Sánchez exige a PP y Cs "lealtad" sobre Venezuela a 48 horas de reconocer a Guaidó

España está a menos de 48 horas de reconocer oficialmente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Una situación inédita en los últimos años, en los que siempre se ha asumido como jefe de un Estado a aquel que controlaba los resortes del poder y mantenía el control del territorio. El Gobierno sostiene que ha liderado la posición dentro de la Unión Europea y que ha mantenido una interlocución constante con la comunidad iberoamericana, pero sus planteamientos no han convencido ni a la derecha, que le acusa de tibieza y de llegar tarde al reconocimiento del joven dirigente opositor, ni a la izquierda de Podemos e Izquierda Unida, que demanda diálogo entre las partes y habla de "golpe" contra Nicolás Maduro.

Pedro Sánchez ha venido intensificando en las últimas horas el llamamiento a la oposición, sobre todo a PP y Ciudadanos, para que rebajen sus críticas, porque lo que está sobre el tapete es "política de Estado". Y por eso demanda a ambos "lealtad". Fue claro y enérgico en ese llamamiento este sábado desde Zaragoza, en un mitin que compartió con el presidente de Aragón y barón regional, Javier Lambán; la candidata socialista a la alcaldía de la capital, Pilar Alegría; el aspirante socialdemócrata a la jefatura de la Comisión Europea, el holandés Frans Timmermans, y la diputada en el Congreso por Zaragoza y secretaria de Política Municipal del PSOE, Susana Sumelzo.

El líder del Ejecutivo volvió a reivindicarse, a sí mismo y a su partido, como el ejemplo del "sentido común" y la "moderación" frente a "tres derechas", PP, Ciudadanos y Vox, que "compiten" por ver quién es "más de derechas". "Habría que poner el VAR", ironizó, refiriéndose al sistema de videoarbitraje que se utiliza en el fútbol. "Compiten por ver quién defiende peor la unidad de España", pero esta no se defiende "confrontando territorios y enfrentando a ciudadanos", sino "alineando" los valores de España con la "diversidad territorial" y la igualdad, que es lo que hace el PSOE, dijo, y lo que también hace Lambán, añadió buscando un guiño con uno de los barones más críticos antaño con él. "Hoy mira uno el panorama político español y la moderación y el sentido común lo representa el PSOE y el Gobierno de España", presumió.

"Habría que poner el VAR", dice, para ver cuál de las derechas "es más de derechas". "Compiten" para ver cuál de las tres "defiende peor la unidad de España"

Entonces Sánchez se preguntó "cómo es posible" que las derechas "vayan cayendo en las encuestas" —eso sí lo reflejan los sondeos del CIS, muy denostados desde la llegada a su presidencia del exdirigente socialista José Félix Tezanos—, porque "cada vez que se alejan de la moderación se acercan a la irrelevancia política". Su "proyecto" para España, denunció, es "ir contra el Gobierno, aunque acierte".

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"Llaman renovarse a involucionar"

Y ahí fue donde el presidente introdujo Venezuela durante su discurso. Como hiciera el pasado miércoles en México, junto al mandatario del país, Andrés Manuel López Obrador, recordó que tres presidentes de familias distintas, Emmanuel Macron (liberal), Angela Merkel (conservadora) y él mismo han llegado a pactar una posición común, un plazo de ocho días a Maduro para que convoque nuevas presidenciales y, si no es así, reconocimiento a Guaidó. "¿Por qué lo que es posible en Europa no es posible en España?".

Venezuela, señala "es una cuestión de Estado". "No pido que apoyen al Gobierno, pero sí les exijo que sean leales con el Estado", proclama en Zaragoza

"Es una cuestión de Estado. No pido que apoyen al Gobierno, pero sí les exijo que sean leales con el Estado", gritó enérgicamente ante unos 1.300 asistentes, según la organización. Sánchez se dirigía a Pablo Casado y Albert Rivera, los dos líderes que más han fustigado al Ejecutivo por Venezuela, y a los que también la ministra portavoz, Isabel Celaá, reprochó este viernes su actitud desde la Moncloa.

La ultraderecha a la que mira la derecha

"Algunos llaman renovarse a involucionar", ironizó a continuación Sánchez ante el auditorio, evocando la convención del PP de hace dos semanas, cuando "no se sabía" si los conservadores "se refundaban o fundaban" pero mientras tanto "se fundían con la ultraderecha", creyendo que les saldrá "gratis" y que lograrán "moderarla", cuando lo que les sucederá es que "radicalizarán" sus posiciones, y "la sociedad española no quiere más crispación". El líder socialista apuntó que se podía pensar que España esta al margen del crecimiento de la ultraderecha que se veía en el resto de Europa. Pero no ha sido así. "Ya la tenemos aquí, sabíamos que existía pero ahora es evidentemente visible", avisó, y sus propuestas han hecho ver "lo frágiles que son las cosas y cuánto ha costado conseguirlas".

