Sánchez y Calviño instruyen a cargos del PSOE en fondos UE para movilizar el voto

En Moncloa y en Ferraz tienen cada día más claro que Pedro Sánchez se va a jugar la reelección en el terreno económico. Las críticas y dudas sembradas por el PP han obligado al Gobierno a movilizarse, incrementando la transparencia, y ahora ha llegado el turno del partido. El PSOE está convocando reuniones en Ferraz, una especie de maitines, para instruir a cargos internos, desde consejeros a portavoces de área y diputados autonómicos, en torno al principal activo para el Ejecutivo de coalición: los fondos europeos. La recuperación, gracias a la llegada del 'maná' comunitario, tiene que llegar y calar, consideran, conscientes de sufrir cierto desgaste. Y en eso están centrados los socialistas.

Es el área económica del Gobierno quien ejerce la punta de lanza de esta estrategia: la vicepresidenta primera Nadia Calviño, que ha asumido el rol de jefa económica 'in pectore' del PSOE, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en contacto constante con el presidente. A Calviño se le está viendo en la sala Pablo Iglesias de Ferraz, algo inédito desde que Sánchez la convenció para incorporarse al Ejecutivo, y también se ha visto a José Luis Escrivá, que, por ejemplo, aceptó hace unos días mojarse en otro acto de partido para firmar un acuerdo de colaboración con el expresidente brasileño, Lula da Silva. Dos tecnócratas sin carné que ya se dejaron ver por el 40 Congreso de Valencia y que también estuvieron el pasado 10 de enero en la sede federal para una cita de carácter puramente económico: hablar de la reforma laboral. Llegaron al Consejo de Ministros como independientes, pero ya no lo son.

Moncloa quiere insistir en que hay que hacer pedagogía por los territorios sobre las cuestiones económicas que está abordando el Gobierno. Las leyes y medidas que se aprueban en el Congreso de los Diputados tienen que llegar a la población, algo que hasta ahora está costando. Y las bases del partido tienen que tener un protagonismo destacado. El gabinete del presidente es consciente de que tiene un problema para transmitir a los españoles su trabajo diario y que algunos ministros siguen siendo unos semidesconocidos, por eso también Sánchez ha puesto en marcha una "agenda de proximidad". En este contexto hay que enmarcar estas reuniones en Ferraz, que buscan tensionar a los dirigentes y cuadros medios del partido. Movilizar el voto dormido, en definitiva.

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Montero fue la protagonista del último de estos maitines a puerta cerrada sobre política económica, explican fuentes gubernamentales. Adelantó a los cargos socialistas presentes los datos históricos de recaudación del Ministerio de Hacienda y comentó que el Gobierno no terminaba de asumir el "desacople" entre los datos del PIB y la "economía real". Sobre la posibilidad de modificar la fórmula de medir el dato de crecimiento, la ministra de Hacienda y 'alter ego' de Calviño en la coordinación de la hoja de ruta económica consideró que el Gobierno estaba trabajando en ello. Y también se refirió a la inminente reforma fiscal. Dejó claro que el Gobierno tenía la intención de ser ambicioso tras conocer el informe del comité de expertos. Llegará en los próximos días.

Moncloa asume que el momento actual de la legislatura es importante y que en estos meses se están sentando las bases de las futuras campañas electorales, tanto de las municipales y autonómicas, como de las generales. La oposición, con el PP a la cabeza, estaría deseando que Sánchez pinche en el terreno económico, explican fuentes socialistas, y eso es, precisamente, lo que quiere evitar el presidente y su equipo económico. De ahí esa campaña de "transparencia" y "cercanía", insisten.

La consigna es que Calviño no sea noticia en la sección de política, sino de economía

Esta ronda de reuniones internas en Ferraz se ampliará a otros terrenos, como la vivienda, la agricultura y la ganadería, los derechos sociales... El objetivo del Ejecutivo y el PSOE, que están más unidos que nunca tras el giro ejecutado el pasado verano por el presidente, es engrasar el partido de cara a las materias que van a ser objeto de debate en lo que quede de legislatura.

La clave de bóveda económica es Calviño

Calviño es una pieza clave en esta estrategia en clave política y económica. La vicepresidenta primera tiene el mandato de Sánchez de coordinar la política económica, una "prioridad", explican fuentes gubernamentales. Y evitar la estrategia de palos en las ruedas que está desplegando el PP es esencial. La gallega se siente blanco de los ataques de la oposición y va a intentar mantenerse al margen.

Se acabó, por tanto, la confrontación en el terreno político. Atrás deberían quedar, al menos esa es la intención, aquel "desequilibrado" y "estoy asqueada con lo que has dicho" que le lanzó Calviño al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sobre su jefe de filas, Pablo Casado. La vicepresidenta primera va a seguir siendo el 'pim pam pum' de los populares (Casado llegó a pedir su cese por "defraudadora fiscal"), especialmente en las sesiones de control de los miércoles, pero Sánchez quiere evitar que ella sea la protagonista. En el Gobierno hay quien apunta que, incluso, la vicepresidenta recibió un aviso de Moncloa para que no se repitan escenas como la del choque con Almeida, aunque su entorno lo niega.

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La consigna es que Calviño no sea protagonista de las páginas de la sección de política en los medios de comunicación, sino que lo sea de las páginas de economía. Así quiere Sánchez mantener su perfil: la vicepresidenta primera como garante de la política económica del Gobierno y como la tecnócrata con influencia en Bruselas, alejada del ruido partidista y la polarización.

En este sentido, y buscando esa labor de transparencia, la propia Calviño comparecerá en la Comisión general de las Comunidades Autónomas del Senado para explicar y debatir sobre el reparto de los fondos europeos. Así lo anunció este martes Juan Espadas, que apuntó que la comparecencia será a petición propia de la vicepresidenta y que el objetivo es mantener una foto para poder intercambiar impresiones entre el Gobierno, los Ejecutivos autonómicos y los grupos políticos.