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Migasa usa la bajada del aceite y sus reservas para dar un hachazo a la deuda
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AMORTIZA EL 36% DEL PASIVO BANCARIO EN UN AÑO

Migasa usa la bajada del aceite y sus reservas para dar un hachazo a la deuda

El grupo de los Gallego reduce ingresos y beneficio levemente, y deja el pasivo en 146 millones tras ingresar dividendos de sus filiales por 100 millones. Cierra Musa y la integra en Ybarra

Foto: Imagen de mac231 en Pixabay.
Imagen de mac231 en Pixabay.

El infierno de unos es la ventaja de otros. O casi. La industria envasadora de aceite de oliva española acaba de cerrar un buen año 2019, gracias a la caída del precio de la materia prima que prendió la mecha de las protestas en el campo, precisamente por parte de olivareros andaluces, por primera vez seriamente el pasado verano. Migasa, el grupo embotellador de aceite de oliva, girasol, orujo y productor de mayonesas y salsas, ha aprovechado esta coyuntura para reforzar su balance. Solo en 2018, último ejercicio del que hay cuentas entregadas al registro, el grupo controlado por la familia sevillana Gallego ha dado un tajo del 36% al pasivo bancario.

Desde 231 millones, ha pasado a 146 millones. Dos han sido las palancas sobre las que se asienta esta reducción. Primero, el reparto de dividendos desde las filiales a la matriz por 97 millones. Unos dividendos obtenidos contra las reservas de esas sociedades que consolidan con la cabecera, fundamentalmente contra la subsidiaria clave Migasa Aceites, que aporta 75 millones. Con ello, la compañía reduce a menos de la mitad el capital acumulado en su red de filiales, desde 120 a 46 millones. De manera consolidada, el patrimonio del grupo se mantiene en 284 millones, misma cifra que a cierre de 2017.

Foto: A la derecha, Antonio Gallego (Migasa).

El segundo factor que ha ayudado a desapalancarse ha sido justamente ese menor precio del aceite. Esto ha hecho necesarios menos recursos para efectuar compras y gestionarlas, explican desde la compañía. Migasa, además de embotellar marcas como Ybarra, La Masía, Rafael Salgado o Cexac, es un importante actor en graneles de oliva y girasol. La bajada de precios le exige menor esfuerzo para financiar el circulante (mercancía).

El año 2018 reflejó la menor cotización del zumo de aceituna, que se traslada al consumidor de forma más lenta que la caída que se produce en origen. Por ello, las ventas se redujeron hasta 1.092 millones, un 10% menos. El beneficio neto se vio también afectado, al reducirse un 22%, hasta 18 millones. La empresa tuvo que realizar una provisión de casi 400.000 euros para asumir posibles pagos relacionados con la operación de compra a Dcoop de Agroalimentaria Musa, la firma cordobesa que elabora la mayonesa del mismo nombre, muy popular en Andalucía. Potenciales desembolsos relacionados con responsabilidades que correspondían a un antiguo accionista, la familia Moreno.

placeholder Distribución del negocio. (Migasa)
Distribución del negocio. (Migasa)

Migasa ha cerrado Musa y realizó un ERE para 20 de sus 22 trabajadores en ese año 2018. Integró su producción en Ybarra, que tiene una cuota del 25% de la mayonesa en España. Dentro de la política de apoyo de la matriz a sus filiales, prestó 38,7 millones a Ybarra en ese ejercicio. Tras el reparto de esos dividendos internos a la matriz, la filial Ybarra (que comparte al 50% con la familia Ybarra, antigua dueña única) es la que más reservas acumula, con 12 millones, por delante de Migasa Aceites. Esta última subsidiaria es la principal fuente de facturación y resultados del grupo.

Con la puesta en marcha a pleno rendimiento de Ybarra durante 2018, tras el incendio de su antigua planta en 2016, la plantilla de la empresa se duplicó en 12 meses desde 70 a 150 empleados. La empresa mantuvo un ERTE hasta tanto la nueva factoría no se terminara. A escala consolidada, Migasa acusó esa vuelta del personal de Ybarra a sus puestos y cerró el año con 611 trabajadores.

El infierno de unos es la ventaja de otros. O casi. La industria envasadora de aceite de oliva española acaba de cerrar un buen año 2019, gracias a la caída del precio de la materia prima que prendió la mecha de las protestas en el campo, precisamente por parte de olivareros andaluces, por primera vez seriamente el pasado verano. Migasa, el grupo embotellador de aceite de oliva, girasol, orujo y productor de mayonesas y salsas, ha aprovechado esta coyuntura para reforzar su balance. Solo en 2018, último ejercicio del que hay cuentas entregadas al registro, el grupo controlado por la familia sevillana Gallego ha dado un tajo del 36% al pasivo bancario.

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