La crisis con Marruecos agranda la brecha entre Casado y Abascal
Los dos partidos de la derecha han empleado un tono completamente distinto ante la crisis diplomática con Rabat. El PP lo ve una cuestión de Estado. Para Vox, la migración es un 'casus belli'
La llegada sin precedentes de migrantes a Ceuta en las dos últimas jornadas ante la pasividad de Marruecos no solo ha tensionado las costuras de la ciudad autónoma, sino que también ha obligado a posicionarse a todas las formaciones políticas. PP y Vox han hecho gala de dos tonos completamente distintos para hilvanar su crítica a Moncloa. Si Pablo Casado ha optado por un perfil institucional y de apoyo ante la crisis diplomática y migratoria, Santiago Abascal se ha inclinado por una mayor dureza y un discurso bélico sin matices.
Las fórmulas escogidas agrandan aún más la brecha que ambos líderes mantienen, especialmente después de que en la moción de censura de octubre el presidente del PP decidiera marcar distancias. Ambos han instado a Moncloa a tomar acciones "contundentes", pero las formas se encuentran muy alejadas. El tema migratorio ha sido desde hace dos años un elemento diferencial entre ambas siglas y lo sigue siendo ahora, cuando Vox ha redoblado recientemente sus mensajes vinculando la inmigración con la inseguridad.
Los populares han reforzado su papel como partido de Estado y han optado por firmar una suerte de tregua política al más alto nivel en las últimas horas. Casado telefoneó al jefe del Ejecutivo para trasladarle desde un primer momento su apoyo a la soberanía española, si bien reclamó un refuerzo de los cuerpos de seguridad y de militares, como él mismo se encargó de publicitar en Twitter. "He hablado con Pedro Sánchez para apoyar la soberanía nacional en Ceuta y Melilla y la integridad territorial de España. Y pedir el refuerzo de la Policía, Guardia Civil y Ejército para defender la frontera y coordinar con Marruecos la devolución inmediata de los inmigrantes", aseguró el líder de la oposición poco antes de que el Ministerio de Interior comunicara la repatriación de más de 3.200 personas. "Este es el momento de la unidad", añadió Alberto Núñez Feijóo, que afeó el lenguaje de Abascal.
En Vox, las consignas han sido en todo momento de acoso y derribo, identificando el Gobierno actual como aquel que ha dejado desprotegida su integridad territorial y entendiendo el aluvión de personas que han cruzado la valla de forma irregular como poco menos que un acto de guerra, una invasión. "Marruecos está invadiendo Ceuta con miles de asaltantes por la inacción cobarde y criminal del Gobierno, que ha rendido nuestra frontera sur", se pronunció Abascal en la medianoche de este lunes, cuando también se refirió a los migrantes como "soldados" que obedecen a Rabat.
"España está siendo atacada. Una nación extranjera ha cometido una auténtica invasión, violando nuestras fronteras con un propósito muy claro: invadir España", aseveró tajante Iván Espinosa de los Monteros, portavoz parlamentario, este martes. "El Gobierno extranjero tiene clara su prioridad, lo que nos preguntamos es dónde está el Gobierno de España", dijo el diputado, que consideró que no solo eran errores del presente Ejecutivo, sino de los previos desde 2004. Tras plantear que habría que tomar "todas las medidas necesarias", fue cuestionado por si esto incluía una operación militar contra Rabat que pudiera desencadenar un conflicto bélico, algo que evitó descartar. "No les voy a decir lo que tienen que hacer. Tienen los instrumentos a su disposición. Esperamos que los utilicen todos".
Ya este lunes, Vox se encargó de confrontar directamente con el PP a través de su cuenta de Twitter, ironizando sobre un tuit de Casado en el que abogaba por la devolución de los migrantes. "Nos alegramos de que ya no vea como xenofobia pedir que los ilegales sean devueltos inmediatamente", afirmaban en la cuenta oficial. Algunos dirigentes de la formación recordaban la reciente decisión de los populares de pactar los Presupuestos con el PSOE en el Gobierno ceutí.
