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Sánchez solo logra el apoyo del diputado de Revilla y falla en su primer intento
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124 A FAVOR, 170 EN CONTRA Y 52 ABSTENCIONES

Sánchez solo logra el apoyo del diputado de Revilla y falla en su primer intento

Unidas Podemos finalmente se abstiene para facilitar las negociaciones. A partir de ahora se activa la cuenta atrás de dos meses para nuevas elecciones. En 48 horas, se repite la votación

Foto: Pedro Sánchez, junto con la vicepresidenta, Carmen Calvo, este 23 de julio en el Congreso, tras la votación. (EFE)
Pedro Sánchez, junto con la vicepresidenta, Carmen Calvo, este 23 de julio en el Congreso, tras la votación. (EFE)

La primera respuesta que recibe Pedro Sánchez del Congreso de los Diputados tras las elecciones del 28 de abril es un severo correctivo. Severísimo. Porque pese a que el día grande llegará el jueves 25, la primera medición de temperatura de la Cámara no podía ser más negativa para el PSOE. El presidente en funciones fue tumbado a la primera y solo se pudo refugiar en su grupo y en el apoyo del único diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) de Miguel Ángel Revilla. Unidas Podemos finalmente se abstuvo, en "un gesto más" de distensión pensado para facilitar las negociaciones. La portavoz del grupo morado, Irene Montero, de baja por su próxima maternidad, emitió su voto de manera telemática antes de que los suyos apostaran por la abstención.

El marcador de la primera votación de investidura de Sánchez, este martes 23 de julio, fue contundente: el candidato socialista recibió 124 votos a favor —los 123 de su grupo y el del PRC—, 170 en contra —PP (66), Ciudadanos (57), Vox (24), ERC (14), Junts per Catalunya (4), Navarra Suma (2), Coalición Canaria (2) e Irene Montero (1)— y 52 abstenciones —Unidas Podemos (41), PNV (6), EH Bildu (4) y Compromís (1)—. 346 participaron en la votación, porque cuatro de ellos (Oriol Junqueras, de ERC, y Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, de JxCAT, encarcelados, están suspendidos de su cargo. El aspirante necesitaba mayoría absoluta: 176 escaños. Un listón absolutamente inalcanzable.

En exactamente 48 horas se repetirá la votación, no antes de las 14:25, y entonces bastará la mayoría simple: más síes que noes. Fuentes de Unidas Podemos explicaron que después del debate de ayer, escuchando a Sanchez, estaban más cerca del no y por eso su portavoz votó telemáticamente no. El sufragio, como también indicaban fuentes de la Cámara, se emitió antes del arranque de la sesión, o sea, antes de las 9 de la mañana. "Para darle una oportunidad a las negociaciones y en un gesto más de generosidad hacia el PSOE, finalmente el voto ha sido abstención", añadieron.

Ese escuálido número de apoyos a Sánchez es el menor recibido por un candidato en estos 40 años de democracia. Porque él mismo, en 2016, cuando llevó a la Cámara un acuerdo con Ciudadanos, cosechó 130 votos (y 219 noes), que fueron 131 dos días más tarde porque se sumó Coalición Canaria. En aquel momento, los morados votaron en su contra en las dos ocasiones.

La portavoz morada, Irene Montero, vota no porque su sufragio se emitió telemáticamente antes de las 9 de la mañana, y el viraje de su grupo fue posterior


La primera ronda de esta investidura aún de final incierto comenzó tras las intervenciones de los grupos minoritarios (republicanos, PNV y Mixto) y de la portavoz socialista, Adriana Lastra. A las 14 horas, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, llamó a votación pública por llamamiento, que como indica el reglamento se inicia por sorteo: en esta ocasión, por la diputada socialista Marísol Sánchez Jódar. Unos 25 minutos más tarde, el brutal veredicto. Sánchez se quedaba aislado, con el solitario respaldo de sus socios, la formación de Miguel Ángel Revilla. Ni el PNV ni Compromís evolucionaron al sí porque no hay un acuerdo que sume mayoría.

