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"Sin saber el autor intelectual ni financiero del 11-M, nunca cerraremos el duelo"
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XVII ANIVERSARIO DE LOS ATENTADOS

"Sin saber el autor intelectual ni financiero del 11-M, nunca cerraremos el duelo"

La presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Dori Majali, ya se ha reunido con la Fiscalía General del Estado para impulsar iniciativas dirigidas a evitar la prescripción

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La presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Dori Majali, es hija de un musulmán y de una católica practicantes. Ella es atea, pero está convencida de que, tras el mayor atentado de la historia de España, no hubo ninguna motivación religiosa, sino de "radicalismo", como explica. Su objetivo es evitar que los delitos prescriban y que la investigación solo acabe cuando quede definida la autoría del ataque.

Nacida en Granada hace 50 años, ha vivido en Jordania y en la capital de la Alhambra, pero sobre todo en Madrid, la ciudad que la acoge desde los ocho años. Tras estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Complutense, se dedicó a trabajar como perito en una compañía de seguros. Estaba todo el día en la carretera, yendo de un sitio a otro para evaluar los daños sufridos por los vehículos en accidentes. Hasta que tuvo el suyo en febrero de 2004. Su hijo tenía tres años y aquel infortunio vial le hizo dar un giro mental. "No quería pasarme más horas muertas en el coche", justifica Majali, que cambió entonces de empleo únicamente para dejar atrás la carretera.

El 9 de marzo de 2004 fue su primer día de trabajo en su nueva empresa, situada en la madrileña calle de Recoletos. Desde Alcalá, donde vivía, lo mejor era coger el tren. Y más cuando quería huir de las cuatro ruedas a toda costa. Se trataba de la misma línea que había tomado diariamente 13 años atrás, cuando estudiaba su carrera y tenía que viajar hasta la Complutense a recibir clases.

Foto: Un hombre enciende una vela en el monumento a las víctimas del 11-M. (Reuters)

Cuando se encaminaba hacia su tercera jornada laboral, aquel 11 de marzo de 2004, se montó como había hecho los dos días anteriores en el tren de la calle Téllez. Minutos después, estallaron las bombas y todo se volvió negro. "Sufrí pérdida de audición en el oído izquierdo, quemaduras en el 70% de mi cuerpo, cicatrices que aún hoy tengo, siete fracturas y la amputación de una pierna a la altura de la rodilla", recuerda Dori, quien asegura que en su caso el 'shock' fue lo de menos. "Lo más duro fueron las repercusiones físicas", recuerda Majali.

"Cuando iba en la ambulancia, creí que moriría; por eso, cuando me desperté en la unidad de cuidados intensivos me sentí muy feliz de estar viva; estaba convencida de que no saldría de esa", admite la mujer que hoy preside la asociación que aglutina a un mayor número de víctimas de aquel atentado que marcaría para siempre la historia de España. Su principal objetivo desde el puesto que ocupa desde el pasado diciembre, asegura, es conseguir "concienciar a la sociedad" de que "el duelo aún no está cerrado".

Considera que ni la Justicia ni las fuerzas de seguridad consiguieron determinar quiénes fueron los autores intelectuales de la matanza ni quiénes financiaron el preparativo que culminó en las explosiones masivas. "La ausencia de autores y de financiadores nos afecta a todos", explica Dori, quien admite que en su momento la Justicia "hizo lo que pudo, porque las circunstancias no eran fáciles", pero que a su entender ahora sí que se podría trabajar más. La propia sentencia, según recuerda, reconoce que "no pudo averiguar quién estuvo detrás de los atentados" tanto desde el punto de vista de la autoría como de la financiación. "Quién ordenó la masacre, de dónde salió el dinero para ejecutarla... Esto está sin determinar", concluye la presidenta de la asociación, quien asegura que quedará sin aclarar para siempre a menos que las instituciones muevan pieza.

