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La 'vendetta' fría de los Nadal contra el banquero discípulo de Luis de Guindos
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la historia del veto a íñigo fernández de mesa

La 'vendetta' fría de los Nadal contra el banquero discípulo de Luis de Guindos

El ministro de Energía ha vetado el fichaje de Fernández de Mesa como consejero de una filial de Iberdrola en represalia por su negativa a facilitar la salida de su hermano Alberto al Banco Mundial

Foto: El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. (EFE)
El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. (EFE)

Luis de Guindos se despidió por adelantado el pasado martes como ministro de Economía en una rueda de prensa en la que se autodefinió como un “economista que ha trabajado en política”. Una descripción que, pese a ser subjetiva, puede acercarse mucho a la realidad. Efectivamente, y sin entrar en los detalles del cómo, durante su gestión la economía española pasó de estar al borde del colapso a crecer un 3% y ser la más dinámica de Europa. Pero durante estos seis años ha adolecido de la mano izquierda que se le supone a un político profesional. Las heridas que ha dejado el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) por el camino aún supuran.

Una de ellas es la cicatriz abierta con los hermanos Álvaro y Alberto Nadal, ministro de Energía y secretario de Estado de Presupuestos, respectivamente, con los que vivió una tensión permanente de la que aún quedan rescoldos. Y es que los chicos de Cristóbal Montoro no olvidan ni perdonan cuando Guindos les impidió aspirar al cargo de director geneRal del Banco Mundial, en el caso de Alberto, en ese momento secretario de Estado de Energía, quien en 2016 había planeado con su mujer, Eva Valle, directora general de la Oficina Económica de Presidencia, dejar las fontanerías de Moncloa y ascender al citado cargo, él, y al Fondo Monetario Internacional, ella.

Guindos coló su propuesta con nocturnidad, un 2 de septiembre, dos minutos después de que Rajoy perdiese la votación para ser investido presidente

Pero el ministro de Economía no estaba por la labor de facilitar el traslado del matrimonio. Al contrario, puso reticencias y, pese a que ambos habían presentado oficialmente sus candidaturas, el Ministerio rechazó finalmente sus solicitudes. Para más afrenta, el flamante vicepresidente del BCE sugirió y auspició el nombre de José Manuel Soría, el exministro de Industria que tuvo que abandonar su cartera tras el escándalo de los papeles de Panamá.

Guindos coló su propuesta con nocturnidad, un 2 de septiembre, viernes noche, dos minutos después de que Rajoy perdiese la votación para ser investido presidente. El objetivo era que la prensa, ocupada en el desgobierno del Congreso de los Diputados, no la oliera. La guerra llegó a tal nivel que tuvo que intervenir hasta Mariano Rajoy, quien finalmente invitó al político canario a que renunciase a sus aspiraciones. Un escándalo que puso de manifiesto las rencillas entre los dos bandos de los ministerios más importante del Gobierno.

El que firmó la negativa de Alberto Nadal fue Íñigo Fernández de Mesa, secretario de Estado de Economía y mano derecha de Guindos, que dejó el puesto en noviembre de 2016 para fichar apenas unas semanas más tarde como asesor de Rothschild. Fernández de Mesa, casado con una heredera de El Corte Inglés, fue nombrado a los siete meses presidente no ejecutivo de la institución financiera. Pero el banquero, de reconocida experiencia en situaciones difíciles, quería más. Y aceptó de buen grado la petición de Ignacio Galán de formar parte del consejo de administración de Scotish Power, la filial británica de Iberdrola, una compañía que suele remunerar de forma generosa a sus consejeros (una media de 450.000 euros, como bien sabe Ángel Acebes).

placeholder Foto de archivo de Íñigo Fernández de Mesa. (EFE)
Foto de archivo de Íñigo Fernández de Mesa. (EFE)

Sin embargo, para que Fernández de Mesa tuviera asiento en la filial de la eléctrica vasca necesitaba la autorización del Ministerio de Energía, dirigido por Alvaro Nadal, ya que la ley de incompatibilidades impide a un ex alto cargo del Gobierno acceder a una empresa privada sobre la que haya tenido algún tipo de influencia. El hermano de Alberto podía haber mirado realmente para otro lado porque el trabajo del banquero se ceñía solo a los negocios de la eléctrica en el Reino Unido, país sobre el que no adoptó ninguna decisión en su etapa como secretario de Estado.

De hecho, había numerosos antecedentes, como el fichaje de Elena Salgado por una filial chilena de Endesa apenas tres meses después de dejar el Gobierno, el de la propia Salgado por Abertis, el de Pedro Solbes por Enel; el de Eduardo Zaplana por Teléfonica, o el nombramiento de Miguel Ángel Roldán, ex director general del Banco de España, como presidente de la patronal de la banca. Tal fue el desfile de las puertas giratorias, que Rajoy, a petición de Guindos, cambió la ley de incompatibilidades y aumentó a dos años el periodo obligatorio de barbecho.

Y 'los Nadales’ han aplicado a rajatabla la citada norma a Fernández de Mesa, que hasta noviembre de este año no puede ocupar cargo alguno en ninguna empresa sobre la que tuviese alguna incidencia. Pese a que la Oficina de Conflictos de Intereses podía haberse acogido a cualquiera de las cláusulas liberatorias típicas de estos casos, el Gobierno le ha prohibido sumar un nuevo galón a su bolsillo. Le ha vetado con autoridad y aparentes grandes dosis de rencor.

Fernández de Mesa no puede ocupar cargo alguno en ninguna empresa sobre la que tuviese alguna incidencia hasta noviembre de 2018

Lo curioso es que el nombre del banquero suena ahora para suceder a Guindos como ministro de Economía, una designación que Rajoy utilizaría para equilibrar el peso de los hermanos en el Ejecutivo. Al directivo no le apetece nada, pero será difícil decir no a todo un presidente del Gobierno que aún debe negociar con Bruselas los grilletes que todavía atan a España por el rescate en forma de "crédito en condiciones ventajosas" que pidió el nuevo vicepresidente del BCE allá por 2012.

Luis de Guindos se despidió por adelantado el pasado martes como ministro de Economía en una rueda de prensa en la que se autodefinió como un “economista que ha trabajado en política”. Una descripción que, pese a ser subjetiva, puede acercarse mucho a la realidad. Efectivamente, y sin entrar en los detalles del cómo, durante su gestión la economía española pasó de estar al borde del colapso a crecer un 3% y ser la más dinámica de Europa. Pero durante estos seis años ha adolecido de la mano izquierda que se le supone a un político profesional. Las heridas que ha dejado el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) por el camino aún supuran.

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