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El 'vacío legal' de la Justicia: mayoría de juezas, pero pocas en puestos de mando
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EN EL CONSTITUCIONAL SOLO HAY UN 4% DE MUJERES

El 'vacío legal' de la Justicia: mayoría de juezas, pero pocas en puestos de mando

Alrededor de un 53% de los jueces españoles son mujeres y, sin embargo, los puestos de libre designación siguen estando liderados por hombres

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Ser jueza, hasta 1966, estaba prohibido. Se consideraba un trabajo contrario "al sentido de la delicadeza consustancial de la mujer" y con esta excusa se negaba el acceso de las mujeres a la carrera judicial y fiscal. Hoy, ellas son mayoría y representan un 53% de los jueces y magistrados en activo. Sin embargo, su presencia en los cargos de poder es mínima, ahí siguen dominando ellos, en especial en las instancias más altas, como el Tribunal Supremo, donde en 206 años de existencia nunca ha habido una mujer presidenta, o el Constitucional, donde solo hay un 4% de presencia femenina.

María Jover, una de las primeras juezas de España, aprobó la oposición en 1972, con 27 años cuando la presencia femenina era prácticamente nula. "En el juzgado, abrían los ojos y los hombres me miraban desconcertados, pero sin llegar a ser alguna actitud de rechazo", explica. Ahora los datos han dado la vuelta a la tortilla y, aun así, la "sorpresa" por encontrarse a una mujer con toga sigue vigente. Helena Gil, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Granollers (Barcelona), aprobó la oposición hace siete años, pero sigue viviendo situaciones similares. "Cuando entro en sala o en alguna declaración, sobre todo con la gente de la calle, hay algunos que se piensan que el funcionario es el juez y no yo", cuenta a El Confidencial.

Cuando entro en sala o en una declaración, se piensan que el funcionario es el juez y no yo

Y eso que España se ha convertido, desde la transición, en un país de juezas. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, a 1 de enero de 2018, hay 2.858 juezas en activo, un 53,2% de mujeres, el mismo porcentaje que los hombres representaban hace exactamente 10 años.

Entre los abogados y procuradores no se duda. "Cuando entro al juzgado ya no pregunto por el juez, sino directamente por la jueza", dice a este diario un letrado. Las mujeres dominan claramente en la primera instancia y la instrucción (un 66, 3%), en los juzgados de violencia contra la mujer, donde suponen un 71,4%, los de menores (63%) y los juzgados de lo penal (61,8%).

La situación cambia en los órganos centrales, donde las mujeres continúan siendo minoría. En el Tribunal Supremo, las mujeres suponen el 14,5% de sus magistrados, y nunca una mujer ha presidido el Alto Tribunal, en la Audiencia Nacional, el 38,5% y en el Constitucional, apenas un 4%. En este último, desde su creación en 1980 solo 6 magistradas han formado parte del órgano que interpreta nuestra Carta Magna.

"Es una anomalía democrática tener un Constitucional con solo dos mujeres en activo", dice Gloria Poyatos, presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas. Y más teniendo en cuenta que las mujeres son mayoría en la judicatura y que es la propia Constitución la que avala el principio de igualdad.

Poco acceso a los cargos de libre designación

El motivo del acusado descenso de mujeres en estos cargos no se puede precisar, aunque las juezas consultadas creen que su condición puede afectar a la hora de acceder a cargos que no dependan únicamente de criterios objetivos.

"En los cargos judiciales de libre designación hay más hombres que mujeres, posiblemente porque se presente un mayor número de hombres a los mismos, o que se otorgue mayor preferencia a estos para desempeñarlos, frente a las juezas y magistradas. Aunque no me gustaría pensar que así fuera", explica la jueza María Jover, que cree que la situación en la carrera judicial "resulta sorprendente y hasta se podría tildar de machista". "Hay mujeres extraordinarias que deberían estar en mayor número en las altas esferas judiciales. Sería muy enriquecedor y estoy segura que el número de mujeres en el Constitucional va a aumentar", afirma.

A pesar de los datos, hay quien sigue justificando esta falta de mujeres en los órganos superiores por la falta de magistradas con experiencia. Algo con lo que no están de acuerdo desde asociaciones como Jueces y juezas para la Democracia o la Asociación de Juezas de España, a la que también pertenece Helena Gil. "Es posible que durante los primeros años de nuestra democracia existiera un problema de falta de mujeres en la carrera judicial (no accedimos a la judicatura hasta 1977) pero esto ya no sucede hoy en día", asegura.

