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El diseño y los giros de campaña siembran dudas y malestar en el PSOE
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ELECCIONES EN LA COMUNIDAD DE MADRID

El diseño y los giros de campaña siembran dudas y malestar en el PSOE

Del con "este Iglesias no" a "Pablo, tenemos 12 días para ganar"; la radicalización de un Gabilondo del que poco antes se alabó su sosería; la agitación ahora de la bandera de la democracia... Son giros que cuestionan sectores socialistas

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. (EFE)
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Del “con este Iglesias no” a una campaña a remolque del líder de Unidas Podemos. Ese es el tránsito rápido de la campaña electoral del PSOE, tal y como lo describe un dirigente socialista sorprendido con la estrategia de su partido para las autonómicas de Madrid del 4 de mayo.

El candidato Ángel Gabilondo empezó distanciándose de Podemos con la idea de buscar los votos perdidos de Ciudadanos, desde la moderación. Lanzó entonces con ese fin mensajes que comprometen su futuro si llegara a gobernar: el anuncio de que no tocaría los impuestos en la comunidad es un ejemplo. El recurso le distanciaba del electorado de izquierdas para mirar al de su derecha, en busca de sus votos.

Luego las encuestas mostraron casi de forma unánime que no lograba el objetivo y que apenas había transferencia de voto de Ciudadanos al PSOE, porque prácticamente todo se dirige al PP. De los 625.039 votos que tuvo Ciudadanos en Madrid en 2019, apenas se aprecia un trasvase hacia la candidatura de Gabilondo, como si el diseño de la campaña no hubiera tenido en cuenta que los votantes del partido de Inés Arrimadas no van nunca hacia el PSOE, al menos en la comunidad.

Foto: El candidato socialista, Ángel Gabilondo. (EFE) Opinión
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A los que diseñaron la campaña, por tanto, les falló aplicar en Madrid la experiencia de Cataluña, donde Salvador Illa sí logró hacerse con un porcentaje alto de votantes de Cs. Pero Madrid no es Cataluña o, al menos, tiene otra lógica electoral, siempre según los estudios publicados hasta ahora.

La rectificación y las críticas

En el debate de Telemadrid, Gabilondo rectificó con la frase “Pablo, nos quedan 12 días para ganar”. Desde entonces, se ha unido al bloque de la izquierda y se ha subido a la ola provocada por las amenazas a candidatos, la posición de Vox y las denuncias de Unidas Podemos. Es decir, se ha producido un giro radical e inusual a mitad de campaña.

Tan radical como que fuentes socialistas cuestionan esa estrategia que ejecuta Gabilondo, que en términos generales sigue la de Iglesias y se basa en modificar el eje de la libertad creado por Isabel Díaz Ayuso para convertirlo en el eje de la democracia frente al fascismo y la ultraderecha. Queda fuera del debate la gestión de la pandemia, y la candidata del PP puede seguir jugando a agitar las emociones, porque hasta ahora le ha funcionado y le deja camino de doblar sus escaños.

Foto: El candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. (Jesús Hellín)
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Y tan inusual que diversos parlamentarios socialistas consideran que hay una cierta sobreactuación respecto a las amenazas de las balas y la navaja, que son graves, pero que, a la vez, no son fáciles de trasladar a la pugna electoral con el resto de partidos. Menos aún cuando se orillan otras prioridades de los ciudadanos.

Pablo Iglesias, por tanto, ha logrado acaparar con habilidad el foco de la campaña y algunos socialistas creen que debería ser el PSOE, no el líder de Unidas Podemos, el que marca la agenda y muestra un perfil propio en la campaña.

Confusión y excesos

Durante la primera parte de la campaña, al PSOE le costó encontrar un mensaje que frenara la trampa del falso dilema de libertad creado por Ayuso, y ahora para algunos dirigentes socialistas se hace excesivo enarbolar el relato de la democracia en peligro, aunque se trate de apelar al sentimiento o las emociones. Unidas Podemos se lo puede permitir porque ya mantuvo antes el mensaje de la democracia imperfecta y puede llegar, incluso, a meter al Rey en la campaña, como este martes hizo Iglesias.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), junto al candidato del PSOE en Madrid, Ángel Gabilondo (2d). (EFE)

Sin embargo, al PSOE, como partido de Estado, le resulta más difícil, y más aún con un candidato como Gabilondo, que inició la campaña con un vídeo que resaltaba que es soso y moderado, y al que no le pega la radicalidad.

Todas estas dudas internas surgen cuando las encuestas coinciden en señalar que la candidatura de Gabilondo se desinfla. Es posible (aunque no probable) que la izquierda llegue a los 69 escaños que le permitan formar Gobierno, pero será a pesar del PSOE.

La mayoría de las encuestas dan a los socialistas su peor porcentaje de voto de la historia en la comunidad, en el límite del 20%, frente al 27,35% de 2019; el 25,44% de 2015; el 26,27% de 2011, y así hasta resultados anteriores que lo acercaron al 40%.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo. (EFE) Opinión
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Lo malo para el PSOE es que la suma entre Más Madrid y Unidas Podemos lo supera claramente en todas las encuestas y la lista de Mónica García se acerca a la de Gabilondo, aunque sea difícil que la supere. En las generales del 10 de noviembre de 2019, la suma entre las listas de Iglesias y de Errejón apenas superó el 18%, casi 10 puntos menos que la de Pedro Sánchez.

Un nuevo frente con Más Madrid

Moncloa busca ahora frenar la sangría de votos hacia la candidatura de García, y de ahí el giro estratégico de los últimos días. Juega más a salvar los muebles que a sumar para el bloque de la izquierda.

Además, al PP le queda ahora todo el camino libre para hacerse con los restos de Ciudadanos y engordar el bloque de la derecha. Y a Vox le da protagonismo como para alejar del todo el peligro de no superar el 5%, lo que hubiera facilitado la mayoría del bloque de izquierdas.

Foto: La candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por Más Madrid, Mónica García. (EFE)

Las dudas en el PSOE tienen que ver también con los giros de Sánchez respecto a la relación con Vox. Someramente: en abril de 2019, quiso que participara en los debates para dividir el voto de la derecha y debilitar al PP; en octubre de 2020, hizo un discurso muy duro contra Santiago Abascal en el debate de su moción de censura, y en febrero, en plena campaña electoral de las catalanas, alabó en dos sesiones de control del Congreso el “sentido de Estado” del partido de la ultraderecha, para perplejidad de algunos diputados socialistas. Ahora, confrontan con la extrema derecha casi más que con Ayuso y promueven el “cordón sanitario”.

A una semana de las elecciones, a la campaña del PSOE le falta aún un estrambote o giro final.

Del “con este Iglesias no” a una campaña a remolque del líder de Unidas Podemos. Ese es el tránsito rápido de la campaña electoral del PSOE, tal y como lo describe un dirigente socialista sorprendido con la estrategia de su partido para las autonómicas de Madrid del 4 de mayo.

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