Galán delega el papel de CEO en Martínez, un soldado fiel, para encarrilar la reelección

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha decidido poner fin a 16 años de concentración de cargos y ha delegado el puesto de consejero delegado en Armando Martínez Martínez, hasta ahora director general de Negocios. El nuevo CEO de la eléctrica es, según señalan varias fuentes que le han tratado en el plano profesional, un ejecutivo "duro", pero a su vez absolutamente fiel y leal a Galán, contando con su entera confianza.

Diversas fuentes conocedoras de la compañía creen que este es un movimiento que se venía barruntando desde hace mucho tiempo y que tiene más que ver con las exigencias de los inversores y el mercado que con una separación real del poder. De hecho, el hecho relevante enviado a la CNMV en que se da cuenta de este nombramiento no especifica qué funciones delega el presidente. Tampoco dan ningún detalle al respecto fuentes oficiales de la compañía, que se remiten al comunicado de la empresa sin detallar cuáles serán las tareas del nuevo CEO.

Este mismo miércoles, el propio Galán aseguraba ante los analistas de la compañía que se trata de un movimiento que "no es una revolución sino un cambio ya previsto y signo denormalidad, por lo que descarta que se trate de un plan de sucesión. El presidente ejecutivo de Iberdrola ha aclarado que Armando Mártínez seguirá liderando el negocio como venía haciendo hasta ahora.

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Según los estatutos sociales de Iberdrola, "el consejo de administración, a propuesta de su presidente, previo informe de la Comisión de Nombramientos, y con el voto favorable de, al menos, las dos terceras partes de los consejeros, podrá nombrar uno o varios consejeros delegados, con las facultades que estime oportunas y que sean delegables conforme a la ley y al sistema de gobernanza y sostenibilidad". Por ahora, no se han descrito cuáles serán esas facultades.

En este contexto, el mercado entiende que el movimiento tiene por objeto facilitar la reelección de Ignacio Sánchez Galán en la junta de 2023, momento en que expira su mandato de cuatro años y tendrá que ser renovado si así lo estima el mercado. De lograrlo, llegará como presidente a 2026, año en que cumplirá 76 años. Uno de los puntos conflictivos para esa reelección es el control de todo el poder, algo que ya en el pasado los asesores de los accionistas le habían reprochado. De hecho, ISS, el primer proxy advisor a nivel mundial, ha recomendado varias veces votar en contra de la reelección de Galán por no tener separadas las tareas de presidente del consejo de administración y de máximo ejecutivo de la empresa. En un informe ya en 2015 denunció el incumplimiento de 2010, cuando se comprometió a revisar la estructura corporativa.

El movimiento podría contentar solo en parte a los grandes inversores, ya que Galán, incluso solo sobre el papel, seguirá reteniendo funciones ejecutivas clave. Cabe destacar que además del fondo soberano de Qatar, entre los máximos accionistas de Iberdrola están BlackRock o Norges Bank, dos de los fondos más exigentes en cuestiones ESG.

Con este movimiento, Galán hace, sobre el papel, una cesión a medias, ya que se mantiene como presidente ejecutivo, algo a lo que renunciaron en los últimos años presidentes de empresas como Repsol, Endesa, REE o Enagás. Y lo que explican quienes conocen la empresa es que Martínez Martínez no será una figura que haga sombra al presidente. Consideran que el nombramiento era el más lógico: Martínez Martínez había logrado el favor del presidente por su buen desempeño en México, donde ocupó el puesto de mayor responsabilidad hasta 2014. Posteriormente, Galán le dio el control del negocio de redes, uno de los activos más valorados de la compañía. Y más tarde ya se le situó como jefe de todos los negocios.

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Otras fuentes, también próximas a la dirección de la compañía, creen que es un paso natural dentro de la compañía, como ya ocurrió en Telefónica, Santander o BBVA. A diferencia de la guerra que se desató en Santander entre Ana Botín y Andrea Orcel, que acabó en los tribunales, nadie cree que vaya a haber un problema de delimitación de responsabilidades entre Martínez Martínez y Galán.

