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El Gobierno negocia con PNV, ERC y Bildu para armar la reforma laboral ante la CEOE
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SE APROBARÁ VÍA DECRETO LEY

El Gobierno negocia con PNV, ERC y Bildu para armar la reforma laboral ante la CEOE

Los socios del Gobierno exigen incluir algunas de sus reivindicaciones en la futura reforma. Trabajo ha abierto conversaciones para incluirlas y asegurar la convalidación en el Congreso del futuro decreto

Foto: El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, conversa con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/J.J. Guillén)
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, conversa con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/J.J. Guillén)

La negociación sobre la reforma laboral en la mesa de diálogo social llega a su recta final y, antes de cerrarla, con o sin acuerdo, el Gobierno quiere dejar atados todos los cabos en el Congreso. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha abierto una ronda de contactos con los socios parlamentarios del Ejecutivo que son imprescindibles para convalidar el decreto que recoja la reforma, según confirman tanto fuentes del departamento que dirige Yolanda Díaz como de los grupos. Se trata de la tercera y última ronda de negociaciones, tras celebrarse una en marzo, coincidiendo con la apertura de la mesa de diálogo, y otra en septiembre a la vuelta de las vacaciones, aunque tuvieron un carácter más informativo. El objetivo en esta ocasión es que el futuro decreto se pueda convalidar sin cambios en el Congreso. Esto es, sin que se tramite como proyecto de ley. Para ello se está realizando una negociación paralela con el objetivo de incluir algunos de los aspectos que consideran esenciales formaciones como PNV, ERC o EH Bildu para no tumbarlo.

El portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban, ha sido el primero en abrir la ronda de negociaciones con Trabajo. El PNV ha trasladado como prioridad la protección y consolidación del ámbito vasco de negociación colectiva. Su objetivo, según fuentes parlamentarias, es que esta reforma legislativa "no afecte negativamente al sistema ya constituido y consolidado en Euskadi, y que goza de buena salud". Desde Trabajo se han abierto a dar primacía al convenio sectorial autonómico sobre el estatal, aunque todavía no se ha trasladado a la mesa de negociación.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Luca Piergiovanni)

En el caso vasco, serían los sindicatos mayoritarios ELA y LAB, y de empresarios, Confebask, que generalmente cuentan con las mayorías para constituir una unidad de negociación, quienes podrían negociar convenios que afecten al ámbito estatal. Los 'jeltzales' ya mantienen desde hace varios días contactos con la vicepresidenta segunda, quien los considera socios prioritarios y ha decidido arrancar con ellos la ronda de negociación.

Desde ERC llevaban tiempo esperando a poder tener una respuesta a las propuestas que habían trasladado a Trabajo. Entre ellas, recuperar los salarios de tramitación, la autorización administrativa para realizar los ERE y elevar los días de indemnización por despido. Esta última exigencia sigue sin entrar en los planes del Gobierno, aunque en el Ministerio de Trabajo apuntan para atraer a los republicanos en que se pondrá el foco en las causas del despido, para endurecerlas, así como en la temporalidad y la precariedad. En EH Bildu comparten reivindicaciones con ERC y advierten que se debe ir más allá en la reforma porque "no nos vale con atajar la temporalidad".

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Los soberanistas vascos, sin embargo, han celebrado la apertura de la ronda de negociaciones con el Gobierno, después de que esta semana diesen un toque de atención al solicitar la comparecencia de la ministra de Trabajo en el Congreso con el objetivo de informar sobre los avances en la mesa de diálogo social. "El señor Garamendi podrá tener mucho poder dentro y fuera del Congreso, pero no pulsa los votos de EH Bildu ni de las izquierdas soberanistas, que somos quienes a la postre tenemos que debatir y votar la reforma laboral en cuestión", advirtió su portavoz en el Congreso, Mertxe Aizpurua. "Parece que se han dado cuenta de que tiene que haber diálogo político también, porque, si no, la reforma laboral no sale", añaden fuentes del grupo parlamentario.