He hablado con @sanchezcastejon para apoyar la soberanía nacional en Ceuta y Melilla y la integridad territorial de España.
— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) May 18, 2021
Y pedir el refuerzo de la Policía, Guardia Civil y Ejército para defender la frontera y coordinar con Marruecos la devolución inmediata de los inmigrantes.
Otras voces en el PP
El partido ha sido tradicionalmente beligerante con la inmigración, siendo esta una de sus señas de identidad en todo momento. Abascal llegó a Ceuta en la noche de este martes, en helicóptero, tras haber anunciado su llegada a bombo y platillo desde casi 24 horas antes, según confirmaban fuentes de Vox. El líder de la formación también siguió una estrategia similar en la crisis migratoria vivida en Canarias en otoño, cuando entre el 7 y el 8 de noviembre llegaron 2.188 inmigrantes en 58 pateras. Eran días en los que el muelle de Arguineguín se vio desbordado, y pocas semanas después el de Amurrio se plantó en Gran Canaria para reiterar sus consignas en la materia.
Entre las filas populares, sin embargo, el tono no ha sido el mismo entre todos sus dirigentes. El eurodiputado y exministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, vinculó directamente lo sucedido con la actuación, a su juicio, errática del Ejecutivo actual. "Es el esperado fruto de la nefasta política exterior del Gobierno de Sánchez frente a Marruecos. Ha permitido a los radicales y populistas de Podemos que boicoteen las relaciones con Marruecos tras numerosos desaires diplomáticos e irresponsables declaraciones. Ahora permite la entrada en nuestro país del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, enemigo público de Marruecos", señaló el popular, que se refirió a la asistencia humanitaria que recibe el enfermo de covid-19 en Logroño como "una afrenta" que deteriora "gravemente" esas relaciones.
En la propia Ceuta, el presidente de la ciudad autónoma, Juan Jesús Vivas, no dudó en calificar la situación como "un caos" que "tiene todas las connotaciones de una invasión". "Si se habla de esto como una crisis migratoria, creo que es una equivocación. Por la forma en la que se produjo, con la pasividad clamorosa de las autoridades marroquíes (...) como por la entidad del número de personas que pasaron, esto trasciende el ámbito de la crisis migratoria", valoró el jefe del Ejecutivo local, en contraste con Casado, que sí habló de "grave crisis migratoria". "Se requiere de la unidad de todos, es un problema de Estado", incidió.
La distancia entre ambas formaciones es considerable, singularmente en sus liderazgos. Tanto en la campaña de las elecciones catalanas como en la madrileña del 4 de mayo, aunque sobre todo en esta última, Abascal ha centrado sus mensajes en su oposición a la presencia de inmigrantes, a los que ha acusado de generar inseguridad en las calles mediante carteles y eslóganes muy similares a los empleados por la ultraderecha del Frente Nacional francés en los años ochenta y noventa. De hecho, líderes de organizaciones marcadamente antiinmigración como Marine Le Pen y Matteo Salvini utilizaron las imágenes de Ceuta para agitar sus discursos este martes.
La competición entre Casado y Abascal por ser la alternativa de derechas a nivel nacional marca las estrategias de los dos partidos. El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas conocido este martes apunta a un retroceso de Vox, que pasa del 15,4% al 13,7%, y un crecimiento de los populares, que llegan hasta el 23,4% y quedan a 4,6 puntos de Pedro Sánchez tras el impulso obtenido el 4-M con la victoria de Isabel Díaz Ayuso.
La llegada sin precedentes de migrantes a Ceuta en las dos últimas jornadas ante la pasividad de Marruecos no solo ha tensionado las costuras de la ciudad autónoma, sino que también ha obligado a posicionarse a todas las formaciones políticas. PP y Vox han hecho gala de dos tonos completamente distintos para hilvanar su crítica a Moncloa. Si Pablo Casado ha optado por un perfil institucional y de apoyo ante la crisis diplomática y migratoria, Santiago Abascal se ha inclinado por una mayor dureza y un discurso bélico sin matices.
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