Timmermans: "Nunca pactaré con la extrema derecha para obtener mi investidura como presidente de la Comisión Europea. Nunca jamás"

Sánchez introdujo en su discurso mensajes que lleva tiempo incluyendo en sus mítines de fin de semana. Que la derecha "ya no quiere ni llegar" a los avances sociales, porque desea dar "pasos atrás", que el Gobierno ha hecho "más por la justicia social" que en ocho años con el PP en la Moncloa, que los partidos que propongan la "exclusión de la mujeres" serán finalmente sacados de la política por ellas. Que los Presupuestos son "buenos para el conjunto de los españoles" y para "el conjunto de los territorios", así que lo único que cabe, a su juicio, es el apoyo o la abstención, no oponerse a su tramitación (en apenas una semana llegará el debate de las enmiendas de totalidad). Y remató, como suele, con la llamada a la movilización, al voto el 26 de mayo.

El discurso de Sánchez se sincronizó con el de Timmermans, en el que fue su primer mitin como candidato en España. "Nunca pactaré con la extrema derecha para obtener mi investidura como presidente de la Comisión Europea —prometió—. Nunca jamás. Nunca seré cómplice de racistas, machistas u homófobos. Os lo puedo garantizar. Nuestro compromiso es con vosotros, no con el poder".

El dirigente holandés, todavía vicepresidente primero del Ejecutivo comunitario, lanzó constantes elogios a Sánchez y al PSOE, partido que es "ejemplo del poder transformador de la izquierda". "Queremos más de este Gobierno porque a la socialdemocracia no nos basta con lo ya conseguido, nuestra obligación seguir luchando por un mucho mejor y para nuestros hijos". Timmermans subrayó cómo España y su Ejecutivo se habían convertido en un "oasis" para el resto de Europa, cómo Sánchez ha "devuelto la ilusión" a la socialdemocracia, cómo ha demostrado que "un socialista no se rinde nunca". Los socialistas, concedió, han sufrido "derrotas duras" en la UE, pero él se niega a "ser pesimista". "Soy holandés. Es decir, testarudo como un aragonés", bromeó en un perfecto castellano.

Lambán alaba el "amor a España" de Sánchez

Timmermans explicó el que será uno de los ejes de su campaña, y que este viernes ya también contaba a los periodistas reunidos en Ferraz: el 26-M se libra una batalla contra los que quieren "destruir Europa" y la culpan de todos los males (la extrema derecha, los populistas), y contra los que aun siendo europeístas no quieren "cambiar nada", ni combatir las "desigualdades e ineficiencias", solo desean "poner el punto muerto" (los conservadores). Los socialistas aspiran a avanzar más, a transformar a Europa, a asumir los "cambios" que el club comunitario necesita "para seguir sirviendo a la ciudadanía". El candidato se dirigió sobre todo a los jóvenes, que quieren "seguridad", un mundo "más justo e igualitario", y las mujeres, momento que aprovechó para remarcar su "compromiso" con el feminismo.

Lambán alerta contra los "viejos demonios familiares": nacionalismos, populismos, xenofobia y, "en España, Vox y el separatismo catalán"

Lambán no tuvo críticas para Sánchez, aunque sí remarcó, y no por casualidad, cuáles son las señas de identidad de todo socialista: lucha por la igualdad, por la libertad y amor por la unidad de España. El presidente del Gobierno desarrolla su labor "en medio de dificultades innegables", pero cuenta con esas "tres virtudes" que para él acreditan esa condición de socialista y que, a su juicio, las cumple "a la perfección": "Pasión por la igualdad, lealtad fuera de toda duda y amor a España fuera de duda también, y en España has pasado a ser una referencia en la UE".

El presidente aragonés hizo referencia asimismo a la irrupción en Europa de los "viejos demonios familiares", los nacionalismos, los populismos, la xenofobia y, "en el caso de España, concretamente a la extrema derecha de Vox y al separatismo catalán", "verdaderas patologías políticas" que por el bien de la unidad del continente habría que "extirpar de raíz por métodos democráticos". Para Lambán, hay que "cortar el paso" a una derecha que, "en su versión más extrema o suave", tiene objetivos similares: la "paulatina supresión de derechos, libertades y la vuelta a la España del blanco y negro".