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El Gobierno pide a Iglesias aparcar los "egos" y volver a la "casilla de salida": el programa
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COMPARECENCIA TRAS EL CONSEJO DE MINISTROS

El Gobierno pide a Iglesias aparcar los "egos" y volver a la "casilla de salida": el programa

Celaá defiende con menor vehemencia el Ejecutivo de cooperación por el que apuesta Sánchez y da a entender que está todo abierto, siempre y cuando Podemos se avenga a un acuerdo de contenidos

Foto: La ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, este 12 de julio en la Moncloa. (EFE)
La ministra portavoz en funciones, Isabel Celaá, este 12 de julio en la Moncloa. (EFE)

El Gobierno y el PSOE quieren culminar el giro emprendido en las últimas horas. Mostrar flexibilidad frente a un Pablo Iglesias aferrado a su exigencia de un Ejecutivo de coalición. Por eso reclama "volver a la casilla de salida", hablar primero solo de contenidos que luego ya se verán los nombres. Cambiar de metodología y "despejar a corner" las cuestiones que les separan de Unidas Podemos. Pero ese intento choca con la realidad cruda: las posiciones siguen encalladas y los morados han rechazado la última propuesta, la de incorporar a ministros con carné del partido pero de perfiles técnicos.

La obsesión de los socialistas es, por tanto, forzar a Iglesias a sentarse a la mesa para hablar de programa, y que aparque sus "egos" personales. Ese fue el mensaje fuerza que empleó este viernes la portavoz en funciones, Isabel Celaá, de manera concurrente con la vicepresidenta, Carmen Calvo. La ministra llamó a Unidas Podemos a "superar las desconfianzas" y a ponerse a trabajar ya para que la investidura sea posible en julio.

Celaá comenzó su intervención tras el Consejo de Ministros de este viernes recordando la conversación de ayer jueves entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en la que no hubo avances. Pese a todo, el presidente "lo volverá a intentar" y buscará un nuevo contacto con él. Porque "no es una cuestión de orgullos o de egos personales, es de Estado". De modo que los dos partidos deben primero conversar para "negociar el programa" y después "la composición del Gobierno". Para ello, recordó, el PSOE ha ofredido una propuesta "progresista y abierta" a las aportaciones de los morados —"y no un corta pega", sino una oferta "tremendamente ambiciosa"—, y una vez consensuado ese capítulo tendrá que decidirse luego "quiénes pilotarán las carteras". "Volvamos a la casilla de salida", urgió Celaá.

La portavoz llama primero a "superar las desconfianzas" y a construir primero el edificio sobre la base, las propuestas programáticas


La ministra esgrimió que el PSOE tiene ya un equipo negociador designado, un plan de trabajo y una metodología. "¿Cuándo se ha empezado por los nombres?", preguntó con cierta indignación, dirigiéndose a los morados, que buscan conversar a la vez sobre contenidos y personas. "No se ha visto nunca. Eso no se ha visto nunca. ¿Acaso a la ciudadanía le interesa más el que ocupa la silla que la política que va a hacer? Empecemos por construir el edificio", insistió, para afear a Podemos que en este tiempo no haya puesto a trabajar a un equipo negociador ni haya intercambiado un documento. "Despejemos a córner la X, llevemos fuera aquello que nos separa", clamó. Ese intento de los socialistas de disociar programa y equipos, sin embargo, será infructuoso, puesto que Iglesias busca una negociación "integral" de coalición, en el que los dos elementos importan. Igual que en un partido de fútbol, dijo en TVE, son inseparables la estrategia y la alineación.

