Sánchez reclama 12 años para asentar su proyecto político y apela al "realismo"

Pedro Sánchez no quiere ser un presidente del Gobierno efímero. Aterrizado en La Moncloa por "accidente" y con billete de vuelta a Ferraz en apenas meses. El líder socialista pone las luces largas, subraya que su "objetivo" es la "justicia social" y su "horizonte" temporal es 2030, que gobierna con "coherencia", con "ambición", pero también con "realismo", sabiendo qué puede hacer y qué no. Es su balance, lleno de luces, vacío de sombras —actitud común, por otra parte, en los dirigentes políticos—, de sus primeros 100 días en el poder.

El presidente decidió celebrar la superación de ese hito temporal en Oviedo. Protagonizar allí su primer acto de partido desde que ganó la moción de censura. Asturias, la tierra de su vicesecretaria general y mujer de la máxima confianza, Adriana Lastra, y la que se convirtió en un talismán en su batalla de las primarias. Sánchez repasó los principales hitos de su Ejecutivo y adelantó los grandes ejes de "transformación" que se fija de cara a los años venideros. Porque está convencido de que los españoles le otorgarán la confianza... cuando convoque elecciones, carta que aún mantiene reservada, si bien ya ha deslizado que la utilizará si no logra disponer de unos nuevos Presupuestos.

Sánchez subrayó que son cuatro las guías que inspiran su forma de hacer política: "Coherencia, diálogo, ambición y realismo". Así se defendía de quienes le acusan de dar bandazos o de rectificar continuamente, insistía en su política de distensión (sobre todo con Cataluña), y venía a reconocer que no podrá hacer todo lo que había prometido. Por eso, el presidente, sobre todo para tranquilizar a los suyos, se mostró comprensivo con quienes quieren que el Gobierno "haga todo en menos de dos años". Pero no puede porque solo tiene 84 escaños. "No hay una mayoría para derogar la reforma laboral, pero sí la hay para eliminar los elementos más lesivos", tampoco la hay, indicó, para aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica, pero el Ejecutivo sí "trabajará y luchará" para que se renueve cuanto antes y se compromete a mejorar los recursos de comunidades y ayuntamientos. "No habrá mayoría en el conjunto de la UE" para hacer un "enfoque integral" sobre el reto migratorio, pero eso "no significa que el Gobierno no actúe como vanguardia", alegó.

En esta legislatura lo que vamos a hacer es sentar las bases de la gran transformación que necesita y exige España hasta 2030

"Coherencia, diálogo, realismo y ambición. Y a los que dicen que esto es poco menos que un accidente, que volverán los conservadores a gobernar... Les digo que en esta legislatura vamos a sentar las bases de la gran transformación que exige España hasta 2030. Eso es lo que quiere el PSOE y el Gobierno", remarcó.

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"Entró la esperanza"

Sánchez sintetizó con dos palabras su labor en el Ejecutivo: "Justicia social". Es lo que quiere construir el Gobierno, la "ideología" que une a todos los socialistas. "Nuestro objetivo es la justicia social y el horizonte, es 2030. Esa es la propuesta que hacemos al conjunto de los ciudadanos", verbalizó, haciendo ver de nuevo que su proyecto mira al futuro, y no solo a las siguientes elecciones.

Sánchez enfatiza su decisión de sacar a Franco del Valle: este Ejecutivo tiene "urgencias democráticas" y "ya iba siendo hora" de que se le exhumara

Son cinco los ejes de la "gran transformación" que el PSOE busca hasta 2030, expresó. El primero, la educación: la reversión de los recortes, la potenciación de la enseñanza del inglés, la digitalización, la bajada de la ratio de alumnos por aula. Dos, la formación profesional, las políticas activas de empleo. Tres, la garantía de una sanidad "digna, equitativa, con recursos económicos suficientes". Cuatro, el medio ambiente y el camino hacia la transición ecológica. Y cinco, las pensiones: la actualización de las prestaciones conforme al IPC y la resolución del agujero en las cuentas de la Seguridad Social.

