Una mujer opta a romper el techo de cristal de los jueces decanos

Los jueces de Madrid votan este jueves para elegir a su nuevo decano. O decana. Por primera vez en muchos años una mujer tiene firmes opciones de asumir la organización del partido judicial más importante de España. La magistrada María Jesús del Barco opta a romper el techo de cristal que ha impuesto que, por ejemplo, solo haya dos decanas con dedicación exclusiva en todo el territorio nacional, a cargo de Barcelona y Palma, de un total de ocho.

Esto ocurre pese a que en los órganos unipersonales madrileños las mujeres son mayoría. Representan el 60% aproximadamente del total. No obstante, tardan más en llegar a determinados cargos. Un simple vistazo a los datos indica, por ejemplo, que en el Supremo son 10 frente a 78 varones; en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, 177 en comparación con 313 hombres: solo una presidencia está en manos femeninas.

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Las mujeres representan el 52% de la carrera y la media de edad es de 48,6 años en las mujeres y de 53,7 años en los hombres. Ese dato contrasta con este otro: la antigüedad media de la carrera es de 18 años para ellas y 22,3 años para ellos. Las juezas continúan superando con creces a sus compañeros en la solicitud de excedencias por cuidado de hijos.

Del Barco, miembro de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), se presenta al puesto que ocupó otra mujer antes que ella. Manuela Carmena, la alcaldesa de la capital, fue elegida decana de Madrid en 1993. La votación a la que concurre está en manos de sus compañeros, los miembros de la carrera que ejercen en la capital y que comenzarán a depositar sus papeletas pasado el mediodía. Al puesto opta, junto a Del Barco, el magistrado del Juzgado de Primera Instancia 86 de Madrid, Ignacio de Torres. La súbita retirada del hasta esta semana decano, Antonio Viejo, que ha sido nombrado secretario general de Justicia, ha reducido las opciones a estos dos candidatos, ambos con méritos más que sobrados para acceder al cargo.

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La jueza ejerce desde enero de 2010 la dirección del Juzgado de Primera Instancia 4 de Madrid. En su programa, difundido a sus colegas, destaca la degradación de las condiciones profesionales en los últimos años, fruto de un abandono de la Justicia que se vive como un mal endémico del sistema. Madrid es, además, especial por su elevado grado de litigiosidad que no se ha subsanado con un aumento de los órganos judiciales de respuesta. Más trabajo y los mismos jueces.

Muy crítica con la gestión de la Comunidad de Madrid, reivindica la evidente insuficiencia de medios personales y materiales, las lamentables condiciones de muchos de los edificios donde se imparte Justicia y el lastre de un sistema informático obsoleto que entorpece cuestiones que deberían ser tan básicas como poder tomar declaraciones a testigos o acusados a través de videoconferencia. Valora especialmente la labor de Viejo en estos últimos cuatro años, también muy combativo con estas carencias, y prevé impulsar encuentros para detectar los puntos negros que requieran intervención prioritaria.