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Podemos llega al mes decisivo entre el desdén de Sánchez y los choques con Calvo
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31 días para evitar elecciones anticipadas

Podemos llega al mes decisivo entre el desdén de Sánchez y los choques con Calvo

Lo que en julio parecía negociable, ahora ya ni se discute: o Podemos apoya la investidura con base en un acuerdo programático o habrá elecciones el 10 de noviembre

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el Congreso

La política española entra en el mes de descuento. En 31 días, el próximo 23 de septiembre, se convocarán elecciones si Pedro Sánchez no logra una mayoría suficiente para ser investido. Y hasta ahora no ha habido ningún signo que permita atisbar la luz del acuerdo al final del túnel de los desencuentros con Pablo Iglesias. La semana termina como empezó: con Podemos llamando al PSOE a negociar y con la formación morada recibiendo la indiferencia del presidente del Gobierno en funciones. Entre medias, un acuerdo en La Rioja que demuestra que ambas formaciones pueden pactar y compartir Gobierno, y un clásico desde la negociación fallida de julio: los ataques a la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Pedro Sánchez no ha dedicado ni un solo comentario público a la oferta de Podemos de un Gobierno de coalición. Desde Doñana —donde ha pasado casi dos semanas de vacaciones— ha tenido opiniones para la crisis del Open Arms y para el desastre del incendio de Canarias, que motivó que acortara 24 horas su retiro para desplazarse ayer hasta la zona afectada. Pero nada sobre Podemos. La oferta es "inviable", como dijo el comunicado de Ferraz, porque insiste en una vicepresidencia y tres ministerios en el Consejo. Lo que en julio parecía negociable, ahora ya ni se discute: o Podemos apoya la investidura con base en un acuerdo programático o habrá elecciones el 10 de noviembre.

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. (Reuters)

Esta semana, tras el rechazo de la oferta morada, no solo no ha servido para acercar posturas sino que ha potenciado los roces, a cuenta del Open Arms. Uno de los puntos que Podemos incluyó en la oferta al PSOE era, precisamente, "garantizar el trabajo de las ONG" en el Mediterráneo a la hora de rescatar a los migrantes, al tiempo que se pedía implementar los medios públicos de salvamento. Pues bien, el enfrentamiento ha ido subiendo de tono entre los portavoces de Podemos y la vicepresidenta Calvo, que ya se ha convertido en la verdadera 'bestia negra' de Podemos.

Calvo no ha dudado en criticar el comportamiento del Open Arms y de sus dirigentes en esta crisis, hasta el punto de recordarles las sanciones —hasta un millón de euros— y las consecuencias judiciales que su comportamiento podría acarrear. La portavoz de Podemos, Ione Belarra, no dudó en responderla: "Ojalá Carmen Calvo hubiera sido la mitad de dura con Salvini de lo que está siendo con el Open Arms. Equivocar el enemigo es muy peligroso". Pablo Iglesias retuiteó al momento la pulla contra una política a la que consideran en gran parte responsable del fracaso de las negociaciones para la investidura de julio y de las filtraciones interesadas de los documentos que se intercambiaban.

Guiño a Sánchez

En un intento de no dinamitar los puentes de la negociación, Podemos tuvo ayer otro gesto para intentar 'ablandar' a Sánchez: cuando había anunciado que exigiría la comparecencia del presidente en funciones para que explicara la actuación del Gobierno en la crisis del Open Arms —algo que habían exigido en la Diputación Permanente PP y CS, aunque por distintos motivos—, dio marcha atrás y la dirección morada decidió 'salvar' a Sánchez y exigir que fuera Calvo la que diera las explicaciones con la excusa de que había sido ella (y no Sánchez, de vacaciones en Doñana) la que había coordinado la respuesta a la crisis.

Así, con este postrer guiño a Sánchez, se llega a este viernes que marca la entrada en el último mes para negociar un posible acuerdo. En Podemos, insisten en que el pacto alcanzado en La Rioja —donde Podemos investirá a la candidata socialista la próxima semana a cambio de una cartera en el Gobierno regional— demuestra que "la alianza y la negociación de las izquierdas pueden frenar a las derechas". Pero el presidente del Gobierno sigue callando. No tiene ninguna prisa. Exige una investidura sin contraprestaciones y sin sillas en el Consejo para Podemos. Un cheque en blanco a cambio de no ser culpados de la repetición electoral. Estas son, de momento, las cartas para seguir negociando en la reanudación del curso político.

La política española entra en el mes de descuento. En 31 días, el próximo 23 de septiembre, se convocarán elecciones si Pedro Sánchez no logra una mayoría suficiente para ser investido. Y hasta ahora no ha habido ningún signo que permita atisbar la luz del acuerdo al final del túnel de los desencuentros con Pablo Iglesias. La semana termina como empezó: con Podemos llamando al PSOE a negociar y con la formación morada recibiendo la indiferencia del presidente del Gobierno en funciones. Entre medias, un acuerdo en La Rioja que demuestra que ambas formaciones pueden pactar y compartir Gobierno, y un clásico desde la negociación fallida de julio: los ataques a la vicepresidenta, Carmen Calvo.

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