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Pinchazos y 15 coches: así planeó Villarejo espiar a Del Rivero para Repsol y CaixaBank
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LLEGÓ A PEDIR UN MILLÓN DE EUROS

Pinchazos y 15 coches: así planeó Villarejo espiar a Del Rivero para Repsol y CaixaBank

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha imputado a los exjefes de Seguridad de ambas empresas al considerar que jugaron un papel determinante

Foto: Luis del Rivero llega a la Audiencia Nacional en una imagen de archivo. (EFE)
Luis del Rivero llega a la Audiencia Nacional en una imagen de archivo. (EFE)

Empresas del Ibex 35 vuelven a verse salpicadas por el caso Villarejo. Tras las investigaciones en torno a BBVA e Iberdrola, que siguen en marcha, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón tiene entre manos una pieza secreta que pone el foco en Repsol y Caixabank. Los hechos se remontan a 2011, cuando las dos entidades detectaron que el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, estaba tramando un plan con la multinacional mexicana Pemex para hacerse con el control de la petrolera. La Fiscalía apunta a que los entonces responsables de Seguridad de Caixabank y Repsol, Rafael Araujo y Miguel Ángel Fernández Rancaño, recurrieron a José Manuel Villarejo para espiar a Del Rivero y su "círculo de confianza", encargo por el que los tres, que son antiguos comisarios de la Policía Nacional, se encuentran ya imputados.

La sospecha de la Fiscalía Anticorrupción se plasma en un escrito fechado el 10 de noviembre al que ha tenido acceso El Confidencial. "Los servicios de investigación contratados se ejecutarían durante los últimos meses del año 2011 y durante la primera mitad del año 2012, por lo tanto, en fechas en las que el investigado Villarejo Pérez era comisario del Cuerpo Nacional de Policía en activo", explican. Por este encargo, Villarejo supuestamente les ofreció dos opciones: la primera, "con garantía de éxito", tenía un precio total de 925.000 euros. La segunda, "más económica que la anterior" y en la que "no se asegura el resultado del proyecto", tenía un precio de 675.000 euros. Con ambas posibilidades sobre la mesa, el comisario comenzó a trabajar para Caixabank y Repsol en un proyecto que él mismo bautizó como Wine.

Foto: Imagen de archivo del comisario Villarejo

La contratación de Villarejo se explica por la influencia que Del Rivero tenía en Repsol en 2011. "El proyecto Wine nace en el momento en el que Repsol YPF detecta una estrategia de sindicación por parte de uno de sus accionistas, Luis Femando Del Rivero Asensio, en esa fecha presidente de la sociedad Sacyr Vallehermoso, para asociarse con la compañía petrolera Petróleos Mexicanos (Pemex), con el objetivo de conseguir casi un tercio del total de las acciones de Repsol, para de este modo acceder al control de la petrolera española", explica la Fiscalía. "Dicha maniobra habría sido detectada por Repsol YPF que, con la ayuda de Caixabank, paralizaría de manera temporal el desarrollo del plan elaborado por Luis Femando Del Rivero, retirándolo de la presidencia de Sacyr Vallehermoso".

Con la salida de Del Rivero, Demetrio Carceller, primer accionista de la constructora —a la par con Del Rivero— y próximo a Antonio Brufau, presidente de Repsol, abortaba la petición de Sacyr (20% del capital) de fusionar la petrolera con Pemex (9,8%), la multinacional mexicana que en aquel momento contaba con el beneplácito del Partido Popular para tomar el control del grupo participado por CaixaBank (12%). La situación parecía resuelta, pero Del Rivero supuestamente siguió con su plan: "La retirada de la presidencia, así como el despido de las personas consideradas como 'su círculo de confianza' habrían producido —según consta en la documentación intervenida— un intento de reacción por parte de Luis Fernando Del Rivero, siendo el principal foco de la misma el presidente de la multinacional petrolera Repsol YPF".

