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La rebelión de Sayas y Adanero dinamita UPN: la derecha navarra se descompone
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LA POLÉMICA DE LA REFORMA LABORAL

La rebelión de Sayas y Adanero dinamita UPN: la derecha navarra se descompone

Esparza no quiso trasladar personalmente a sus dos diputados el acuerdo cerrado con el PSOE. La división interna se remonta a las primarias de 2020, con el enfrentamiento del presidente y Sayas por la dirección del partido

Foto: Los parlamentarios de UPN Carlos García Adanero (d) y Sergio Saya. (EFE/J. Diges)
Los parlamentarios de UPN Carlos García Adanero (d) y Sergio Saya. (EFE/J. Diges)

UPN, internamente, era una olla a presión. Y ahora, tras la negativa de sus dos diputados en el Congreso, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, a acatar la directriz del partido y convalidar la reforma laboral, la formación ha terminado por explotar dibujando dos bandos que, si antes no congeniaban, ahora directamente son irreconciliables. De un lado el presidente, Javier Esparza, artífice del acuerdo con el PSOE para respaldar la norma, y del otro sus dos representantes en la Cámara Baja. La crisis, además, no ha hecho más que empezar. Los 'rebeldes' se niegan a entregar su acta, como ha exigido la dirección, mientras la onda expansiva ha llegado al Ayuntamiento de Pamplona.

Foto: El diputado de UPN Carlos García Adanero. (EFE/Kiko Huesca)

La división se remonta al verano de 2020. Esparza y Sayas se enfrentan en las primarias de la formación. Gana el primero, pero el margen no es muy amplio: 58% frente al 41% de los sufragios. Sayas, aunque no logra imponerse, entiende que las cifras señalan que la militancia exige cambios en el partido. "El resultado de hoy es un mensaje que hay cosas en UPN que tienen que cambiar y que hay mucha gente que quiere que cambien", defendió. Desde entonces, las relaciones entre unos y otros no han hecho más que deteriorarse. Una muestra de ello es que Esparza no quisiese trasladar personalmente a sus dos diputados en el Congreso la letra pequeña del acuerdo cerrado con el PSOE y la encargada de hacerlo, el miércoles por la tarde, solo 15 minutos antes de que UPN anunciara su apoyo, fue la secretaria general, Yolanda Ibáñez.

Enfrentamiento abierto

Esparza reconocía este viernes en una entrevista en Cadena SER que no había trasladado a sus dos diputados en Madrid el acuerdo firmado entre los regionalistas y los socialistas. El pacto incluía el sí de los dos diputados de UPN y una contrapartida para el Ayuntamiento de Pamplona, cuyo alcalde, Enrique Maya, está considerado la mano derecha del presidente de UPN. Y, aunque el voto dirigido no había entrado de buena gana en las filas navarras en el Congreso, parecía que Sayas y García Adanero, resignados, cumplirían con la directriz marcada.

Foto: El presidente de UPN y líder de Navarra Suma, Javier Esparza, en una foto de archivo. (EFE)

Así, los números cuadraban para sacar por la mínima una de las medidas estrella del Gobierno de Sánchez, la reforma laboral, una exigencia europea para poder acceder a los fondos para la recuperación económica. Parecía estar todo sellado, hasta que en torno a las seis y media de la tarde, tras la caótica votación, los navarros confirmaban que finalmente habían cambiado el sentido de su voto. Desde ese momento, el cruce de reproches entre Esparza y sus dos hombres en el Congreso ha sido constante.

Sayas defendió en La Sexta su posicionamiento, “probablemente la decisión política más difícil” de su carrera, pero también la que habría tomado de forma “más convencida”. También aludió a los estatutos del partido, que le otorgan libertad para poder modificar su voto. Sin embargo, en Pamplona, Esparza exigía el acta de los dos diputados y se disculpaba con el PSOE. UPN incluso censuraba en un comunicado que los diputados sí que habían trasladado a otros partidos que se opondrían, "mientras la dirección de UPN desconocía este extremo". Los 'rebeldes' respondían que no dejarían sus escaños.