Foto: Una placa con los nombres de algunas de las víctimas del 11-M. (EFE) Opinión
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"Estos delitos prescribirán en tres años y aún nadie ha iniciado investigación alguna para resolverlos", protesta Majali, con calma pero con firmeza, antes de adelantar lo que desde su asociación se está poniendo en marcha para avanzar en este sentido. "Nos hemos reunido con la Fiscalía General del Estado el pasado 24 de febrero", asegura. La reunión fue "fructífera", se limita a señalar Dori, que prefiere ser prudente y esperar a ver cuáles serán los siguientes pasos por parte del ministerio público, porque el encuentro fue "una primera toma de contacto", pero se muestra convencida de que fue un buen comienzo y tiene esperanza en que saldrá algo importante de esa cita de cara a su objetivo de evitar la prescripción. Además, relata, pretende dar más pasos en otros ámbitos. "Vamos a poner en marcha un proyecto para llevar a cabo un estudio profundo de la causa con expertos de prestigio, con el fin de concienciar a la sociedad, por un lado, y de que los atentados sean declarados crímenes de lesa humanidad, lo que les daría la condición de no prescribibles", sostiene la portavoz de las víctimas, que este 2021 celebra el 17 aniversario de la masacre y que pretende alejarse de cualquier atisbo de politización en la mencionada iniciativa. "Los expertos serán de universidades públicas, completamente apolíticos", incide.

"No sé si saldrán a la luz cosas que refuercen teorías conspiranoicas o no, no es el objetivo; lo que tenemos que conseguir es que no prescriba para averiguar todos los extremos de lo que ocurrió, porque las víctimas nos lo merecemos", explica Dori, que describe con detalle lo que significa para ellas un atentado como el del 11-M. "Ningún atentado termina el día en que se produce; somos muchas las víctimas que cada día nos levantamos recordando lo que pasó esa mañana; yo me acuerdo siempre que me tengo que poner mi pierna ortopédica". "Lo principal es que no prescriba, luego averiguar todo lo que pasó, porque sin saber quién es el autor intelectual y quién financió el atentado, nunca cerraremos el duelo", sostiene Majali, que tiene claro que el 11-M hubo "un atentado contra todos", no solo contra quienes estaban en los trenes. "Y puede volver a ocurrir", agrega. "Más todavía si quienes estuvieron detrás del atentado siguen libres", añade.

Foto: Equipos de rescate en uno de los trenes del 11M. (Reuters)

"Si por desgracia finalmente prescribe, quienes haya habido detrás se pondrán una medalla", afirma. "Ya pasó con terroristas de ETA, que levantaron la mano tras la prescripción de su delito para decir que habían sido ellos, pues ya gozaban de impunidad; si pasara con los yihadistas, habrá sido una forma de reírse del Estado", considera la presidenta de la asociación. "Es imprescindible que no prescriba para que sepamos todo lo que ocurrió y cerremos el duelo; porque son muchos los estudios que concluyen que la víctima no puede pasar página completamente si desconoce los extremos de lo que pasó", sentencia Dori, quien entiende que este mensaje puede resultar un poco "incómodo" para la sociedad, que de algún modo "ya ha olvidado bastante lo que ocurrió". "Socialmente, quizás incomode a la gente, pero a las víctimas que seguimos vivas nos dan menos visibilidad las instituciones y para nosotros es importante", reclama Dori, que tras los atentados volvió a comenzar una nueva vida.

Las lesiones le provocaron un grado de incapacidad del 68%, lo que le impidió dedicarse a la actividad profesional a la que hasta el momento se había dedicado, la de las compañías de seguros. "Cuando tras un año y medio conseguí volver a caminar relata, me puse a estudiar derecho". Tras esta segunda carrera, Majali hizo un máster en derecho económico y posteriormente otro en derecho internacional. Un profesor de este último curso le ofreció trabajo en su despacho. Permaneció ahí una temporada y luego puso su propio bufete, hoy situado en pleno centro de Madrid. Dori también tuvo un segundo hijo. A los dos los ha educado en la libertad que experimentó en su propia casa. "Ni mi padre ni nadie de su familia me han presionado nunca para ser musulmana y mucho menos radical, tampoco por parte de mi madre han existido presiones; tengo muy claro que aquel atentado no tuvo que ver con la religión, pero necesito pasar página", expresa.

La presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, Dori Majali, es hija de un musulmán y de una católica practicantes. Ella es atea, pero está convencida de que, tras el mayor atentado de la historia de España, no hubo ninguna motivación religiosa, sino de "radicalismo", como explica. Su objetivo es evitar que los delitos prescriban y que la investigación solo acabe cuando quede definida la autoría del ataque.

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