Foto: Carmen Calvo conversa con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, el pasado 9 de julio en Madrid. (EFE)

"Ningún veto personal a nadie"

Celaá intentó ser ambigua respecto a qué formato es el que quiere el Gobierno, para hacer que Unidas Podemos entre por el aro y negocie sobre un acuerdo. De ahí que afirmara que los socialistas no ponen "ningún veto personal a nadie" para el futuro Ejecutivo, ni siquiera a Iglesias. "Pero es posible que quien excluye la metodología de trabajo" que propone el PSOE "tenga alguna desconfianza". "¿Cuál es la desconfianza a la hora de aceptar esa metodología? Primero hablemos del qué y después de quiénes pilotan".

Celaá subraya que sí hay aún "razones fundadas" para defender un Gobierno de cooperación, por las diferencias en temas de Estado como Cataluña

De sus palabras, podía colegirse incluso que Sánchez ya no se cierra a una coalición con los morados. La portavoz, de hecho, pese a ser preguntada en reiteradas ocasiones, no lo negó. Tampoco lo hicieron tras la rueda de prensa en la Moncloa fuentes del Gobierno. Si se cierra el programa, esgrimían, todos los horizontes son posibles. Esa ambigüedad calculada es la que ayer se traslucía del mensaje que mandó Ferraz a los periodistas cuando trascendió que el presidente se abría a incorporar a ministros con carné de Podemos pero de perfil técnico: el candidato socialista "valora todos los escenarios".

El Gobierno pide "superar las desconfianzas" a Unidas Podemos

"Primero vamos al proyecto. No voy a despejar quiénes van a entrar finalmente en el Consejo de Ministros, que es lo que gustaría. Eso no me corresponde. Eso corresponde al presidente del Gobierno. Y esa cuestión no se desvelará hasta que no tengamos finalmente un Gobierno". Tras ese gesto de apertura, no obstante, persiste en realidad el rechazo de Sánchez a integrar a ministros de peso político en su Gabinete, porque teme que lo desestabilice. De ahí que esgrima las diferencias con Cataluña y en el resto de cuestiones de Estado —hoy también— como un elemento de dificultad, más allá de que los dos partidos no suman mayoría absoluta.

Y aunque oficialmente no se descarta ya la coalición, Celaá sí dejó claro que la propuesta de Sánchez es la misma que siempre, la un Gobierno de cooperación, porque tiene "razones fundadas" para defenderlo. "Puestos en la estructura, en la institución, que son puestos políticos [en los segundos escalones], no en el Consejo de Ministros", más una propuesta programática y una estrecha colaboración parlamentaria más la posibilidad de articular una comisión de seguimiento de los acuerdos. La portavoz insistió en que aunque hay "mucha cercanía" con los morados en políticas sociales, hay diferencias "de modelo, de mirada" entre los dos partidos sobre cuestiones de Estado y, en particular, sobre el abordaje del conflicto soberanista en Cataluña. Temas que "afectan a la constitución de un Gobierno y a su funcionalidad". "Pero volvamos a la casilla de salida", insistió.

Foto: El presidente del gobierno Pedro Sánchez (i) y el líder de Podemos Pablo Iglesias, durante su última reunión en el Congreso. (EFE)

"Absolutamente a todo"

El PSOE, igual que Podemos, también juega la batalla por el relato. Por eso quiere demostrar que sí se mueve y que está procurando sacar adelante su investidura a la primera. Los "movimientos" que hace el partido, dijo Celaá, son "reales", porque los socialistas no quieren "otras elecciones" para el 10 de noviembre.

Calvo sostiene que Sánchez ha de plantearse todos los escenarios, no solo lo que vaya a hacer él, sino las posiciones de los demás actores políticos

La voluntad de atraer a Iglesias a la mesa también explica la insistencia y la ambigüedad de Carmen Calvo, tanto a primera hora en la SER como después en declaraciones a los medios en San Lorenzo de El Escorial, adonde acudió a impartir una charla en un curso de verano de la Universidad de Complutense. Cuando se dice que el presidente valora "todos los escenarios" se refiere "absolutamente a todo", porque él tiene la "obligación seria y responsable de plantearse todos los escenarios que se puedan dar a partir del lunes 22, todos los que se pueden dar, de qué va a votar cada partido y de cómo nosotros queremos y nos gustaría que esa semana los españoles tuvieran un presidente del Gobierno, que nombre Gobierno y que esté trabajando", informa Europa Press.

