El dilema de las renuncias empresariales (y salariales) de los 'ministrables' de Feijóo
Varios de los nombres más sonados para ocupar un sillón en el Gobierno si el PP gana afrontan la disyuntiva de alcanzar un puesto de máximo poder público o mantenerse en un discreto segundo plano con suculentos honorarios del sector privado
Alberto Núñez Feijóo, al que las encuestas dan favorito para gobernar España tras las elecciones generales del 23-J, ha dado algunas pistas, pero no desvelará cuáles son las personas que pretende que le acompañen en su nuevo Ejecutivo en el caso de que se cumplan los pronósticos.
Pero eso no ha impedido que en los mentideros de Madrid y también en los medios de comunicación se estén barajando los nombres de los 'ministrables' de Feijóo. En caso de que les suene el teléfono después de los comicios, algunos de ellos tendrán que afrontar un dilema: aceptar el ofrecimiento del eventual presidente gallego para ocupar uno de los puestos de máximo poder que existe en España o mantener las remuneraciones que actualmente reciben de grandes empresas, lo que les permite, además, estar en un segundo plano mucho más discreto y con una responsabilidad y desgaste muy inferiores.
Este es el caso, por ejemplo, de Fátima Báñez, que aparece como una de las posibilidades más ciertas entre las quinielas para volver al Consejo de Ministros. La que fuera ministra de Trabajo con Mariano Rajoy, actualmente, cuenta con un salario como ejecutiva de la CEOE, puesto que complementa con su participación en los consejos de administración de Laboratorios Rovi y Avangrid, la filial de Iberdrola en EEUU.
El diario La Razón publicó que Báñez cobraba 240.000 euros de CEOE, que optó por no revelar la remuneración. Además, se lleva unos 80.000 euros al año como consejera independiente de Rovi y otros cerca de 140.000 euros anuales por las dietas de su participación en los consejos de la división americana de la eléctrica, según consta en documentación oficial. Una suma que dista mucho de los 80.000 euros brutos anuales que cobra un ministro por una dedicación exclusiva al cargo y siempre bajo la fiscalización y el escrutinio de la opinión pública.
Una disyuntiva similar podría tener Íñigo Fernández de Mesa. Es presidente en España de Rothschild, vicepresidente de CEOE al mando de su servicio de estudios, senior advisor en Altamar Cam Partners y consejero independiente de Scottish Power. Compatibiliza cuatro altos cargos sobre los que no se da información pública, pero que en el sector se considera que en suma no baje del medio millón de euros, por lo que volver a la política tendría un alto coste económico para este ejecutivo que ya fue secretario de Estado con Rajoy.
Otra de las que también suena en las quinielas, que ya fue ministra, pero que también suena como ministrable de Feijóo pese a no estar en las listas electorales es Isabel García Tejerina. La extitular de Medioambiente es consejera independiente de Iberdrola. Casi 300.000 euros al año por asistir a los consejos y comisiones de la cúpula de la eléctrica. Y por si esto fuera poco, compatibiliza su puesto con el de senior advisor en EY, una de las grandes Big Four, un cargo que en el sector creen que no baja en el peor de los casos de 55.000 euros. De nuevo, tendría que renunciar a muchos ingresos por intensificar con fuerza la carga de trabajo.
Sin salir de esta misma big four, EY, aparece Marta Fernández Currás. La que fuera secretaria de Estado de Presupuestos con Rajoy y consejera con Feijóo en Galicia, trabaja como socia especializada en impuestos y sector público para dar asesoramiento a los grandes clientes de la firma de servicios profesionales, entre los que también está la propia Administración pública. En este caso, fuentes del sector creen que los emolumentos rondan los 300.000 euros, aunque el salario es muy variable en función de si se consigue o no clientes y, por tanto, ingresos para la compañía.
Hay otros nombres que se vinculan a Feijóo y se cree que ahora podrían acompañarle a nivel nacional. Ahí suena la gallega Rosa Sánchez Yebra, ex secretaria general del Tesoro en la época de Rajoy. Si asumiera un cargo en una hipotética nueva administración liderada por su paisano, tendría que renunciar a los consejos de administración de Abanca y Pharma Mar. Las dietas que cobra por asistente un miembro del consejo del banco gallego rondan los 190.000 euros, mientras que por sentarse en la cúpula de la farmacéutica gallega los honorarios están holgadamente por encima de 100.000 euros. Unas cantidades, solo por ir a consejos que se celebran como máximo una vez al mes, muy superiores a las que cobra un ministro o un secretario de Estado por dedicación plena.
Por las pocas pistas que ha dado Feijóo para su ministro de Economía, los analistas políticos han ido descartando algunos nombres, como los de Luis Garicano o Luis de Guindos, y sin embargo, han ido poniendo encima de la mesa otros con dudas de que aceptaran el cargo, como los de Pablo Isla o José Manuel González-Páramo.
El que fuera primer ejecutivo de Inditex, la cotizada más grande de España hasta el pasado año, es ahora consejero de la francesa Nestlé, lo que le reporta casi 700.000 euros al año por asistencias al máximo órgano de decisión en calidad de independiente o Berterlsmann, una compañía alemana de primer nivel. A lo anterior hay que añadir su puesto de presidente del consejo asesor del comité internacional del IE o su designación como senior advisor de General Atlantic. Quizás demasiados incentivos económicos como para aceptar un puesto de mucho desgaste en todos los sentidos, también el reputacional, que supone ser ministro.
Algo similar ocurre con José Manuel González-Páramo. El que fuera alto ejecutivo del Banco Central Europeo y primer español con alto rango en dicha institución, para posteriormente ostentar puestos de responsabilidad en BBVA, sigue siendo asesor para ese banco y es consejero independiente en Abanca. Asistir y participar en los consejos en la entidad liderada por Juan Carlos Escotet le reporta casi 200.000 euros al año.
Hay más nombres que ya trabajaron con Feijóo que en las especulaciones del Madrid financiero aparecen, como el caso de Beatriz Mato. La que fuera su conselleira de Medioambiente hasta 2018 pasó posteriormente al consejo de Greenalia, una firma de desarrollo de renovables con sede en Galicia. Además, también es consejera de Gestagua, firma propiedad en última instancia del fondo de capital riesgo sueco EQT y que se dedica a la gestión del agua en diversos municipios.
También ha sonado, aunque de forma más tenue, la figura de José María Abad, un académico experto en energía que podría ocupar puestos de responsabilidad en su futura cartera energética. Quizás porque Abad está en el think tank del PP, Reformismo 21, liderado por Pablo Vázquez. Abad fue nombrado consejero de Red Eléctrica, rebautizada como Redeia, a propuesta del PP. Su larga trayectoria y currículo exitoso le permitió entrar en un consejo donde cobra 175.000 euros al año. Compatibiliza esta tarea con la de docente en IESE o asesor de finanzas y macroeconomía para grandes consultoras como Oliver Wyman.
Con este panorama, habrá que ver cuáles son las designaciones finales de Feijóo y si al final hay elegidos entre estos ministrables vinculados a esta tupida red empresarial de compañías que operan en sectores estratégicos como la energía, las finanzas, el agua, la alimentación o los medicamentos.
Alberto Núñez Feijóo, al que las encuestas dan favorito para gobernar España tras las elecciones generales del 23-J, ha dado algunas pistas, pero no desvelará cuáles son las personas que pretende que le acompañen en su nuevo Ejecutivo en el caso de que se cumplan los pronósticos.
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