Mañueco ofrecerá a Vox presidir las Cortes y un programa de gobierno desde fuera
El PP busca el apoyo de grupos como Soria ¡Ya! para presionar a los de Abascal y evitar una coalición. Intentará cerrar un acuerdo antes de la constitución del Parlamento, programado para este jueves
La crisis del PP desplazó el debate sobre la gobernabilidad de Castilla y León. El jueves se constituirán las Cortes y el reparto de poder entre los partidos en la Mesa será la primera pista de cómo están las relaciones entre el presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco, y su único socio posible, Vox, después de que el PSOE se muestre abierto al diálogo en público, pero rechace en privado negociar una abstención. Pese a que desde el PP reconocen que el desbloqueo pasa por entenderse con Vox, Mañueco sigue recabando el apoyo de los minoritarios para llegar con una posición de fuerza ante los de Santiago Abascal. El líder de Unión del Pueblo Leonés ya ha anunciado que se abstendrá en la votación para presidir el Parlamento regional, por lo que con un sí e incluso la abstención de Soria ¡Ya! los populares tienen garantizada la presidencia. El siguiente paso será llamar a Juan García-Gallardo y volver a proponerle cerrar un programa de gobierno sin que implique tener que firmar una coalición.
El planteamiento, según ha podido saber este diario, pasa por redactar un documento como se hizo en Andalucía en el que se incluyan partes del programa de gobierno de Vox que sean asumibles para el PP y no impliquen cambios en leyes como la de Igualdad o en el modelo autonómico. A cambio de este gesto, los populares les cederían la presidencia de la Mesa. Fuentes de la negociación reconocen que en este momento todo está abierto y que si hay un acuerdo será 'in extremis' el miércoles o incluso el jueves. 'A priori', para Abascal, que ha hablado en varias ocasiones con Mañueco, esta oferta sería insuficiente.
En el partido de ultraderecha se han puesto como baremo los logros de Ciudadanos, y en el caso de Castilla y León esto pasaría por tener sillones en la Junta y presidir el máximo órgano de las Cortes. En el equipo del presidente en funciones, rechazan de plano esta opción con el argumento de que el PP tuvo que ceder esta posición ante los naranjas porque había perdido las elecciones. “Ahora hemos ganado. Si les damos la Mesa deben renunciar a tener consejerías”, señalan. En el discurso oficial, los populares prevén presentar su candidato a presidir las Cortes, aunque será su baza hasta el último minuto.
Si en este primer tiempo el PP no logra cerrar una abstención que facilite la investidura de Mañueco, tendrá que seguir dando pasos para sumar a Vox. El camino de cara al debate que se puede abrir en el partido es hoy más fácil que cuando Pablo Casado estaba en la dirección. El futuro líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, ha defendido la autonomía de los territorios para llegar a acuerdos y desde las voces del 'nuevo' PP se escucha que hay que “naturalizar” a Vox como a cualquier otra formación. “¿Por qué el PSOE puede pactar con Podemos y nosotros no con Vox?”, se argumenta desde Génova, donde se hace un análisis por territorios. El electorado popular en Castilla y León ve con buenos ojos una coalición con los de Abascal que, en el caso de Andalucía, suscita un mayor rechazo.
¿Pero en qué punto está Vox? En la dirección en Madrid, siguen apostando por formar parte del Gobierno como una condición irrenunciable. Si antes del 13-F la estrategia era condicionar los ejecutivos del PP sin entrar, en estos momentos, tras los buenos resultados cosechados, se “ven en la obligación” de gestionar. El giro del principal adversario político con la llegada de Feijóo también entra en la ecuación y en el laboratorio de Abascal calculan que el “centrismo” del gallego puede hacer que se disparen en votos como refugio de los “duros” que ya renegaron en su día de votar a Mariano Rajoy.
Ante estas expectativas, ha vuelto un cierto vértigo a la hora de ocupar sillones y ser la muleta del PP. Con el calendario apretando, unos y otros tendrán que ceder en sus posiciones. La base estará en redactar un documento de gobierno entre el PP y Vox en temas en los que pueda haber coincidencias, como la política fiscal, agraria o medidas contra la despoblación. Como ha ocurrido en otras comunidades, los populares asumen que tendrán que incluir algunos de los puntos del discurso de su previsible socio, pero aún confían en gobernar en solitario.
La crisis del PP desplazó el debate sobre la gobernabilidad de Castilla y León. El jueves se constituirán las Cortes y el reparto de poder entre los partidos en la Mesa será la primera pista de cómo están las relaciones entre el presidente en funciones, Alfonso Fernández Mañueco, y su único socio posible, Vox, después de que el PSOE se muestre abierto al diálogo en público, pero rechace en privado negociar una abstención. Pese a que desde el PP reconocen que el desbloqueo pasa por entenderse con Vox, Mañueco sigue recabando el apoyo de los minoritarios para llegar con una posición de fuerza ante los de Santiago Abascal. El líder de Unión del Pueblo Leonés ya ha anunciado que se abstendrá en la votación para presidir el Parlamento regional, por lo que con un sí e incluso la abstención de Soria ¡Ya! los populares tienen garantizada la presidencia. El siguiente paso será llamar a Juan García-Gallardo y volver a proponerle cerrar un programa de gobierno sin que implique tener que firmar una coalición.
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