Calvo: "Salvo Pedro Sánchez, los demás somos todos prescindibles, yo la primera"

La vicepresidenta en funciones apuntó que Sánchez no tiene "ningún interés en que no haya claridad sobre sus intenciones y posiciones". Pero sí ha de "pensar en lo que van a hacer todos", y no solo él y su partido. Calvo insistió en que se sienten los equipos negociadores, sin tiempo que perder, incluso este fin de semana, para hablar de contenidos, y luego ya "se podrá hablar de otras cuestiones". Los nombres, insistió, no son lo importante. Porque excepto Sánchez, que es el que tiene el encargo constitucional del Rey, todos son prescindibles, incluida ella misma. Otra forma de decirle a Iglesias que ha de pensar echarse a un lado.

Podemos consulta a las bases: ¿Gobierno de coalición o de cooperación?

¿Y ahora, qué? El siguiente paso es "llamar a Podemos" para decirles que los socialistas siguen esperando "su respuesta". Desde el Congreso respondió el secretario de Acción Política de la formación morada, Pablo Echenique: su partido no tendrá problema en sentarse cuando haga falta si el PSOE le informa de que "ya no tiene esa línea roja que nadie entiende de Gobierno de partido único". Hasta entonces, nada. Mucha coreografía de gestos, sí, pero pocos avances tangibles.

La consulta "no tiene por qué dinamitar" las negociaciones

Los socialistas, al menos de puertas para fuera, no quieren creer que la consulta convocada este viernes por Podemos rompa las negociaciones, pese a que las opciones que plantea la dirección de Pablo Iglesias a sus inscritos son muy claras: o apoyan un Gobierno de coalición como él defiende o uno de cooperación como prefiere el PSOE. 

La pregunta a los inscritos es cómo deben votar los diputados de Unidas Podemos en la sesión de investidura. La primera opción es: "¿Para hacer presidente a Sánchez es necesario llegar a un acuerdo integral, programático y de equipos sin vetos donde las fuerzas de coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos?". Y la segunda: "¿Para hacer presidente a Sánchez, ya sea mediante el voto a favor o la abstención, basta con la propuesta del Partido Socialista, es decir, un Gobierno diseñado únicamente por el PSOE, colaboración en niveles administrativos subordinados al Gobierno y acuerdo programático?". Los militantes podrán pronunciarse desde este viernes hasta el próximo jueves. 

Isabel Celaá manifestó primero su "respeto" a la decisión de Podemos, porque cada formación tiene libertad para plantear los referendos que quiera a las bases. Y a continuación señaló que "no tiene por qué dinamitar" las conversaciones entre los dos partidos, aunque sea fácil "prever por dónde irá la respuesta de los inscritos", por la opción primera. Los socialistas, dijo la portavoz, quieren seguir "genuinamente" la negociación para lograr la investidura del 22 de julio, y por eso pidió conversar "sin estorbos, sin destracciones". 

El PSOE, eso sí no "obedece los mandatos" de los inscritos de Podemos, y será este quien tenga que "modular" la respuesta en función de lo que le digan sus bases. 

El Gobierno y el PSOE quieren culminar el giro emprendido en las últimas horas. Mostrar flexibilidad frente a un Pablo Iglesias aferrado a su exigencia de un Ejecutivo de coalición. Por eso reclama "volver a la casilla de salida", hablar primero solo de contenidos que luego ya se verán los nombres. Cambiar de metodología y "despejar a corner" las cuestiones que les separan de Unidas Podemos. Pero ese intento choca con la realidad cruda: las posiciones siguen encalladas y los morados han rechazado la última propuesta, la de incorporar a ministros con carné del partido pero de perfiles técnicos.

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