300.000€ en facturas falsas: la guerra de Repsol y CaixaBank contra Del Rivero
La Audiencia Nacional descubre que Repsol y CaixaBank camuflaron sus pagos al comisario como supuestos trabajos de "recuperación de datos electrónicos almacenados en discos duros"
Los investigadores del caso Villarejo han acreditado de forma indiciaria que Repsol y uno de sus accionistas de referencia hasta el pasado verano, CaixaBank, se unieron presuntamente en 2011 para encargar al comisario el espionaje de Luis del Rivero, entonces presidente de Sacyr. Los seguimientos fueron abonados a medias por ambas cotizadas y habrían durado al menos hasta mayo de 2012, según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas a las pesquisas. Los hechos se investigan en la pieza separada número 21 de la llamada operación Tándem.
El hallazgo afecta de nuevo al Ibex 35 —ya está imputada BBVA— y se centra en uno de los grandes movimientos empresariales de la última década. De las pesquisas se desprende que Repsol y CaixaBank recurrieron a Villarejo para neutralizar la alianza que firmaron Sacyr y la mexicana Pemex en agosto de 2011 para tomar el control de la petrolera española, como ha adelantado 'El Independiente'. La operación se fue al traste apenas tres meses después y Del Rivero fue automáticamente desplazado de la cúspide de la constructora, pero el policía siguió investigando al empresario murciano al menos hasta la primavera del año siguiente.
Varios documentos de pago apuntalarían la existencia de este espionaje, que ya fue desvelado por este diario en noviembre de 2018. En concreto, una de las mercantiles de Villarejo, Centro Exclusivo de Negocios y Transacciones SL (Cenyt), emitió facturas a Repsol y CaixaBank en torno a mayo de 2012 por un mismo concepto, "Elaboración de estrategias para la ubicación y recuperación de datos electrónicos almacenados en discos duros de ordenadores y sistemas tecnológicos, anulados o dañados. Consulta jurídica y técnica", y por un importe igualmente idéntico de 45.000 euros más IVA.
La Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional habría comprobado ahora que esas facturas se corresponden en realidad con el pago del espionaje a Del Rivero. El concepto fue falseado para tratar de ocultar la verdadera naturaleza de los servicios del agente encubierto. Según fuentes próximas al caso, este habría cobrado por el trabajo un mínimo de 300.000 euros, que fueron asumidos a partes iguales por Repsol y CaixaBank.
Entre las indagaciones que supuestamente efectuó el comisario por indicación de estas compañías se encuentran una serie de operaciones protagonizadas por Del Rivero en la primavera de 2012. El empresario murciano ya había abandonado el consejo de la constructora, pero mantenía una importante presencia en su capital. En las semanas posteriores a su dimisión como consejero, empezó a desprenderse progresivamente de su participación. Eso llevó a varios 'hedge funds' o inversores oportunistas a atacar la cotización de Sacyr tomando posiciones cortas.
Repsol y CaixaBank sospecharon que Del Rivero estaba maniobrando, con la ayuda de dos grandes fondos internacionales, Jabre Capital Partners y Zadig Gestsopm Luxembourg, para tratar de hundir la acción de Sacyr, y pidieron a Villarejo que rastreara la hemorragia de participaciones. El policía bautizó el expediente con el nombre en clave de proyecto Wine (vino en inglés, en referencia a la denominación Ribera, por su parecido con el apellido del investigado). La tarea se prolongó durante varias semanas, según reflejan documentos internos de la operación, a los que ha tenido acceso El Confidencial.
No era la primera vez que Del Rivero estaba bajo la lupa de Villarejo. En 2004 ya fue espiado por el comisario, aunque en esa ocasión, la orden no partió de Repsol y CaixaBank, sino de BBVA, que quería evitar el asalto de Sacyr a su consejo de administración con la supuesta ayuda del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Ese encargo se dirime en una pieza separada del caso Tándem que se centra específicamente en las relaciones del policía con BBVA y en la que Del Rivero está personado como acusación particular. Además del banco, también está imputado su presidente hasta el año pasado, Francisco González.
Los investigadores del caso Villarejo han acreditado de forma indiciaria que Repsol y uno de sus accionistas de referencia hasta el pasado verano, CaixaBank, se unieron presuntamente en 2011 para encargar al comisario el espionaje de Luis del Rivero, entonces presidente de Sacyr. Los seguimientos fueron abonados a medias por ambas cotizadas y habrían durado al menos hasta mayo de 2012, según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas a las pesquisas. Los hechos se investigan en la pieza separada número 21 de la llamada operación Tándem.
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