

Tras el cierre de la frontera, en el año 2020 se produjeron 1.196 alumbramientos, una reducción del 48,3% frente a los 2.476 del 2019, según datos del Instituto de Gestión Sanitaria (INGESA). El récord de partos en Melilla se registró en 2015, contabilizándose 3.001. Más de la mitad era mujeres marroquíes que habían cruzado la frontera.

Foto: El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska (i), y el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas (d). (EFE/Hidalgo)

La desesperación en el lado marroquí por acceder a una sanidad y a unos recursos públicos de calidad ha provocado estos años la aparición de organizaciones criminales dedicadas a facilitar la obtención de la nacionalidad española a niños marroquíes nacidos en Melilla. Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional, en las operaciones Vástago y Edipo, han desarticulado en Melilla estos entramados que utilizaban a padres ficticios españoles, previo pago de hasta 3.000 euros, para que reconocieran como propios a hijos que no eran suyos. A partir de aquí, el niño obtenía la nacionalidad española y la madre iniciaba los trámites para obtener el permiso de residencia junto a toda una cascada de fraudes que incluían el acceso a servicios sociales e, incluso, la reunificación de otros familiares marroquíes.

Saltos a la valla

Las nuevas relaciones entre ambos países, tras el reconocimiento por parte de España de las pretensiones marroquíes sobre el Sáhara, se traducirán en una mayor colaboración en los perímetros fronterizos entre la Guardia Civil y la Gendarmería Real para evitar saltos a la valla. Así se escenificó el pasado 6 de mayo en la XX Reunión del Grupo Permanente Hispano-Marroquí sobre Migraciones.

Sin embargo, antes de arreglar las cosas con Marruecos, la colaboración entre ambos países en materia migratoria era francamente mejorable. Prueba de ello están los saltos masivos del 2 y el 3 de marzo, de los más numerosos de la historia. Columnas de cientos de personas se acercaron a la valla sin apenas oposición de las fuerzas marroquíes. Más de 2.500 subsaharianos a la carrera intentaron saltar el perímetro fronterizo. El primer día lo lograron 350 y el segundo 491. Fueron incursiones de una violencia única, según el Gobierno de la nación, que provocaron una veintena de agentes heridos.

Foto: Instalación de las concertinas (ya retiradas) en la valla de Melilla en 2013. (EFE/F. G. Guerrero)

Unos saltos que se ejecutaron en las zonas más vulnerables de la valla, las que estaban desprovistas de peines invertidos; las estructuras que coronan la verja y hacen más difícil escalar y pasar al otro lado. Venían a sustituir a las concertinas que producían profundas laceraciones y desgarraban la carne. Los saltos aceleraron el refuerzo del vallado tras las visitas a la ciudad del ministro del Interior, la directora de la Guardia Civil y el presidente del Gobierno. Pese a los avances, todavía no ha finalizado la instalación de todos los peines invertidos.

Han sido dos años muy duros para los marroquíes que viven cerca de la frontera. Subsistían gracias a las interacciones económicas con Melilla. Algunos de ellos han intentado también saltar la valla, algo inédito, ya que suele ser tarea exclusiva de los migrantes subsaharianos. Lo intentaron, desde mayo de 2021, por el puesto fronterizo de Mariguari hasta que esa zona de la valla fue reforzada con los peines invertidos.

Operación Paso del Estrecho

La apertura de la frontera significa que la Operación Paso del Estrecho (OPE) está a la vuelta de la esquina. Aunque todavía no conocemos los detalles, los presidentes de los puertos de Melilla y Málaga se han reunido este fin de semana para tratar los preparativos necesarios para que decenas de miles de viajeros y vehículos crucen la frontera y embarquen en los buques con destino a la Península. Esperan que, tras dos años en el dique seco, “la de este año sea una buena OPE”.

Foto: Operación Paso del Estrecho en 2019. (EFE)

La Autoridad Portuaria de Melilla está mejorando la iluminación aledaña a la estación marítima, colocando nuevos paneles indicativos de embarque y habilitando aseos modulares, entre otras actuaciones, para absorber la llegada de pasajeros.

Un día especial

Han pasado solo unas horas desde la reapertura de la frontera. Todo transcurre sin incidentes reseñables. Es solo el avance hacia la normalidad de una ciudad fronteriza, Melilla, que mira hacia al futuro con ganas e ilusión renovadas. La de hoy ha sido una jornada histórica para los melillenses y sus vecinos marroquíes, pero sin duda está siendo un día especial para esa mujer anónima, la última de la temprana cola de Beni-Enzar, que por fin podrá coger en sus brazos a su hija adoptiva.

Hassan no quiere perder ni un minuto más de su vida sin ver a su familia. Hoy es el día. Hoy no se quedará sin abrazar a sus seres queridos. La pandemia y una frontera cerrada le han separado de ellos. Él está en Melilla, los suyos en Marruecos. Dos años y dos meses después, la espera llega a su fin, pero no será tarea fácil.

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