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Los Verdes denuncian a la defensora del pueblo de la UE el fichaje de Navarro por Iberdrola
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Puertas giratorias

Los Verdes denuncian a la defensora del pueblo de la UE el fichaje de Navarro por Iberdrola

El grupo ecologista en la Eurocámara envía una carta a la Ombudsman europea, Emily O’Reilly, denunciando el fichaje de la exvicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones

Foto: La exvicepresidenta del BEI Emma Navarro y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.
La exvicepresidenta del BEI Emma Navarro y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

Solamente tres meses después de abandonar su cargo como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la española Emma Navarro fichó por Iberdrola. La alicantina llegó a la institución en 2018 en sustitución de Román Escolano, que abandonó el puesto para sustituir a Luis de Guindos como ministro de Economía. Desde entonces, la eléctrica española ha recibido financiación blanda por más de 1.200 millones de euros por parte del BEI, con sede en Luxemburgo.

Ahora, el grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo está intentando que la defensora del pueblo de la Unión Europea, Emily O'Reilly, investigue lo que considera un caso claro de puertas giratorias. Los ecologistas enviaron primero una misiva al Banco Europeo de Inversiones, que ofreció las explicaciones que ya publicó El Confidencial en el mes de marzo: que el comité ético consideraba que el fichaje de Navarro no violaba el código de conducta de la institución, aunque sí le imponía algunas condiciones: “Navarro ha cumplido con las disposiciones aplicables a los antiguos miembros del Comité de Dirección del BEI en el Código de Conducta del Comité de Dirección. El Comité de Ética y Cumplimiento del BEI no tuvo objeciones a su nombramiento para el cargo mencionado anteriormente, sujeto a su compromiso de abstenerse de cualquier relación con el Grupo BEI y sus órganos de gobierno durante el periodo de reflexión de 12 meses”, explicó un portavoz de la institución a este periódico.

Foto: La exvicepresidenta del BEI Emma Navarro y el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán.

El siguiente paso que han dado los eurodiputados verdes, entre los que se encuentra Ernest Urtasun, de En Comú Podem, ha sido enviar una carta a la defensora del pueblo. “Esperamos del BEI un compromiso con los más altos estándares éticos y este caso suscita serias preocupaciones”, escriben Urtasun y el eurodiputado ecologista alemán Sven Giegold. “Desde nuestro punto de vista, las recomendaciones [la abstención de la relación con el BEI durante un año] están muy por debajo del espíritu del Código de Conducta del BEI”, añaden los miembros de Los Verdes.

Por último, Urtasun y Giegold piden a O’Reilly que compruebe si en el caso de Navarro se han cumplido las limitaciones que establece el código de conducta, además de comprobar si dicho código es útil para estas situaciones. “Estos escándalos de puertas giratorias dañan gravemente la reputación de la institución. Por tanto, animamos a la defensora del pueblo europeo a que compruebe si el código de conducta del BEI es adecuado para su propósito y si las recomendaciones emitidas en el caso de la señora Navarro cumplen plenamente las normas del BEI”, escriben en su carta.

Foto: Ilustración: Pablo López Learte.

Uno de los puntos centrales en la carta que los ecologistas han dirigido a O’Reilly es la queja habitual del Parlamento Europeo: los miembros del BEI no deberían supervisar las operaciones de su Estado miembro de procedencia. De hecho, señalan que en marzo de 2019 se retocó el código de conducta para establecer que los miembros del comité de dirección de la institución pueden “mantener la responsabilidad general de las relaciones institucionales con sus distritos [Estados miembros] y contribuir al desarrollo empresarial en interés del BEI”, aunque se deben comprometer a “no utilizar su posición o autoridad en esta capacidad para participar en las negociaciones e implementación de proyectos individuales”. Es decir, no deben bajar a la letra pequeña, pero se mantienen en un rol “institucional” y político siempre en contacto con su Estado miembro de procedencia.

"Iberdrola se beneficiará de su pequeño libro negro de contactos [de Emma Navarro], así como de la reputación que ha construido"

“Esto estaría en contradicción con la posición del Parlamento Europeo sobre posibles conflictos de intereses de los miembros del comité. El último informe sobre las actividades anuales del BEI afirma: 'Considera importante incluir en el código de conducta del Comité de Dirección y del consejo de administración una disposición que excluya la posibilidad de que sus miembros supervisen los préstamos o la ejecución de proyectos en sus países de origen”, escriben los eurodiputados.

En Bruselas, existe un activo y potente ecosistema de 'lobbies', pero también de distinto tipo de organizaciones que se dedican a poner el foco sobre la actividad de las mismas. Pascoe Sabido, del observatorio Corporate Europe, una de las más importantes ONG dedicadas a la transparencia de las instituciones europeas, señaló en marzo a este periódico que “sin duda, [Iberdrola] se beneficiará de su pequeño libro negro de contactos [de Emma Navarro], así como de la reputación que ha construido mientras trabajaba allí. Las puertas giratorias representan un claro conflicto de intereses y otro ejemplo de captura empresarial de la toma de decisiones de la UE”.

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Solamente tres meses después de abandonar su cargo como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la española Emma Navarro fichó por Iberdrola. La alicantina llegó a la institución en 2018 en sustitución de Román Escolano, que abandonó el puesto para sustituir a Luis de Guindos como ministro de Economía. Desde entonces, la eléctrica española ha recibido financiación blanda por más de 1.200 millones de euros por parte del BEI, con sede en Luxemburgo.

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