Foto: Segunda jornada del debate de investidura

"Socios leales"

Esta primera votación de investidura es poco relevante políticamente, porque la vuelta definitiva es la segunda, la que llegará el jueves, pero a efectos constitucionales es la que importa. Porque, como estipula el artículo 99 de la Carta Magna, transcurrido el plazo de dos meses desde esa primera votación de investidura sin un nuevo presidente, las Cortes se disolverán automáticamente y se convocarán elecciones generales. En este caso, ese periodo finalizaría el lunes 23 de septiembre. El martes 24, el Rey firmaría el decreto con el refrendo de Batet y España iría a comicios 47 días después, el domingo 10 de noviembre.

El jueves 25 llegará la votación definitiva, en la que hacen falta más síes que noes. Tras la abstención de UP, se sentía más optimismo en el PSOE

Sánchez, en su último turno de palabra, volvió a pedir "responsabilidad y generosidad" a PP, Ciudadanos y Unidas Podemos para que la legislatura eche a andar. Pero él mismo asumió que podría pasar a la historia por ser el candidato que sufre dos investiduras fallidas. La de 2016 y la de esta semana. "No pierdo la esperanza", indicó el jefe del Ejecutivo, confiando en que en las próximas horas las conversaciones se enderecen.

Pedro Sánchez no logra la investidura en la primera votación con la abstención de Podemos

Sí es verdad que su elección parecía en un principio más complicada hoy, ya que no se ha cerrado ningún acuerdo con Pablo Iglesias. Desde la tribuna, Lastra insistió en que los socialistas necesitan "socios leales", dando a entender que los morados no pasan todavía esa prueba. Pero el diálogo, espetó a UP, exige "ser valientes, ceder y mover los límites" y sería un "error histórico" no conformar un Gobierno progresista.

Sánchez no pierde la esperanza de llegar a un acuerdo de gobierno con Unidas Podemos

Pero quedan 48 horas, sí, y todo puede cambiar. Si algo ha enseñado la política española en los últimos años es que lo que ahora es inmutable, puede cambiar en apenas un instante. Ayer, tras la bronca de Sánchez e Iglesias en el pleno, PSOE y Unidas Podemos se prometieron mano tendida, y este martes las dos fuerzas rebajaron el tono. Lo hizo la vicepresidenta, Carmen Calvo, al insistir en que su partido no se levantará de la mesa y mantiene su oferta. Y lo hicieron los morados, al elegir abstención en esta primera votación de investidura. Un voto en contra habría tal vez complicado más las ya de suyo difíciles negociaciones. Los socialistas, de hecho, respiraban más aliviados después del pleno y muchos diputados y cargos territoriales —Ferraz había pedido a los barones que, en la medida de lo posible, arroparan a su líder, y hoy seguían el debate Susana Díaz (Andalucía), María Chivite (Navarra), Idoia Mendia (Euskadi), Gonzalo Caballero (Galicia), Diego Conesa (Murcia) o el presidente canario, Ángel Víctor Torres— se mostraban más optimistas: entendían que era un gesto claro de acercamiento de posturas. Todo puede suceder.

La primera respuesta que recibe Pedro Sánchez del Congreso de los Diputados tras las elecciones del 28 de abril es un severo correctivo. Severísimo. Porque pese a que el día grande llegará el jueves 25, la primera medición de temperatura de la Cámara no podía ser más negativa para el PSOE. El presidente en funciones fue tumbado a la primera y solo se pudo refugiar en su grupo y en el apoyo del único diputado del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) de Miguel Ángel Revilla. Unidas Podemos finalmente se abstuvo, en "un gesto más" de distensión pensado para facilitar las negociaciones. La portavoz del grupo morado, Irene Montero, de baja por su próxima maternidad, emitió su voto de manera telemática antes de que los suyos apostaran por la abstención.

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