Sánchez glosó las medidas adoptadas en sus primeros cien días de gobierno, tarea en la que le ayudaron previamente tanto Lastra como el líder de los socialistas asturianos y candidato a la presidencia del Principado,Adrián Barbón. La configuración de un Gobierno "feminista", ecologista y "europeísta", el fin de una RTVE "manipuladora", de los "recortes indiscriminados", de la "parálisis y el bloqueo parlamentario", de la "asociación tóxica de corrupción y política"; la restitución de la sanidad universal, la próxima reversión de los recortes educativos o el impulso a una "transición energética justa y dialogada", la apuesta por una política migratoria "con derechos humanos". "Hace cien días, del Gobierno salió la resignación y entró la esperanza, y gracias a ello el cambio ya no es una posibilidad, sino que ha empezado a ser una realidad", remachó.

El Gobierno sabe que el crecimiento va a ser robusto en los próximos meses y que se va a crear empleo con intensidad

El presidente se comprometió con políticas económicas que permitan un crecimiento "robusto". El tipo de crecimiento, indicó, que se mantendrá en los próximos meses, pese a los síntomas de desaceleración. "Yo quiero confirmaros que este Gobierno sabe que el crecimiento económico va a ser robusto durante los próximos meses y que se va a crear empleo con intensidad para crear las oportunidades que necesita mucha gente joven en nuestro país", comprometió.

Llamamiento a la movilización electoral

"Y sí, somos un Gobierno con algunas urgencias democráticas, y después de 40 años ya iba siendo hora que se aprobara un real decreto ley para exhumar al dictador de Valle de los Caídos", señaló, para enlazar con su compromiso con la recuperación memoria histórica y tocar la fibra sensible de la salida de Francisco Franco de su mausoleo.

Sánchez evoca su anterior paso por Asturias, cuando había sido defenestrado y nadie daba un duro por él, y agradece su confianza a Lastra

El de este domingo en Oviedo era también el primer acto de precampaña de las municipales, autonómicas y europeas de mayo de 2019. Sánchez hizo un llamamiento a la movilización de esos comicios "muy importantes" para el PSOE, en los que cree posible volver a ser primera fuerza, porque cuantos más alcaldes y presidentes tenga el partido "más fuerte" será el cambio. El presidente pidió a los suyos que sean conscientes de la "enorme responsabilidad" que tienen los socialistas porque es el único de los cinco grandes países de la UE —con Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, que saldrá de la Unión el año que viene— en el que la izquierda dirige el Ejecutivo central.

Sánchez evocó que hace menos de dos años él estuvo en Asturias. En El Entrego, en la cuenca minera. Había sido defenestrado por su partido, y comenzaba una peregrinación por España en la que nadie daba un duro por él. "Surgió una vez en El Entrego y en otros sitios, diciendo que no, que no nos resignábamos, que el futuro lo escribíamos nosotros, y hoy quien gobierna España es el cambio".

Allí, en Asturias, Sánchez mitineó ante unas mil personas, pero no tenía estructura detrás, un aparato. Nada. Le acompañaban Lastra y Barbón. Ambos. Por eso el presidente agradeció a la diputada asturiana y actual número dos del PSOE y portavoz parlamentaria que hubiera creído siempre en él. Ella es "un orgullo" para todos sus compañeros, una "extraordinaria vicesecretaria general". Y Barbón será un "extraordinario presidente" del Principado. A Wenceslao López, alcalde de Oviedo, le agradeció que hubiera anunciado apenas minutos antes que optará a la reelección como regidor de la capital asturiana. Al acto no acudió el todavía jefe del Ejecutivo regional, Javier Fernández, muy distanciado de Sánchez, pero sí los barones de Galicia y Cantabria, Gonzalo Caballero y Pablo Zuloaga.

Lastra asentía agradecida. Antes había expresado su "orgullo" del PSOE y de país gracias al presidente y a su Gobierno. Durante su intervención, la número dos acusó a "la derecha", a PP y a Ciudadanos, de alentar un "discurso xenófobo y populista". "Y nos van a tener enfrente. Han intentado utilizar a las víctimas de ETA, y no cuela ya. También lo vamos a combatir. También nos han acusado de romper España, cuando somos los garantes de la vertebración territorial del país". Barbón recordó la "emoción" de aquel acto en El Entrego, y cuánto de "icónico" tiene que el hombre que abandonó su escaño para no hacer a Mariano Rajoy presidente fuera el que, año y medio después, lo sacara de La Moncloa. Y de eso han pasado cien días ya.