El Gobierno deberá realizar equilibrios tanto en la mesa de diálogo para alcanzar un consenso con los agentes sociales como en el Congreso para convalidar el futuro decreto que pretende llevar al Consejo de Ministros antes de final de año. Con todo, una de las bazas de Trabajo para atraer a la patronal al acuerdo en la mesa de diálogo social es que, si la reforma cuenta con consenso, será más sencillo que salga adelante sin realizar cambios en la tramitación parlamentaria. "Así ha sido hasta ahora con todos los acuerdos", apuntan fuentes de Trabajo, poniendo como ejemplo que con el primer paquete de la reforma de pensiones se descolgó la patronal y que, posteriormente, se introdujeron enmiendas al acuerdo más lesivas para los intereses de los empresarios.

Foto: La ministra Portavoz, Isabel Rodríguez; la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros extraordinario.

La cuadratura del círculo de Yolanda Díaz en la reforma laboral pasa por recoger algunas de las exigencias de mínimos de los socios parlamentarios del Gobierno para salvar el futuro decreto, convalidándolo sin que se tramite como proposición de ley, al tiempo que se suma a sindicatos y agentes sociales. De esta manera, según entienden en el entorno de la vicepresidenta segunda, la reforma no solo se garantizará salir adelante, sino contar con la suficiente legitimidad como para perdurar en el tiempo.

Su optimismo reside precisamente en que tanto a sus socios parlamentarios como a los agentes sociales les interesa que la reforma laboral sea duradera para que no dependa de quién esté en el Gobierno la próxima legislatura. Con todo, el adjetivo que más repiten para referirse al futuro texto es el de "potente", negando que vaya a tratarse de una reforma laboral blanda para que pueda encajar el acuerdo con los empresarios. Una visión que no comparten tanto algunas de las formaciones que sostienen la mayoría parlamentaria del Gobierno, que han alertado sobre una reforma "descafeinada" para complacer a la CEOE. "Lo que vamos conociendo es totalmente insuficiente bajo nuestro punto de vista", concluyen desde ERC, en referencia a las concesiones que se estarían realizando en materia de temporalidad en términos generales, no solo con las excepciones en los sectores del turismo, la construcción y la agricultura.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la entrada a los Premios Influentials. (Giulio Piantadosi)
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Sobre la posibilidad de sumar a los representantes de los empresarios al acuerdo, la vicepresidenta segunda hacía gala este jueves de su foto junto a sus principales dirigentes de estas organizaciones. "Comunica por sí sola", deslizaban desde el entorno de Díaz respecto a la imagen de la vicepresidenta rodeada de los representantes de las principales organizaciones empresariales en un desayuno informativo en el que intervino el presidente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, y que se encargó de presentar el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

La reforma laboral pasará por el Consejo de Ministros antes de final de año, según insisten en el Ejecutivo evitando concretar fechas, para cumplir con el calendario pactado con Bruselas y del que depende el desembolso de los fondos de recuperación. Se hará a través de un decreto ley, que se llevará al Congreso durante el mes de enero para poder convalidarlo. Para el Gobierno, es ahora mismo su principal prioridad. La siguiente diana de Trabajo, que pretende abordar inmediatamente después, es la subida del salario mínimo interprofesional.

La negociación sobre la reforma laboral en la mesa de diálogo social llega a su recta final y, antes de cerrarla, con o sin acuerdo, el Gobierno quiere dejar atados todos los cabos en el Congreso. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha abierto una ronda de contactos con los socios parlamentarios del Ejecutivo que son imprescindibles para convalidar el decreto que recoja la reforma, según confirman tanto fuentes del departamento que dirige Yolanda Díaz como de los grupos. Se trata de la tercera y última ronda de negociaciones, tras celebrarse una en marzo, coincidiendo con la apertura de la mesa de diálogo, y otra en septiembre a la vuelta de las vacaciones, aunque tuvieron un carácter más informativo. El objetivo en esta ocasión es que el futuro decreto se pueda convalidar sin cambios en el Congreso. Esto es, sin que se tramite como proyecto de ley. Para ello se está realizando una negociación paralela con el objetivo de incluir algunos de los aspectos que consideran esenciales formaciones como PNV, ERC o EH Bildu para no tumbarlo.

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