Podemos implosiona entre acusaciones: "Se acabó tal y como lo conocemos"
Podemos, o lo que queda de esta organización, está en 'shock'. Es la palabra más repetida entre los miembros de la dirección del partido
Podemos, o lo que queda de esta organización tal y como se conocía hasta su quinto aniversario, está en 'shock. Es la definición sobre el estado de ánimo que más se repite entre los miembros de la dirección del partido. Si Podemos ya sufrió un duro golpe con la escisión encabezada por Íñigo Errejón, se ha quedado herido de muerte tras la salida de Ramón Espinar, el líder de la formación en Madrid y una de las personas de mayor confianza de Pablo Iglesias, empujada por la gestión de la crisis interna. Tras el terremoto ha llegado el tsunami.
"Se acabó Podemos tal y como lo conocemos", reconocía otra de las personas más cercanas a Iglesias minutos después de que Espinar presentase la carta de dimisión de sus cargos orgánicos e institucionales. Convocatoria urgente y extraordinaria de un consejo ciudadano estatal, el máximo órgano de decisión del partido entre asambleas, sobre el que críticos y oficialistas coinciden en reconocer que su desarrollo y resultado es una incógnita. "Se acabó el Podemos de Vistalegre II", opina otro miembro de la actual dirección, dejando entrever un debate de calado, una reorganización orgánica en diferentes niveles, con Pablo Iglesias acechado por propios y extraños, y una reformulación más marketiniana que ideológica. Una suerte de Vistalegre III exprés, rápido pero presumiblemente no indoloro.
Hay que evolucionar hacia otra cosa, añaden otros mimetizándose con el marco instalado desde el errejonismo, aunque no compartan ni sus formas ni su ideología líquida. Lo cierto es que la estrategia de la contención para el cierre de filas se ha mostrado infructuosa estos días, con una creciente división interna y un buen puñado de diputados en el Congreso prácticamente situados al margen de la disciplina de partido. Muchos no están en las listas para las próximas elecciones, tras no participar en las primarias, y concurrieron con Errejón en la batalla contra Iglesias de Vistalegre II. Las divisiones que se venían arrastrando en otros territorios, como Cantabria, La Rioja y Navarra, han acabado por convulsionar.
Una decena de líderes territoriales han asumido el timón de forma coordinada y erigiendo una estructura paralela, a la que quieren dar continuidad
Una decena de líderes territoriales han tratado de reconstruir puentes para contener la hemorragia. Incluso han impulsado la denominada 'Declaración de Toledo', cogiendo el timón de forma coordinada y erigiendo una estructura paralela, a la que pretenden dar continuidad, para diseñar una estrategia hasta las próximas elecciones municipales y autonómicas que reduzca al máximo el coste electoral de esta situación. Con el secretario general en Castilla-La Mancha, José García Molina, como maestro de ceremonias, esta iniciativa colegiada ofrece una lectura elocuente sobre el estado de las cosas. Sobre todo, después de que el paso a un lado de Espinar, que intentaba mantener conversaciones discretas con el equipo de Errejón para explorar una candidatura unitaria o, al menos, intentar pactar el desacuerdo y dejar puentes tendidos de cara al día después de las elecciones, se produjese aduciendo que "cuando no tienes margen para dirigir y no compartes el rumbo, te tienes que ir". Asumen el mando de facto y de forma interina.
Sobre la mesa se pone la posibilidad de una refundación, como única tabla de salvación para una fragmentación en múltiples piezas que se ordenaban en el puzle de Unidos Podemos. La duda es si se producirá antes o después de las próximas elecciones del próximo 26 de mayo.
Planean las pulsiones destructivas y no son pocos los que apuestan abiertamente por la ruptura lo antes posible, rechazando el diálogo y cualquier fórmula de transición amable, a pesar de que hasta el propio Errejón evitó dimitir de su asiento en el consejo ciudadano estatal, apostando al menos una de sus fichas a la carta de Podemos. Se rescatan asimismo conflictos pasados para engordar este argumentario, se ponen en cuestión procesos de primarias, como el último celebrado en Podemos Galicia, y se presiona a los errejonistas que han preferido mantenerse alejados del ruido para que den un paso hacia adelante.
