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Elecciones vascas y gallegas: test a la gestión del Gobierno y riesgo de una alta abstención
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URKULLU Y FEIJÓO CONVOCAN PARA EL 12 DE JULIO

Elecciones vascas y gallegas: test a la gestión del Gobierno y riesgo de una alta abstención

Los comicios autonómicos se celebrarán en un contexto de excepcionalidad y, según coinciden en señalar los expertos en demoscopia, estarán determinados por el debate nacional

Foto: Los presidentes de Galicia y País Vasco, Alberto Núñez Feijóo e Iñigo Urkullu, se juegan revalidar su mandato en las elecciones del 12 de julio.
Los presidentes de Galicia y País Vasco, Alberto Núñez Feijóo e Iñigo Urkullu, se juegan revalidar su mandato en las elecciones del 12 de julio.

Los presidentes de País Vasco y Galicia, Iñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijóo, han decidido retomar la convocatoria de elecciones autonómicas fijándolas para el próximo 12 de julio. Unos comicios en pleno 'shock' por la pandemia del coronavirus. Las urnas se abrirán cuatro meses después de que se decretase el estado de alarma y, si no se producen rebrotes del virus, en el arranque de la denominada 'nueva normalidad' tras la desescalada. Todo ello condicionado por un debate político y social que relega de la agenda cualquier cuestión que no sea la gestión de la crisis por parte del Gobierno central, que hasta ahora ha asumido el mando único, y los pactos de reconstrucción para colocar los carriles por donde transitar la crisis económica. Unos comicios autonómicos, por tanto, en un contexto de excepcionalidad, que según coinciden en señalar los expertos en demoscopia estarán fuertemente influidos por el debate nacional.

"Será la primera oportunidad del elector para introducir en su voto su visión de la gestión del Gobierno central", explica Narciso Michavila, presidente de GAD3. En términos similares se expresa el investigador principal de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz, quien se refiere a estos comicios como "la primera puerta electoral de esta nueva normalidad". Los partidos de la oposición en Galicia y País Vasco se han apresurado en reprochar este calendario electoral, abriendo con sus críticas la precampaña, aunque la principal razón de las fechas elegidas sigue siendo la de no contaminarse con la campaña de las catalanas, prevista para otoño, para en contraposición vender estabilidad asociándola al continuismo.

Urkullu convoca elecciones en Euskadi para el próximo 12 de julio

En unas elecciones condicionadas por la clave estatal, Michavila apunta que el voto de castigo repercutiría más en las confluencias de Podemos, socio minoritario del Gobierno, que en el PSOE. Se trata de una tendencia que ya apuntaban las encuestas antes de la pandemia que obligó a suspender estos comicios, pero que ahora "lo que hace la crisis del covid-19 es acelerarla". Con todo, entiende que cierto votante de centro derecha o los más críticos con la gestión del Ejecutivo podrían movilizarse más aprovechando las urnas para castigar a Pedro Sánchez y perjudicar así las opciones de los candidatos socialistas, Idoia Mendia en País Vasco y Gonzalo Caballero en Galicia. De hecho, presagia que el desembarco de miembros del Gobierno en estos territorios para hacer campaña será más reducido que el previsto antes de la pandemia. Y concluye que de esta crisis saldrá perjudicado el concepto de Gobierno de coalición, "tanto central como regional".

El profesor de la Universidad Carlos III y responsable de Metroscopia hace hincapié en que en las encuestas están teniendo una mejor valoración sobre la gestión de la crisis las administraciones municipales, seguidas de las autonómicas y en tercer lugar del Gobierno central, solo por delante de las instituciones europeas. Un sesgo que jugaría a favor de Feijóo y Urkullu, aunque recuerda que la gestión sanitaria del Gobierno mantiene más aprobados que suspensos. Además, indica que hasta ahora ha habido una gestión centralizada, pero que previsiblemente se llevará al ámbito autonómico —según se está negociando para prorrogar el estado de alarma—, y este hecho podría ser un arma de doble filo. Si las prisas por la desescalada conllevan nuevos rebrotes, la corresponsabilidad de las administraciones autonómicas será mayor y hasta podría cambiar por completo el destinatario del voto de castigo.