En este sentido, una anécdota que reluce ante la posible cesión de poderes es el ya conocido en la organización "No piensen, por favor, no piensen, ejecuten, ya piensan otros, no se preocupen". Fue lo que dijo el presidente ejecutivo a unos técnicos en un problema de iluminación que hubo. La anécdota, según explican quienes han trabajado con él, sirve para explicar su filosofía castrense del poder y que Galán es un presidente ejecutivo acostumbrado a pensar él y que sean otros los que ejecuten.

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Por otro lado, Galán ha nombrado su número dos a un ingeniero burgalés licenciado por la Universidad de Valladolid. Ingeniería es también la formación de Francisco Martínez Córcoles, que ayer comunicó su renuncia como consejero por jubilación. El presidente de Iberdrola, salmantino y también ingeniero, siempre ha destacado la valía de estos profesionales. Las fuentes consultadas creen que el nuevo CEO se limitará a hacer un papel similar al que tenía Córcoles en la compañía.

Para el puesto habían sonado nombres como el de Pepe Sainz Armada, pero el director financiero finalmente se mantendrá en su puesto para la gestión de un momento difícil, con los tipos de interés al alza en una compañía con casi 50.000 millones de euros de deuda. En 2021 ya pagó más intereses por su pasivo que Telefónica, históricamente castigada por el mercado por su elevado nivel de endeudamiento.

A diferencia de la guerra en Santander entre Ana Botín y Andrea Orcel, nadie cree que vaya a haber problemas entre Martínez Martínez y Galán

Por otro lado, nadie creía posible que pusiera de consejero delegado ni a David Mesonero ni a Nacho Galán. Aunque ambos tienen puestos de responsabilidad en la estructura de la empresa, sus lazos familiares con el presidente creen que no hubieran sido bien vistos por los inversores, sobre todo a nivel internacional. Pedro Azagra, otro de los hombres fuertes de Galán, ya obtuvo el premio de ser nombrado máximo responsable en EEUU, donde hubo muchos cambios en puestos de responsabilidad recientemente. Precisamente la marcha de Azagra al otro lado del Atlántico fue lo que permitió a Mesonero este año ocupar su puesto en España, procedente de la dirección financiera de Prisa.

Además, otros creen que el perfil más financiero, especializado en M&A, de Azagra es menos del gusto de Galán que el de un ingeniero como Martínez, apuntan las fuentes consultadas. Los otros candidatos que se han llegado a rumorear son los hombres fuertes de negocio. Por un lado, Aitor Moso, que pese a que podría ser de su agrado el puesto, actualmente está muy centrado en el negocio en España. A Xabier Viteri, al frente de renovables, tampoco lo veían factible, máxime después de la implicación de Iberdrola Renovables en el caso Villarejo.

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Juan Cruz Peña

Con todo ello, Galán va preparando el terreno para la junta de la próxima primavera. La reelección no le llega en un momento fácil. Además, ha adelantado este cambio a la presentación de resultados de este miércoles y al Capital Markets Day que celebrará con analistas el próximo 9 de noviembre. El cambio se produce poco después de que el presidente haya sido desimputado del caso Villarejo, pero fuentes empresariales creen que lo ha hecho de la peor manera, al menos desde el punto de vista reputacional: por la prescripción de cargos, sin que el juez haya podido juzgar el fondo de los hechos que se le imputaban, entre los que destacaban el cohecho o la falsedad en documento mercantil.

Por ello, la votación para su posible reelección en 2023 es una de las más complicadas que ha vivido desde que llegó a la compañía en 2001. Actualmente, además del caso Villarejo, cada vez más despejado, Iberdrola también acarrea su implicación en la trama eólica de Castilla y León o el caso de la manipulación de la luz que dirime la Audiencia Nacional. Fuera del plano judicial, el presidente vive un fuerte choque con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos por las medidas regulatorias que ha ido tomando este, que le han distanciado de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno llegó a cargar directamente contra el ingeniero salmantino tras anunciar el impuesto a sus beneficios.