Errejón evitó dimitir de su asiento en el consejo ciudadano estatal, apostando al menos una de sus fichas a la carta de Podemos
Los insultos y las descalificaciones entre fundadores del partido a través de las redes sociales, no parecen dejar mucho margen. Algunos de ellos no son reproducibles en estas páginas, otros, como el del diputado y ex secretario político de Podemos Euskadi, Eduardo Maura, quizá resuman mejor la situación: "Deseo lo mejor para Podemos, para Íñigo Errejón, para Manuela Carmena y para el ámbito del cambio político en general. Pero si todo tiene que arder, por favor que arda con Monedero". Del núcleo fundador de Podemos, el denominado G5, formado por Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Luis Alegre e Íñigo Errejón, apenas queda rastro en los órganos de decisión de la formación y, ahora, tampoco en sus inquietudes políticas. Se ha cerrado un ciclo.
Onda expansiva
No se trata solo de una crisis autodestructiva en Podemos. La onda expansiva ha atravesado las paredes de Princesa 2, la sede estatal del partido. El ritmo de los acontecimientos en el seno del denominado espacio del cambio se ha hiperacelerado con imprevistos giros de guion, ultimátums e intercambios de parejas. El terremoto generado por el lanzamiento de la plataforma Más Madrid, encabezada por Íñigo Errejón y Manuela Carmena, ha removido los cimientos del denominado espacio del cambio sacando a la luz un patrimonio de diferentes culturas políticas que vuelven a cobrar vida propia, moviéndose incluso al margen de los designios dictados por sus respectivas organizaciones.
Este fin de semana, plagado de asambleas y encuentros municipalistas, será crucial para su devenir electoral. Unas citas a las que IU Madrid y Anticapistalistas —espacio de la izquierda rupturista formalmente integrado en Podemos— acuden con un preacuerdo y barajando una lista conjunta que plante cara a la de Carmena. En las pasadas elecciones de 2015, IU Comunidad de Madrid se presentó en solitario, mientras que el sector crítico de la organización en la capital, que entonces lideraba Alberto Garzón, se integró en las listas de Ahora Madrid, al igual que Anticapitalistas. Ahora, se intercambian los papeles. El sector crítico al oficialismo de Garzón, en cambio, se inclina por concurrir en las listas de Carmena. Entre ellos el actual tercer teniente de alcalde de IU, Mauricio Valiente, quien fue elegido en primarias para representar a la formación en las próximas elecciones municipales. Carmena cuenta con él para formar parte de su equipo.
'Anticapis' reclama un modelo que polariza con el de Errejón, de corte más transversal. En estos momentos, las dos únicas posturas clarificadas
Los concejales de Ganemos en el Gobierno municipal, que han impulsado el espacio La Bancada, también se inclinan por presentar una candidatura alternativa y reconstruir el espacio del municipalismo frente a los que consideran un proyecto personalista y cada vez menos diferenciado al PSOE. Este mismo jueves, IU Madrid y anticapitalistas celebraban un encuentro y ponían en valor su sintonía iniciando "una ronda de contactos entre delegaciones para compartir análisis políticos ante la nueva situación abierta en la izquierda madrileña". Ambas organizaciones habrían acordado seguir manteniendo contactos en las próximas semanas para continuar compartiendo propuestas tras las asambleas abiertas que tendrán lugar este fin de semana.
A través de un comunicado de prensa consensuado, ambas organizaciones han manifestado su intención de mantener "diálogo con todos los actores políticos y sociales que también apuesten por construir una alternativa rupturista y de transformación social para la ciudad y la región de Madrid". Con este fin, las dos delegaciones han acordado "mantener más encuentros en las próximas semanas para compartir propuestas". El objetivo: "conformar candidaturas amplias y construidas con bases democráticas, participativas y con programas radicalmente transformadores tanto para el Ayuntamiento como a la Comunidad de Madrid". El sector anticapitalista reclama un modelo que polariza con el de Errejón, de corte más transversal. En estos momentos, las dos únicas posturas clarificadas. Acecha la desmovilización del electorado de izquierdas, como ya quedó patente en las elecciones andaluzas, en un contexto de cooperación virtuosa entre PP, Cs y Vox que apuestan por escalar su pacto en Andalucía.
Podemos, o lo que queda de esta organización tal y como se conocía hasta su quinto aniversario, está en 'shock. Es la definición sobre el estado de ánimo que más se repite entre los miembros de la dirección del partido. Si Podemos ya sufrió un duro golpe con la escisión encabezada por Íñigo Errejón, se ha quedado herido de muerte tras la salida de Ramón Espinar, el líder de la formación en Madrid y una de las personas de mayor confianza de Pablo Iglesias, empujada por la gestión de la crisis interna. Tras el terremoto ha llegado el tsunami.