Gil también reprueba las palabras del ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien excusó la decisión del Partido Popular de no presentar ninguna mujer como candidata al Tribunal Constitucional en febrero de 2017 argumentando que no puede haber más mujeres en el Tribunal constitucional porque "se necesitan perfiles seniors difíciles de encontrar entre las mujeres", y le responde: "Resulta que Tomás y Valiente, un gran jurista, llegó al Tribunal Constitucional con 48 años, López Guerra con 39 años y Gimeno Sendra con 40 años. En estas franjas de edad las mujeres representamos más del 60% de la carrera judicial”. Y así lo certifica este gráfico.

Protagonistas en la primera instancia

Al final, la gran mayoría de las mujeres que acceden a la judicatura se concentran en juzgados de Primera instancia e instrucción, en los juzgados de lo penal y en los específicos contra la violencia de género, en el que las mujeres ya son más del 70%. Las togadas consultadas explican que "los órganos unipersonales son propios de primer destino", una franja de edad en la que hay mayoría de mujeres. Algo en lo que también influye que, según Helena Gil, los criterios legales para acceder a órganos como el TS o el TC hay "criterios aparentemente neutrales pero discriminatorios en la práctica para las mujeres, tales como experiencia en docencia, antigüedad, formación". "Las pocas posibilidades de ser nombradas desincentivan en la práctica la candidatura de mujeres a estos puestos", asegura. Además, explica que "algunas mujeres optan por quedarse en la localidad de su primer destino tras fijar allí su estabilidad personal y familiar, priorizando la conciliación a la carrera profesional".

Primera instancia e instrucción, penal y en los específicos contra la violencia de género son los juzgados donde existe mayoría femenina

En cuanto a esta asignatura pendiente en la Judicatura, desde las asociaciones de jueces y juezas intentan que se fijen unas cargas máximas de trabajo y asuntos que puede conocer un magistrado en paralelo. Gil explica que desde la judicatura llevan "años de retraso en esta materia" y las asociaciones judiciales tienen "pendiente un conflicto colectivo" en el que demandan, entre otras cuestiones, "la fijación de unas cargas máximas de trabajo". Algo que "favorecería la conciliación y la salud de todos los integrantes de la Carrera Judicial".

Machismo entre jueces

Las juristas con las que ha contactado este diario nos relatan hechos que no están exentos de ser catalogados como machistas. Y Gil lo atribuye a un mismo dilema social generalizado "del mismo modo que hay machismos en la sociedad, lo hay en la judicatura. No vivimos aislados y nos afectan como jueces y juezas los mismos problemas que al resto de personas".

Jover explica que cuando ejercía las actitudes machistas provenían más de la "la gente corriente" donde se apreciaba, dice "un cierto paternalismo", que entre sus compañeros, donde "prácticamente" no apreció "machismo". A su vez, Gil relata cómo se la pregunta "a menudo" y sin "ningún tipo de discreción" si tiene pensado tener hijos y destaca los frecuentes comentarios sobre su aspecto o actitud, que no viven sus homólogos masculinos. "Las mujeres no solemos hacer esos comentarios a los hombres. Son situaciones similares a las que puede vivir cualquier mujer, supongo que un tipo de micromachismo asumido".

Gil alega la necesidad de implantar medidas como, por ejemplo, el sistema de cuotas, "eficaz para reducir las desigualdades en muchos ámbitos". "Nos hemos acostumbrado a las 'listas cremalleras' de partidos políticos, ejecutivos nacionales o autonómicos paritarios. Si asumimos esto en las más altas instancias de gobierno, ¿por qué no aceptarlo en la judicatura?". "Nos queda todavía mucho por hacer". Entre otras cosas, acabar con este vacío legal que la Justicia aún no ha resuelto.

Ser jueza, hasta 1966, estaba prohibido. Se consideraba un trabajo contrario "al sentido de la delicadeza consustancial de la mujer" y con esta excusa se negaba el acceso de las mujeres a la carrera judicial y fiscal. Hoy, ellas son mayoría y representan un 53% de los jueces y magistrados en activo. Sin embargo, su presencia en los cargos de poder es mínima, ahí siguen dominando ellos, en especial en las instancias más altas, como el Tribunal Supremo, donde en 206 años de existencia nunca ha habido una mujer presidenta, o el Constitucional, donde solo hay un 4% de presencia femenina.

Tribunal Supremo Audiencia Nacional
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