Roures participa en la reunión entre Perú y Telefónica para solventar el litigio de 750M

Jaume Roures se ha convertido en un empresario multidisciplinar. Tras salvar al Fútbol Club Barcelona para que sus principales fichajes pudieran jugar antes de que expirase el plazo para inscribirlos en la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el presidente de Mediapro ha participado también en una reunión que Telefónica ha mantenido con el Gobierno peruano para alcanzar un acuerdo sobre la disputa tributaria por la que se reclaman más de 750 millones de euros a la operadora española.

Así lo han confirmado fuentes conocedoras del encuentro que el pasado viernes 2 de septiembre tuvo lugar entre el presidente del Consejo de Ministros de la República de Perú, Aníbal Torres, y Pablo Carvajal, secretario general de Telefónica. Carvajal fue acompañado por Javier de Paz, consejero del grupo de telecomunicaciones y hombre experto en solucionar problemas diplomáticos, y Alfonso Gómez, consejero delegado de Telefónica Hispanoamérica. Una reunión en la que estuvo presente Roures, que 'a priori' no tiene ninguna vinculación corporativa con el grupo presidido por José María Álvarez-Pallete.

Desde Telefónica han declinado dar detalles del motivo de la asistencia del empresario catalán a esa reunión, en la que los directivos de la filial española abordaron la reclamación fiscal del Gobierno de Pedro Castillo, el profesor sindicalista miembro del partido marxista Perú Libre hasta este verano. Pero han confirmado que Roures intervino en la conversación con el presidente del Consejo de Ministros, en la que se ha tratado de negociar una salida a la deuda de 750 millones que el país latinoamericano exige tras 15 años de litigios.

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'A priori', Roures acudió al encuentro para tratar temas relacionados con la venta de los derechos de televisión de la liga española en Perú, según estas fuentes. Pero lo cierto es que estuvo en la mesa en la que se debatió cómo solucionar un problema fiscal que nació en 2007 en la que fue la primera filial española en América Latina. Otras fuentes añaden que Mediapro y Telefónica tenían algún interés común en sus reclamaciones con el Gobierno de Castillo, pero rechazan concretar qué une a ambas compañías en el país andino.

La reunión tuvo lugar nueve días después de que el presidente Castillo asegurara que la española abonaría la deuda. “Quisiera saludar a Telefónica. Hace menos de 24 horas, hemos tenido un llamado directo. Esta empresa se ha dispuesto a pagar su deuda al pueblo peruano para invertir en salud y educación”, señaló durante la inauguración de un hospital. Pero la multinacional participada por CaixaBank y BBVA respondió al antiguo profesor de forma inmediata para negar cualquier tipo de acuerdo y reiterar que se limitará a cumplir con lo que digan los tribunales.

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“Desde hace más de 15 años, Telefónica del Perú mantiene una disputa con el Estado peruano sobre cuestiones tributarias, que se viene tramitando ante distintos órganos administrativos y jurisdiccionales”, indicó en una nota de prensa, en la que agregó que “se respetará lo que dispongan las instituciones competentes”. "La empresa reitera que cumplirá con las resoluciones que se emitan en relación con las disputas, y además continuará con su plan de despliegue de fibra y seguirá prestando los servicios de telecomunicaciones que tiene concedidos en beneficio del desarrollo del Perú".

Latinoamérica ha sido durante dos décadas uno de los graneros más importantes para Telefónica, que se convirtió en la primera operadora de la región, al cubrir casi todos los mercados, desde el norte hasta el sur. Pero la compañía ha ido vendiendo en los últimos años algunos de sus activos en países centroamericanos, como Panamá, El Salvador y Costa Rica, además de afrontar litigios relevantes como los vividos en Argentina, Venezuela, Colombia y México.

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El viraje hacia gobiernos populistas, ya sean de izquierdas o de derechas, ha generado tensiones entre los legisladores y las grandes multinacionales extranjeras, especialmente las españolas, que se han visto atacadas con acusaciones de expolio, como está ocurriendo en México contra las eléctricas como Iberdrola y Naturgy. La gasista también se ha desprendido de varios activos en el continente por la inseguridad jurídica de la región, incluidos países como Chile, que siempre fue seguro para la inversión extranjera.

La esperanza en Lula

Solo Brasil ha quedado como la gran apuesta de Telefónica en la zona, especialmente después de conseguir parte del negocio de la quebrada OI. El grupo obtiene cerca del 25% de su beneficio en la gran potencia latinoamericana, dirigida actualmente por Jair Bolsonaro. Pero la española está muy pendiente del devenir político en Brasil, que en octubre celebra elecciones generales, con Lula da Silva como principal candidato.

Telefónica siempre ha tenido una relación muy estrecha con el antiguo sindicalista, que ya dirigió los designios de la mayor economía del hemisferio sur entre 2003 y 2010. Pero, tras ser acusado de corrupción, en 2017 fue condenado a nueve años de prisión, de los que cumplió 580 días, tras ser anuladas todas sus condenas por parte de la Corte Suprema del país. Su vuelta a la escena política tuvo su capítulo en España, ya que el líder del Partido de los Trabajadores estuvo en Madrid el pasado otoño para reunirse con numerosos colegas y empresarios. Entre otros, los de Telefónica.