Feijóo convoca elecciones gallegas el 12 de julio

Las críticas de la oposición se están orientando ya precisamente en esta línea, tratando de descargar sobre Urkullu y Feijóo acusaciones de irresponsabilidad. Bildu ha reprochado que la convocatoria "no se fundamenta en ninguna razón sanitaria, sino que tiene como único objetivo resguardar sus propios intereses electorales y partidistas", además de remarcar las dificultades que van a existir "para poder desarrollar unas elecciones y su campaña electoral con plenas garantías democráticas". El líder de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, ha arremetido contra un calendario que, dice, "no compartimos, cuando estamos centrados en la desescalada", añadiendo que "la prioridad es dar respuesta a la crisis sanitaria, económica y social". Por su parte, el candidato de Galicia en Común, Antón Gómez Reino, ha tachado la convocatoria en estas fechas de "irresponsabilidad histórica", mientras que la candidata del BNG, Ana Pontón, lo ha calificado de "temeridad" y ha advertido sobre la posibilidad de que haya "un repunte en cualquier momento mucho más grave".

La excepcionalidad es evidente y la incertidumbre, mayor que nunca, sobre todo en lo referente a la abstención. "Ahora, el nuevo paradigma es el de la seguridad, que lo sobrevuela todo, desde el mundo de los negocios hasta las elecciones, y condicionaría la participación", según Ferrándiz. Al menos, esta es la foto fija en este momento, sin haberse superado todavía la crisis sanitaria y con una amplia mayoría que mantiene el miedo al contagio, y que por las características de la enfermedad preocupa más a la gente mayor.

Foto: Urkullu durante la reunión de este jueves con representantes de los partidos. (Irekia)

Entre los mayores de 65 años se encuentra la principal bolsa de votantes del PP en Galicia, por lo que podría poner en riesgo su mayoría, que según los sondeos previos alcanzaba de una forma muy ajustada. Concretamente, según la encuesta de Metroscopia para El Confidencial, Feijóo retendría su mayoría con el margen de un escaño (39 asientos y el 46,6% de los votos). "El campo está más abierto de lo que estaba", concluye Ferrándiz, sin descartar que una leve recuperación de Ciudadanos o Vox, aunque insuficiente para obtener representación, podría ser otro contratiempo para Feijóo.

La misma encuesta ya señalaba que el BNG recuperaría posiciones en detrimento de Galicia en Común, la confluencia gallega liderada por Podemos —aunque se realizó sin estar cerrada la alianza con Anova—. Una tendencia que se podría acrecentar ahora. Michavila así lo subraya también, pudiendo capitalizar los soberanistas gallegos una cierta desafección con la coalición y aprovechando el espejo de ERC o PNV por su influencia desde fuera en el Ejecutivo.

Sobre la abstención, diferencia entre Galicia y País Vasco, y a ambas las aleja de la realidad de Madrid o Castilla y León por haber pasado antes de fase. Así, entiende que la bajada de participación no sería preocupante en Galicia y en País Vasco pero afectaría más a Álava. Esta última circunscripción ha sido donde históricamente ha cosechado sus mejores resultados en las elecciones vascas el PP.

Los presidentes de País Vasco y Galicia, Iñigo Urkullu y Alberto Núñez Feijóo, han decidido retomar la convocatoria de elecciones autonómicas fijándolas para el próximo 12 de julio. Unos comicios en pleno 'shock' por la pandemia del coronavirus. Las urnas se abrirán cuatro meses después de que se decretase el estado de alarma y, si no se producen rebrotes del virus, en el arranque de la denominada 'nueva normalidad' tras la desescalada. Todo ello condicionado por un debate político y social que relega de la agenda cualquier cuestión que no sea la gestión de la crisis por parte del Gobierno central, que hasta ahora ha asumido el mando único, y los pactos de reconstrucción para colocar los carriles por donde transitar la crisis económica. Unos comicios autonómicos, por tanto, en un contexto de excepcionalidad, que según coinciden en señalar los expertos en demoscopia estarán fuertemente influidos por el debate nacional.

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