Foto: El excomisario Villarejo y el expresidente de Sacyr Luis del Rivero. (Imagen: EC)

Tras detectar operaciones sospechosas con Del Rivero como protagonista, los directores de Seguridad de Caixabank y Repsol supuestamente ordenaron a Villarejo que controlara sus movimientos y los de su "círculo de confianza": su esposa Natividad M. B., el entonces responsable de Seguridad de Sacyr, Rodrigo Álvarez Vazquez, y el exdirector financiero de Repsol, Fernando Ramírez Mazarredo. El encargo se plasma en varios documentos denominados “Charla” en los que el socio de Villarejo, Rafael Redondo, también imputado, recogía sus encuentros con los dos exjefes de seguridad, así como en un informe en el que el comisario detalla "los medios humanos y técnicos" que necesitaba para llevar a cabo el proyecto Wine:

  • Un dispositivo de captación activa de 'info'.
  • Ocho dispositivos I.C. de comunicaciones.
  • Cuatro dispositivos de contramedidas I.C.
  • Tres bases estáticas y una externa de apoyo de emergencia.
  • Doce coches y cinco motos para vigilancia/transporte.
  • Tres vehículos base para comunicaciones.
  • Elementos varios de transmisión dúplex.
  • Software y Hardware para acceder a determinados bancos de datos.
  • Infraestructura de análisis y muestreo de soportes para análisis documental.
  • Procedimientos de contraste utilizados en reproducción de documentos.
  • Equipos de audio para grabaciones convencionales.
  • Equipos de captación de audio en ambientes hostiles.
  • Equipos ópticos varios fotografía/vídeo.
  • Equipos ópticos captadores de imágenes en situaciones adversas.
Foto: El expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, sale de la Audiencia Nacional. (EFE)

Una vez más, los informes intervenidos apuntan a que, con este material, Villarejo pinchó teléfonos. Desde Del Rivero hasta su mujer, el comisario supuestamente fue detallando a Caixabank y Repsol "los tráficos de llamadas" de sus móviles: "Cada número de teléfono consta de tres columnas, denominadas 'Hace', 'Recibe' y 'En blanco', en la cual se indica el número de teléfono con los cuales se intercambia llamadas o SMS", explica la Fiscalía al analizar uno de los informes. "Se ha realizado un muestreo aleatorio de contactos, utilizando como universo del análisis los últimos 45 días, con el fin de evaluar la evolución de su actividad cotidiana en este tiempo. Se tiene en cuenta el sesgo corrector que supone los contactos no detectados, así como los celebrados en el extranjero", detallaba el comisario en otro de los documentos intervenidos.

Destaca además uno de los informes fechado el 13 de junio de 2012, en el que Villarejo recogía una supuesta vigilancia en un apartado denominado 'calle Juan Bravo', todo ello con fotografías de fachadas de edificios y carteles publicitarios. "Se asemeja a un informe de reconocimiento sobre un inmueble, en el que se deja constancia del alquiler o la venta de ciertos pisos sitos en el barrio de Salamanca (Madrid), a la vez que se hacen alusiones como 'creo que se podría ver algo, pero la perspectiva seria chunga', '¿se vería bien desde allí, con buena perspectiva', 'no sé nada, ni siquiera qué piso es y a dónde dan las ventanas", explica la fiscalía. Entre la documentación intervenida, también hay alusiones al "desarrollo del Movimiento Izquierda Anticapitalista" y "de sus promotores".

A la espera de que avance la investigación, la Fiscalía explica en su escrito que ya se han intervenido varias facturas que supuestamente responden a la contratación de Villarejo. Fechadas entre el 15 de diciembre y el 16 de mayo de 2012, en total suman 283.000 euros.Tras rastrear las cuentas de las empresas de Villarejo, también han detectado siete abonos con cargo a Repsol y a Caixabank que ascendían a 413.600 euros, pero uno de los informes intervenidos refleja que el pago total podría ser aún mayor. Según el auto, este “se elaboró con la finalidad de costear los gastos derivados del establecimiento de un control de Seguridad de un transporte (balizamiento, control de las comunicaciones, equipos de control 'in situ', imagen de objetivos de interés)" y el precio del mismo oscilaría "entre los 750.000 euros y el 1.250.000 euros”.

Empresas del Ibex 35 vuelven a verse salpicadas por el caso Villarejo. Tras las investigaciones en torno a BBVA e Iberdrola, que siguen en marcha, el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón tiene entre manos una pieza secreta que pone el foco en Repsol y Caixabank. Los hechos se remontan a 2011, cuando las dos entidades detectaron que el expresidente de Sacyr, Luis del Rivero, estaba tramando un plan con la multinacional mexicana Pemex para hacerse con el control de la petrolera. La Fiscalía apunta a que los entonces responsables de Seguridad de Caixabank y Repsol, Rafael Araujo y Miguel Ángel Fernández Rancaño, recurrieron a José Manuel Villarejo para espiar a Del Rivero y su "círculo de confianza", encargo por el que los tres, que son antiguos comisarios de la Policía Nacional, se encuentran ya imputados.

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