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Pegasus abre una brecha entre Bolaños y Robles y ahonda la crisis con Podemos
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Dos de los pilares de Sánchez, enfrentados

Pegasus abre una brecha entre Bolaños y Robles y ahonda la crisis con Podemos

Moncloa canceló una entrevista de la ministra a un diario catalán y le afeó su dureza con los independentistas. El posible cese de la directora del CNI ha elevado la tensión

Foto: Félix Bolaños y Margarita Robles, en una imagen de archivo. (EFE/Javier Lizón)
Félix Bolaños y Margarita Robles, en una imagen de archivo. (EFE/Javier Lizón)

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, arrancaba la semana desvelando que el teléfono del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la ministra de Defensa, Margarita Robles, habían sido infectados con Pegasus. Moncloa filtraba esta noticia con la intención de apaciguar a sus socios independentistas, dispuestos a seguir mordiendo con el presunto espionaje a sus líderes por parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Ese lunes, nada hacía pensar al actual hombre fuerte del presidente que la semana acabaría con todas las miradas puestas en él. Como desveló ayer El Confidencial, el que debe velar por el secreto de las comunicaciones de Sánchez, los ministros y algunos de los altos cargos del Gobierno es el secretario general de Presidencia, cargo que en las fechas en que se llevaron a cabo los pinchazos en los teléfonos del Ejecutivo ostentaba el propio Bolaños.

Desde el Ministerio de Presidencia se intentó ayer desacreditar la información que vinculaba a su titular con el fallo de seguridad que propició el espionaje a Sánchez y Robles en mayo y junio de 2021, según determinó el juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso. El argumentario fue “del servicio de telecomunicaciones de Presidencia del Gobierno depende la entrega de terminales, pero obviamente no las medidas de ciberseguridad. El Centro Criptológico Nacional (CCN) es el órgano que establece las medidas necesarias en materia de seguridad y ciberseguridad de los móviles. Por ese motivo, han sido ellos quienes han analizado ahora los móviles, los que tienen capacidades técnicas”. Este punto ya fue ayer matizado a este diario por fuentes de Inteligencia que sostienen que el CCN solo actúa cuando recibe instrucciones políticas. Hasta aquí, la grieta de seguridad.

Foto: El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. (EFE/Sergio Pérez)

La sorpresa llegó cuando, en su comparecencia en el Congreso, la ministra de Defensa evidenció la otra brecha, la que existe en el Gobierno con respecto a quién debe cargar con la responsabilidad política en este tema. Robles aconsejó a los medios “dedicar un minuto” a comprobar de quién depende la seguridad del móvil de Sánchez. El mensaje tenía un claro destinatario: Bolaños. La ministra colocaba la presión en su compañero de bancada azul. La guerra soterrada llevaba días. El mismo domingo en que el ministro de Presidencia viajó a Barcelona para reunirse con su homóloga en la Generalitat, Robles tenía cerrada una entrevista a un medio catalán que la obligaron a cancelar. La ministra de Defensa es muy celosa con su agenda y esto ha levantado más de un recelo con Moncloa. A Robles no le gustó esta decisión, pero la acató para seguir las instrucciones de “destensar” el ambiente con los soberanistas. Tampoco fue del agrado de la titular de Defensa que se colocase en la diana al CNI al comprometer una investigación interna sobre los presuntos espionajes como gesto a Pere Aragonès.

Robles ha mantenido siempre que las escuchas han sido legales y con autorización judicial, y así lo hizo en la pasada sesión de control, donde fue especialmente dura con los socios de gobierno. Esta vez fue Bolaños el que se sintió desautorizado por las declaraciones de su compañera. El ministro hizo llegar a los medios la “deslealtad” de Robles, a la que acusó en privado de ser “poco sensible” con los intereses del Ejecutivo, que se encontraba negociando los votos para sacar adelante el decreto anticrisis que finalmente fue validado gracias a Bildu.

A Bolaños no le gustó el tono duro de la ministra de Defensa con los independentistas

Desde el equipo de Robles, no escondían que la ministra había sentido “cierta soledad” a la hora de defender la labor de los servicios de Inteligencia y que le hubiera gustado tener un apoyo más expreso de otros ministros. La gota que ha colmado el vaso ha sido que desde Moncloa se haya dado por hecho que no se descarta entregar la cabeza de la directora del CNI, Paz Esteban, tras su comparecencia de hoy en el Congreso. Robles ha puesto el ventilador y por eso ayer señaló abiertamente a Presidencia. No fue la única, la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, también reconocía en el programa de Carlos Alsina que el secretario general de Presidencia tiene atribuciones sobre la seguridad de las comunicaciones.

El caso Pegasus enfrenta a dos de los pilares de Sánchez. Bolaños se ha convertido en el nuevo Iván Redondo, aunque fuentes cercanas al presidente empiezan a recelar de su papel y ponen de manifiesto que existen fricciones con parte del gabinete. Del otro lado, Robles. Aunque algunos intentan rebajar el grado de amistad con Sánchez, lo cierto es que a día de hoy es una 'intocable'. Le ayudó a volver a la política cuando el PSOE le destronó con escarnio en Ferraz. Además, hay un dato objetivo: España acoge en un mes la cumbre de la OTAN y un cambio de titular en Defensa no se entendería.

La reflexión sobre el blindaje de la ministra se puede aplicar igualmente a la campaña de acoso y derribo que Podemos ha puesto en marcha contra ella. No hay día que las ministras Ione Belarra o Irene Montero no exijan dimisiones por los presuntos espionajes. Quieren cobrarse la cabeza de Robles en vano. Ayer, los socios de coalición quedaron en evidencia en el cara a cara del portavoz de Podemos, Pablo Echenique, con Robles. No hizo falta más que recordarle que pertenecían al Ejecutivo, ya que su tono era propio de la oposición: "Su partido forma parte del Gobierno, si creen que algo no es adecuado se puede proponer, pero como no lo han propuesto, entiendo que no tienen ninguna duda con la actuación del CNI", explicitaba la titular de Defensa para recordar a Echenique, “con cariño y aprecio” a los votantes de Podemos (aunque en un lapsus llamó Vox a sus socios), el reglamento del CNI.

Y para rizar el rizo, hay una tercera derivada en la fractura del Consejo de Ministros. Mientras Podemos azuza los ceses inmediatos, la vicepresidenta Yolanda Díaz pide ir “paso a paso” y escuchar todas las comparecencias antes de “tomar decisiones”. El Gobierno está lleno de agujeros y será una tarea titánica aguantar hasta el final de legislatura con Podemos y los independentistas tirando del Frankenstein. Bolaños sale tocado de este episodio, pero no hay dudas de que aguantará, Robles se crece ante la adversidad. El círculo cercano a la ministra advierte de que cada vez que Podemos o los independentistas la atacan, “sale a hombros como la Macarena”.

El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, arrancaba la semana desvelando que el teléfono del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la ministra de Defensa, Margarita Robles, habían sido infectados con Pegasus. Moncloa filtraba esta noticia con la intención de apaciguar a sus socios independentistas, dispuestos a seguir mordiendo con el presunto espionaje a sus líderes por parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Ese lunes, nada hacía pensar al actual hombre fuerte del presidente que la semana acabaría con todas las miradas puestas en él. Como desveló ayer El Confidencial, el que debe velar por el secreto de las comunicaciones de Sánchez, los ministros y algunos de los altos cargos del Gobierno es el secretario general de Presidencia, cargo que en las fechas en que se llevaron a cabo los pinchazos en los teléfonos del Ejecutivo ostentaba el propio Bolaños.

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