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El caso Pegasus evidencia la soledad de Robles en el Gobierno: "No arrima el hombro"
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"Cacería" de Podemos y soberanistas

El caso Pegasus evidencia la soledad de Robles en el Gobierno: "No arrima el hombro"

Sánchez no entregará su cabeza, pero en la bancada azul la titular de Defensa "tiene pocos amigos". Barones del PSOE temen el desgaste de pactar con Bildu y cierran filas con la ministra

Foto: Margarita Robles, en el Congreso. (EFE/J.J.Guillén)
Margarita Robles, en el Congreso. (EFE/J.J.Guillén)
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Moncloa ha tenido una semana dura. La votación del decreto para paliar las consecuencias de la guerra de Ucrania ha evidenciado la debilidad del Gobierno a la hora de sacar adelante sus proyectos en el Congreso. La geometría variable empieza a dar síntomas de fatiga que ya se evidenciaron en la validación de la reforma laboral, que salió adelante gracias al error del diputado del PP Alberto Casero. Esta vez los salvadores han sido los diputados de Bildu. Y tendrá consecuencias. Al menos así se ve desde las baronías socialistas, donde preocupa el desgaste de las siglas de cara a la primera cita electoral en Andalucía y a las municipales y autonómicas de 2023. La sensación es que, lejos de sumar, el riesgo estriba en que Pedro Sánchez reste.

En los territorios lamentan que no se haya actuado con ERC como en su día con Podemos con respecto al envío de armas a Ucrania. "Era una oportunidad de oro para marcar distancias con los independentistas", se queja un barón que nunca ha escondido su malestar por las alianzas con Bildu y ERC. Existe el convencimiento de que los votantes socialistas hubieran agradecido que se llegase a un entendimiento con Alberto Núñez Feijóo. ¿Por qué se ha preferido a Bildu? La respuesta entre los detractores de estos "cambalaches" es que Moncloa tiene miedo a perder votación tras votación en el Congreso si se abraza al PP, aunque sea solo en lo económico. Los socios no lo perdonarían. Pese a que la titular de Defensa no tiene carné, en el partido hay voces que critican abiertamente que "se la haya dejado sola". "Es incoherente no salir de forma clara a defenderla mientras se asegura que el espionaje era legal".

Foto: El Gobierno saca adelante el decreto anticrisis. (EFE/Emilio Naranjo)

El candidato a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, será el primero en medir el estado de ánimo del votante socialista. 'A priori' él quiere hacer una campaña en clave regional, pero el resultado se interpretará desde una perspectiva nacional. Espadas cuenta con que habrá desembarco de ministros bajo la consigna de que "a quién no se me conoce es a mí". Está por ver cuánto se implica Sánchez. En Castilla y León tuvo un perfil bajo ante el mal pronóstico de las encuestas. La decisión está en manos del todopoderoso ministro Félix Bolaños, que pilota la campaña junto a Óscar López y en conexión con Ferraz a través de Adriana Lastra. En este minuto, la figura del presidente está contaminada por Bildu y ERC.

placeholder El ministro de presidencia, Félix Bolaños, atiende a los periodistas.
El ministro de presidencia, Félix Bolaños, atiende a los periodistas.

Bolaños ha sido también el negociador con los partidos para sacar adelante el decreto. ERC ha levantado un muro con el Ejecutivo tras el caso del espionaje por parte del CNI a líderes independentistas. El ministro de Presidencia tenía el encargo de reconducir la relación y por eso viajó el pasado domingo a Cataluña. El principal obstáculo para sus planes ha sido por acción y por omisión su colega en Defensa, Margarita Robles. La responsable de los servicios secretos ha mantenido un tono beligerante contra las acusaciones de los soberanistas. En ningún caso ha dudado en salir al paso de las "acusaciones sin fundamento" a los servicios de inteligencia, pese a que según reconocen miembros del Consejo de ministros, la orden era rebajar el tono para favorecer un acercamiento con los republicanos.

"El presidente y ella ya no son tan amigos como se dice. No se habla con casi nadie"

En su condición de "intocable", Robles ha acompañado a Sánchez desde que se recorrió España en coche para volver a ser elegido por los militantes secretario general del PSOE. Es una de sus "apóstoles" y no entregará su cabeza, si bien desde el entorno del presidente aseguran que hay cierto malestar con la posición de la ministra. "No son tan amigos como se dice", apostillan mientras le afean que no ha arrimado el hombro. El distanciamiento vendría de lejos dado que entre sus compañeros de la bancada azul hay algunos que airean que "va a lo suyo". Se refieren a que no se sacrifica "ni en lo político ni en lo electoral".

Fuentes socialistas destacan además que tiene poca relación con los ministros y ministras: "No se habla básicamente con nadie". Como ejemplo de su autonomía señalan que en la crisis de Gobierno de julio el presidente le habría pedido que ocupase la cartera de Interior y ella se habría negado. "Eso solo puede hacerlo ella", recalca un miembro del Ejecutivo, que ahonda en la idea criticando que no permite que nadie decida sobre sus temas.

Los que trabajan con Robles tienen una versión totalmente opuesta. Asumen que "se implica hasta el fondo en su trabajo", pero niegan cualquier deslealtad con el Gobierno. Más bien se quejan de que no esté recibiendo el apoyo que merece ante la "cacería" a la que le están sometiendo Podemos y los soberanistas. "No le gusta que se hable de ella. Es muy discreta y no quiere ningún protagonismo", defienden los que la tratan de cerca. La ministra se siente arropada por Pedro Sánchez pese a "las habladurías". El conocido como 'caso Pegasus' no solo ha dejado al descubierto una brecha con los socios del 'Frankenstein', sino también las relaciones en el Consejo de ministros, donde no solo hay fricciones con Podemos. Bolaños no ha escondido en privado sus desavenencias con Robles y él ahora sí es el mejor amigo del presidente. Ella, la mejor valorada por los españoles según el CIS.

Moncloa ha tenido una semana dura. La votación del decreto para paliar las consecuencias de la guerra de Ucrania ha evidenciado la debilidad del Gobierno a la hora de sacar adelante sus proyectos en el Congreso. La geometría variable empieza a dar síntomas de fatiga que ya se evidenciaron en la validación de la reforma laboral, que salió adelante gracias al error del diputado del PP Alberto Casero. Esta vez los salvadores han sido los diputados de Bildu. Y tendrá consecuencias. Al menos así se ve desde las baronías socialistas, donde preocupa el desgaste de las siglas de cara a la primera cita electoral en Andalucía y a las municipales y autonómicas de 2023. La sensación es que, lejos de sumar, el riesgo estriba en que Pedro Sánchez reste.

Partido Popular (PP) Bildu Adriana Lastra
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