Foto: El diputado de UPN Carlos García Adanero. (EFE/Kiko Huesca)

Sayas, en una entrevista con la agencia EFE, subía la apuesta, y remarcaba que realmente los dos diputados son los que cuentan con el apoyo de la base del partido. “Si sometemos entre nuestros afiliados a referéndum si había que salvar o no a un Gobierno que ha emprendido su camino con el independentismo y, particularmente en Navarra, la decisión sería favorable a la que hemos tomado”. Esparza, por su parte, criticaba que “Sayas y Adanero solo han pensado en sí mismos” y añadía: "No representan a UPN".

En medio del cruce de reproches, la dirección del partido ha convocado de urgencia a la ejecutiva para dirimir la posible expulsión de Sayas y García Adanero. Mañana se reunirá el Consejo Político, el máximo órgano interno de la formación, y se establecerán las sanciones para ambos representantes según consta en los estatutos. La actuación de los dos diputados podría ser castigada con sanciones desde leves a muy graves y podría acarrear la suspensión temporal de militancia o la expulsión de la formación.

La onda expansiva llega a Pamplona

El acuerdo entre UPN y el PSOE suponía, por parte de los socialistas, que estos últimos retirasen una reprobación contra el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, delfín de Esparza. También el apoyo a una partida de 27 millones de euros. Mientras el Congreso de los Diputados celebraba su pleno para la aprobación de la reforma laboral, el Consistorio hacía lo propio.

Maya iba sobre seguro en la votación. La portavoz de los socialistas, Maite Esporrin, había declarado que el PSN retiraba su propuesta de reprobación, motivada por unas declaraciones del primer edil en las que relacionaba a los menores extranjeros no acompañados con determinados episodios de delincuencia. También anunció que apoyaba la partida presupuestaria. De este modo, Geroa Bai y EH Bildu se quedaban solos afeando las declaraciones de Maya.

Foto: Andueza se reúne con Bildu. (EFE)

Sin embargo, en medio de la celebración del pleno, llegó la noticia del cambio de voto de los dos diputados, lo que provocó que los socialistas en el Ayuntamiento rompieran el acuerdo, virasen su postura y su discurso y se aprobase la reprobación al alcalde. Maya, por su parte, criticaba la actuación de los dos diputados de UPN en el Congreso. Tras la celebración de la sesión, aseguró que el movimiento “tendría consecuencias”. “Ustedes, señores de UPN, no son personas de palabra. Se habían comprometido con nosotros en que iban a votar a favor de la reforma laboral”, recriminaba la portavoz socialista en el Consistorio.

Los difíciles equilibrios en Navarra Suma

Queda también en el aire la cohesión de Navarra Suma. De hecho, bajo esta marca es con la que consiguieron los dos diputados sus escaños en el Congreso. La coalición está formada por UPN como fuerza mayoritaria, Partido Popular de Navarra y Ciudadanos, y las posiciones de los socios eran contrarias. Pero, más allá de las desavenencias de unos y otros a cuenta de la reforma laboral, las diferencias y tensiones entre las tres fuerzas políticas no son nuevas.

No es la primera vez que Navarra Suma ve comprometida su unión interna. En marzo de 2021, las costuras de la coalición se veían resquebrajadas después de que PSOE y Ciudadanos plantearan una moción de censura en la Región de Murcia, al tiempo que en Madrid crecían las sospechas de que el movimiento se podía replicar contra Isabel Díaz Ayuso.

Foto: El alcalde de Estella, Gonzalo Fuentes, y Javier Esparza valoran este lunes la anunciada moción de censura. (EFE)

En ese momento, los líderes de los tres partidos en la coalición, Javier Esparza (UPN), Carlos Pérez-Nievas (Ciudadanos Navarra) y Ana Beltrán (PPN) salieron a defender su cohesión y señalaron que no había “ninguna fisura ni ningún problema”, apuntó la popular.

UPN, internamente, era una olla a presión. Y ahora, tras la negativa de sus dos diputados en el Congreso, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, a acatar la directriz del partido y convalidar la reforma laboral, la formación ha terminado por explotar dibujando dos bandos que, si antes no congeniaban, ahora directamente son irreconciliables. De un lado el presidente, Javier Esparza, artífice del acuerdo con el PSOE para respaldar la norma, y del otro sus dos representantes en la Cámara Baja. La crisis, además, no ha hecho más que empezar. Los 'rebeldes' se niegan a entregar su acta, como ha exigido la dirección, mientras la onda expansiva ha llegado al Ayuntamiento de Pamplona.

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