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Freixenet absorbe la bodega Castellblanch tras 15 años de pérdidas
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Freixenet absorbe la bodega Castellblanch tras 15 años de pérdidas

Desde su constitución, arroja un balance de pérdidas de más de 32 millones de euros y la compañía quiere mejorar su eficiencia tras simplificar su estructura

Foto: Entrada a la fábrica que tiene Freixenet en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
Entrada a la fábrica que tiene Freixenet en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
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Freixenet ha realizado una nueva reorganización societaria. El grupo, uno de los referentes del sector vitivinícola en España y líder mundial de vinos espumosos tras comprar Henkell alrededor del 50% en 2018 e iniciar una alianza internacional, ha optado por simplificar su estructura y con su matriz, Freixenet SA, ha absorbido Castellblanch. Lo ha hecho después de que la sociedad, fundada en 1908 por Jerónimo Parera y adquirida al Grupo Rumasa, de la familia Ruiz-Mateos, en 1984, haya arrojado solo pérdidas desde 2007, último ejercicio en el que logró beneficios.

Desde su constitución, Castellblanch arroja un balance de pérdidas de más de 32 millones de euros. En las últimas cuentas presentadas en el Registro Mercantil, y correspondientes a 2020, el resultado negativo fue de más de 3,6 millones, un año antes fue de 1,5 millones y habría que remontarse hasta 2007 para encontrar números verdes. En dicho ejercicio, la compañía ganó 638.589,82 euros y en 2006 la cuantía fue aún mayor, con unas ganancias de 2,3 millones, lo que evidencia cómo ha ido de más a menos.

Foto: El censo de la DO Cava lo componen 2.903 productores.

Esta tendencia, unida a las consecuencias de la pandemia, hizo que el grupo adelantara el proceso de restructuración de su plan estratégico a cinco años y cerrara la producción en Castellblanch, trasladándola ya a los centros de Freixenet y Segura Viudas durante 2021. Unos cambios que han tenido unas repercusiones muy importantes en la empresa en cuanto a su concepto, actividades, organización y personal, según resaltaba la propia empresa en sus últimas cuentas presentadas.

Desde Freixenet, recalcan a El Confidencial que esta operación tiene como objetivo "simplificar la gestión y la estructura legal, así como buscar una mayor eficiencia". La absorción no implicará que desaparezca la distinción Castellblanch con la que comercializa algunos de sus cavas, puesto que "es una marca estratégica y relevante para el grupo que, desde sus departamentos de comercial y 'marketing', trabaja activamente en su desarrollo".

Esta operación supone, por tanto, un paso más en la reorganización interna que el grupo arrancó tras la compra por parte de Henkell de alrededor del 50% de capital. Así, a finales de 2019 ya absorbió cinco filiales como eran Cavas Conde de Caralt, Rigol, Canals y Nubiola, Freixenet Retail y Corporación Mercantil Celes.

Foto: Botellas de cava en la feria Alimentaria de Barcelona. (Reuters)

De hecho, el año pasado también realizó un rediseño de su estructura comercial, con la creación de dos sociedades de venta. Comercial Grupo Freixenet, que sigue en la sede del grupo (Sant Sadurní d’Anoia) y centrada en sus marcas emblemáticas, y una 'joint venture' comercial bajo el nombre de Ferrer Wines, propiedad de la familia Ferrer, José Luis Bonet y Henkell Freixenet, ubicada en Cavas Hill (Moja) y que comercializará los cavas y vinos de Cavas Hill junto a las marcas Mionetto y Castellblanch.

Castellblanch es una bodega que estuvo ubicada en sus inicios en el centro de Sant Sadurní d’Anoia, en la comarca del Alto Panadés, aunque posteriormente y a finales de los setenta se trasladó a las afueras debido al tirón que tuvieron los productos de una de las bodegas más antiguas que elaboran cava en nuestro país. Así, fue adquirida por Freixenet al Grupo Rumasa en 1984. No obstante, no fue la única bodega que tenían los Ruiz-Mateos y que pasó a engordar el tamaño del grupo, puesto que también se hizo con Segura Viudas y René Barbier. La primera contaba con una bodega que daba nombre a una de sus gamas de productos gracias a una masía fortificada con casi 1.000 años de historia y vinculada desde el siglo XII a la viticultura; mientras que la segunda es una de las marcas, en la actualidad, del grupo.

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La mala marcha de Castellblanch no se traslada al resto de sociedades del grupo. Henkell Freixenet registró un incremento de sus ventas del 11%, hasta los 1.326 millones, en el pasado ejercicio. Además, logró recuperar su facturación prepandemia gracias a que la venta de sus vinos espumosos aumentó un 15,2% y alcanzó los 843 millones de euros, ganando cuota de mercado en España y Alemania. La marca Freixenet, su buque insignia, superó el umbral de los 107 millones de botellas vendidas por primera vez en la historia gracias al tirón de 'Carta Nevada' y 'Cordón Negro'.

El grupo logró así sacar partido a la reapertura del canal Horeca en España tras las restricciones al sector como consecuencia de la pandemia, creciendo así tanto la marca Freixenet como Segura Viudas a doble dígito en nuestro país. Una evolución que consolida el liderazgo del grupo en algunos segmentos como el de espumosos.

Freixenet ha realizado una nueva reorganización societaria. El grupo, uno de los referentes del sector vitivinícola en España y líder mundial de vinos espumosos tras comprar Henkell alrededor del 50% en 2018 e iniciar una alianza internacional, ha optado por simplificar su estructura y con su matriz, Freixenet SA, ha absorbido Castellblanch. Lo ha hecho después de que la sociedad, fundada en 1908 por Jerónimo Parera y adquirida al Grupo Rumasa, de la familia Ruiz-Mateos, en 1984, haya arrojado solo pérdidas desde 2007, último ejercicio en el que logró beneficios.

Familia Ruiz-Mateos Vinos
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